I fell in love.

Enamorados, parte 2.

|| este capítulo contiene LIGERA mención erótica (casi nada y poco explícito), pondré "⚠️" cuando lleguemos a esa parte, al igual que cuando termine para las personitas cuyos temas le incomodan y así no tengan que saltarse todo el capítulo.<3

En los eventos de ese tipo mayormente la comida estaba preparada también por los mismos profesores o padres de familia, en ese caso no fué la excepción, no obstante, no fué ningún problema para Kusuo o Kuboyasu, disfrutaron lo que habían comprado, incluso Aren le compró un postre el cual Saiki disfrutó en demasía. Había pasado aproximadamente media hora en que terminaron su comida, ahora simplemente estaban dando vueltas por los pasillos menos circulados de la escuela, esto se debía a qué estaban más alejados de la zona del evento, haciendo que estos no estuviesen decorados. La gente prefería no pasar por allí. Esto le favorecía a ellos, y Kuboyasu por ende no desaprovechó para tomar la mano del adverso; al principio Saiki retiró su mano con rapidez tan pronto sintió el tacto de Aren, pero, qué más daba, no había nadie que pudiese verlos o juzgarlos, así que con esto en mente regresó su mano al costado y fué él quien tomó la diestra de Kuboyasu en un fuerte apretón. Aren levantó la ceja, y luego soltó una pequeña risa.

—¿De qué te ríes?— comentó en un tono molesto, por lo menos eso quería aparentar claramente, estaba lejos de estar molesto con Kuboyasu por escuchar su linda risa.

—¿Por qué me aprietas tan fuerte, tienes miedo de algo Kusuo?— cuestionó con tranquilidad al mismo tiempo que miraba de reojo a Saiki, este tenía su ceño levemente fruncido pero sus mejillas sonrojadas, con su pulgar comenzó a acariciarle suavemente su mano, dándole más confianza. Entonces, a los pocos segundos Saiki alivianó su agarre y entrelazó por fin sus dedos.— No tengas miedo, tampoco me gusta mucho las muestras de afecto públicas pero, no permitiría que alguien dijera algo malo de ti.

Saiki ladeó su cabeza ligeramente para poder verlo, Kuboyasu siempre hablaba con mucha confianza y eso lograba transmitirle una paz increíble en todo su ser.

—¿Sabes que siempre te voy a proteger, no?— Aren lo miró y Saiki simplemente asintió, él sabía para sus adentros que no necesitaba protección, por sus poderes era incluso más fuerte físicamente que Kuboyasu, pero no se podía dar el lujo de demostrarlo. Además, sentirse protegido por la persona que amaba, lo hacía sentir incluso más querido.

Kuboyasu le sonrió ampliamente, mostrando un poco sus dientes ante la respuesta de Kusuo, seguido de eso comenzó a mirar a todos lados, asegurándose de que estuviesen solos en aquél pasillo, entonces miró a Saiki con sus ojos brillantes.

—Oye, Kusuo.

—¿Quieres un beso?— cuestionó sin cambiar la expresión de su rostro, Kuboyasu se sorprendió por unos momentos antes de asentir con la cabeza.

—¿Soy muy obvio acaso?— le pareció divertido cuando Saiki asintió, tomándolo a la vez como un afirmativo. Arrinconó a paso lento al más bajo contra la pared, posando una mano sobre su cintura y la otra a un costado de su cabeza, miró fijamente a Saiki, este no sabía dónde poner sus manos hasta que finalmente rodeó el cuello ajeno con sus brazos y lo miró también. Teniéndolo allí frente a el, quería decirle muchas cosas, quería decirle que era la persona más hermosa del mundo, que le gustaban sus ojos, su cabello y el color de este, sus gestos, sus labios y podía seguir así sin cansarse porque a Kuboyasu lo que más le gustaba de Saiki, era todo él. No perdió momentos, cuando vió a Saiki abultar ligeramente sus labios se aproximó a estos, haciéndolos rozar a los propios de forma lenta y suave, incluso los roces se sentían bien. Unieron sus labios en un beso lento, Kuboyasu se tomó su tiempo en explorar la cavidad ajena con su lengua antes de hacer un pequeño vaivén con la ajena, todo era lento pero eufórico, hasta que finalmente probaron sus labios una vez más antes de separarse sólo para juntar sus frentes.—¿Me das otro?— se animó a preguntar, pues sabía que fuera de un lugar íntimo o privado, Saiki no aceptaría a tener cualquier muestra de afecto; no es que estuviera avergonzado de él o su relación, no obstante el mundo siempre ha albergado toda clase de personas, cuando van tomados de las manos con pequeños roces en la calle, es diferente, nadie los conoce, y qué más da la opinión de un desconocido, pero en la escuela podía ocasionar problemas para ellos.