I fell in love.

Enamorados, parte 1.

—No puede ser.— murmuró para sí mismo, se encogió en su propia cama en posición fetal, a la par que las sábanas blancas de la misma se arrugaban con desespero.— Imposible. . . ¡No, no, no! ¡¿Por qué semejantes cosas tan ridículas me tienen que pasar a mi?!

Gritó con violencia, afortunadamente su habitación estaba vacía, como siempre, sólo estaba él en casa. No sabía si aquello era bueno o no, jamás había tenido que detenerse a pensarlo. Pero el problema es que últimamente pensaba mucho, desde que comenzó a interactuar con las demás personas en su entorno, lograba sentir esa sensación tan extraña, era entre familiar pero al mismo tiempo nueva, se sentía solo.

Quizá por eso tenía más tiempo para hacer lo que las demás personas hacían de forma habitual; caminar, mirar a sus alrededores, prestar atención, enamorarse...

Y justamente tenía esa sensación clavada en el pecho, que se había enamorado, porque de otra forma, ¿qué había sido aquél peculiar cosquilleo en su vientre bajo? ¿a qué se debía lo caliente de su rostro y lo sorprendido que quedó por varios segundos? ¿estaba enamorado? Otro problema es que tampoco lo sabía porque nunca lo había estado con anterioridad. Sí, quiso comprar el amor de Teruhashi pero, solamente porque en su momento llegó a parecerle la mujer más linda que había visto en su vida, pero tan pronto esta lo rechazó perdió todo el interés. Y es que en eso se resumía toda su vida, en el interés, y si el dinero podía comprarlo lo obtenía. Sino, simplemente no lo quería ver nuevamente porque su orgullo estaba primero. 

Por ello, dió unas cuantas vueltas en su enorme cama mientras pensaba un poco más, ya se habían visto antes, prácticamente le veía todo el tiempo. Pero aún así jamás habían intercambiado una palabra, ¡Es más, ni siquiera lo ha visto hablar!—¡¿Tan siquiera mueve los labios?!—En su frustración se pegó una almohada contra la cara, porqué pensaba tanto en semejante bicho raro.

Y luego en su cabeza le llegó la imagen otra vez, recordándole.

Estaba saliendo de los vestidores después de terminar la clase deportiva, él como siempre no había hecho mucho que requeriese esfuerzo, pero sus demás compañeros sí. Lanzó varios fajos de billetes al aire con tal de que nadie más fuera a los vestidores mientras él estaba ahí puesto que, su privacidad era importante, por supuesto que esto obtuvo el resultado esperado. Y justamente cuando iba de salida después de haberse arreglado chocó con alguien, alguien al que al parecer ignoró el dinero que había lanzado o simplemente no prestó atención en eso, en cualquier caso iba a gritarle, estaba furioso de chocar contra alguien más porque arrugaba su ropa recién puesta.

—¡Hey! ¿Qué acaso no te fijas que...?— Su mirada se amplió maravillado por unos momentos antes de cerrar sus ojos ligeramente, la persona frente a él ni siquiera se inmutó ante su voz, o el golpe, sólo se quedó allí de pie frente a él, se trataba de Saiki.— Tú... Pobre, ¿me estás escuchando?— Lo vió parpadear para después desviar su vista desinteresado, ¿se atrevía a ignorarlo de esa manera? Por algún motivo, eso encendió algo dentro de él provocando que sus mejillas se tintaran suave de rosa.— Eres Saiki, ¿verdad?

Saiki solamente asintió antes de moverse a un lado para ingresar a los vestidores, dejándolo de pie allí.

Allí, con un desorden de pensamientos. Lo había ignorado rotundamente, y aún así, ni siquiera estaba pensando en cómo vengarse de esto, sino más bien estaba reproduciendo en su cabeza aquella mirada, una y otra vez.