I fell in love.

Yo.

Los días escolares habían comenzado, al igual que un nuevo año para todos ellos. Saiki había llegado temprano, como usualmente lo hace, tomó asiento en su respectivo lugar.

Estaba preparado para ese día, sabía perfectamente que al comienzo de clases les otorgaban a los estudiantes proyectos para realizar en equipos, así como pequeñas investigaciones. Él ya lo había hablado con Kuboyasu, estarían juntos en los equipos o en un trabajo en parejas, ya que en realidad, nunca habían participado ellos dos solos en algún trabajo con anterioridad.

—¡Oh, buenos días Saiki!— Hairo había llegado en segundo lugar al salón, y se acercó a su compañero, interrumpiendo su amada paz.— ¡¿Estás listo para el inicio de clases?!

—Sí.— Está energético como siempre.

—¡Yo también! Qué bueno que estás aquí, traigo en mis manos las primeras actividades, son para convivir un poco más con nuestros distintos compañeros.— con su característico ánimo se dirigió hasta el escritorio, colocando una pila de hojas allí, tomó únicamente dos y regresó con Saiki.— Ten.

—¿Qué es esto?

—La actividad, como tú y yo somos los primeros aquí me parece mejor que hagamos la primera juntos. Conforme lleguen nuestros demás compañeros tomarán hojas hasta completar así todo el salón. ¡Hagamos nuestro mejor esfuerzo, Saiki!

Kusuo podía jurar que en esos momentos casi le da un tic nervioso, verdaderamente no quería estar con Hairo, además, había quedado con su novio de hacer las actividades juntos, sin embargo, el de cabellos rojizos se veía tan feliz de estar con él que no podía negarse. El razonamiento de Hairo sobre cómo correspondían las parejas también era el más ordenado; así hacían menos líos y podían convivir más con personas con las que casi no interactuan.

Yare yare, me estoy volviendo más considerado y todo es culpa de Aren, de cualquier forma lo golpearé por llegar tarde.

No le quedaron más opciones, tomó asiento y esperó a que los demás llegaran para poder empezar. Conforme sus amigos entraban lo saludaban como de costumbre, no obstante uno de los últimos en llegar fué precisamente Kuboyasu que llegó casi al mismo tiempo que Saiko.

—¡Chicos, ustedes son los últimos!— Habló Hairo, colocándose de pie para darle una hoja a cada uno.

—¿Ah? ¿Qué es esto?— cuestionó el de cabellos morados mientras miraba la hoja un poco molesto.

—La actividad que tienes que realizar, Kuboyasu-kun, te toca con Saiko debido a que fueron los últimos en llegar al salón, ¡Mucha suerte!

—¡¿Qué?!— casi al mismo tiempo Kuboyasu giró su cabeza en dirección al recién nombrado, quién lo ignoró cruzándose de brazos.

—¿Yo tengo que trabajar con este pobre? Ni hablar.

—¡Yo tampoco quiero estar con él!

Saiki sólo observaba todo desde su lugar, suspiró, de cualquier forma era una pequeña actividad la cual probablemente sólo se llevaría unos 40 minutos de su mañana escolar. Así que todavía tenían oportunidad de estar juntos en otro equipo. Por ello es que él le restó importancia, dejando que Kuboyasu se irritara todo lo que quisiera.

—Pero. . . Chicos ustedes son los últimos, estoy seguro que si trabajan duro podrán terminar de buena forma esta actividad, ya verán.— Hairo les sonrió ampliamente a ambos antes de regresar a su lugar.

Kuboyasu chasqueo su lengua, cruzándose de brazos también.

—Más te vale que cooperes.

—Como sea.— Mencionó Saiko siguiendo entonces a Aren.