¿Podemos?

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" ¿Prometes no odiarme? "

Ah, esa pregunta se había quedado estancada en su cabeza ahora. Cerró entonces los ojos mientras soltaba otro suspiro pesado. Ni siquiera el techo de su habitación era lo suficientemente interesante como para mantenerlo distraído de toda esa oleada de emociones que lo inundaban, ¡¿pero qué demonios pasaba con el?! Se sentía como un tonto al tener todo lo sucedido en su cabeza, pero peor aún, en su pecho.

No es que fuese la primera vez que alguien lo trataba así, él sabía que anteriores personas han gustado de él, ¿entonces? ¿cuál es la diferencia? ¿por qué no podía simplemente ignorarlo? No podía volver a su rutina diaria si eso seguía persiguiéndolo.

Estaba tan afectado por lo sucedido que ni siquiera había asistido a clases ese día, no quería tener que ver a Kuboyasu, o a Kaido, ¿debía mirarlo con normalidad? Kaido estaba enamorado de Kuboyasu, y Aren de él. . . ¿Y él? . . . ¡De nadie, claro!

Sacudió su cabeza con desesperación casi al mismo tiempo que despeinada sus cabellos, no le gustaba faltar a clases, si no mal recordaba sólo no había asistido una vez. Eso ya había sido suficiente para él. Se levantó entonces de su cama para dirigirse hacia la sala con sus padres pues, sabía que pronto le iban a hablar, lo que ciertamente no se esperaba era lo siguiente: estaba tan distraído con aquél tema que ni siquiera lo notó.

—¡Ah, Ku-chan! Papá y yo iremos al pequeño festival de pruebas de alcohol que hay en la ciudad~ — mencionó su madre con el entusiasmo que siempre poseía.

—Sí, de hecho se nos hace tarde.— secundo su padre, acomodándose la corbata de su camiseta de mala forma.

—Por cierto, Ku-chan, vino un amigo tuyo a verte.- su madre se acercó entonces con felicidad hacia Kusuo, y de esa forma le susurró.—¡Tienes amigos muy buenos, Ku-chan! Seguro se preocupó porque no fuiste a clases hoy.

Saiki sólo resopló para si mismo, a los pocos segundos sus padres se marcharon despidiéndose de ambos con felicidad. Y cuando sintió que estaban lo suficientemente lejos, Kusuo dió media vuelta, dispuesto a volver a su habitación.

—Ya puedes irte.—mencionó mientras comenzaba a caminar.

—¡Espera, Saiki!— Aren lo tomó por la muñeca, otra acción que sin duda, Saiki hubiese podido evitar. Este sólo ladeó la cabeza ligeramente para verlo, mostrando su rostro de desinterés como era usualmente.— Ah. . . Por favor escúchame.

Yare Yare, supongo que no puedo ignorarlo nuevamente, escucharé lo que tenga que decir y me iré a dormir.

Saiki se quedó de pie, y Kuboyasu lo interpretó como que lo iba a escuchar, entonces lo soltó.

—No quería incomodarte, esa era mi última intensión.— mencionó con claro tono melancólico en su voz.— Parecías interesado en saber de quién se trataba por eso creí que... no estaba mal decírtelo. ¿Te molesté, verdad?

Aren es raro, una vez me retiré el anillo me llegaron todos sus pensamientos de ese día, me percaté que realmente estaba sintiéndose muy feliz por el hecho de pasar todo el día conmigo. Yare Yare, incluso puso en evidencia sus verdaderas intenciones como por ejemplo; cuando estábamos comiendo el quería darme gelatina de café en la boca, miré la foto que me tomó, la cual por cierto, pensaba poner de fondo de pantalla. Inclusive me dí cuenta que el quería tomarme de la mano en todo el camino. Si que tiene muchísimo tiempo para pensar. ¿Qué debería hacer? ¿Buscar alguna especie de rechazo de manera suave? Sí, creo que eso sería adecuado. Levantaré el pulgar para indicarle que todo está bien entre nosotros.

I fell in love.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora