Capitulo 2

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—No has cambiado para nada. — pronunció aquella voz suave que para mis oídos era dulce melodía.

Tomé un leve sonrojo y un gran suspiro, acomodandome rápidamente en el sillón, mi mente estaba en blanco enfrente del chico que me hacía poner lo mas nerviosa posible.

— A.. ah, hola.—sentía mis mejillas en fuego, era algo que no podía evitar.

Solo me miró tiernamente y volteó su mirada hacia la de mi fastidioso hermano.

—Deja de molestarla tanto. — dijo el cabello café, devolviendo su mirada negra y oscura, pero con un toque de luz que la hacía especial, que refelejaba hacia mí y sonriendo nuevamente.

Jeff solo dio un pequeño giro de ojos y gruñó sin interés alguno.

— ¿Y qué haces por aquí, Hank? —dije tratando de calmar mi sonrojo mientras apretaba mis labios y tomaba aire nuevamente.

— Hoy llegué de un viaje, y pues lo hice.. para mudarme aquí a Japón, será por algunos años. — dijo mientras se acercaba y tomaba asiento en el sillón—Apenas están mudando mis cosas a la nueva casa así que Jeff me dijo que podría quedarme aquí unos días—solo dijo y se recostó en modo de tranquilidad y relajación.

—Así que será mejor que lo atiendas como debes, señorita responsable.— dijo Jeff dándome una cara de burla, a lo que solo respondí con una mirada amenazadora.

— Entonces haré que tu estadía sea agradable. —miré a Hank con una sonrisa, y él me la devolvió.

Giré hacia los lados dándome cuenta que Haru ya no se encontraba en la sala, así que pensé que estaría en la cocina.

Nos mantuvimos un tiempo en la conversación, Jeff siempre hablando de lo descuidada y torpe que era, Hank contándonos lo genial que era New York, y yo solo de espectadora, quejándome de mi hermano y admirando las historias de Hank, que era lo único que me quedaba.

— Y dime Yusi, ¿qué tal van tus estudios?—preguntó Hank mirándome tiernamente. —Seguro que eres una de las mejores de tu institución.

— Oh, sí, bueno, eso creo, me enfoco mucho en sacar buenas notas.— le dije con leve sonrojo y tratando de no tartamudear.

— Lo esperaba, siempre has sido muy estudiosa. —lo dijo y me dió palmadas en la cabeza.

Él lo sabía casi todo sobre mí. Hank era mayor que yo por 3 años, así que siempre trataba de enorgullecerlo con mis notas, él fue un gran estudiante, y ahora se encontraba estudiando para ser abogado.
Hank era el mejor amigo de mi hermano, lo conocía desde mis 5 años, normalmente nos venía a visitar, pero al entrar a la universidad, se enfocó mucho en eso, y bueno, las visitas se hicieron escasas.
Pero esta visita fue algo inesperado, y ahora que se quedaría, pasaría más tiempo con él, tal vez... Solo tal vez, sería mi oportunidad para declararle lo que por mucho tiempo he sentido. Solo esperaba no quedar como tonta, o al menos, que no arruinara nuestra amistad.

La noche había llegado, un silencio nocturno que daba paz se encontraba en toda la mansión, se escuchaban algunos grillos y demás.
A lo lejos las risas de Jeff y Hank, Jeff podia hacerlo reír las veces que quisiera, y era lo único que le agradecía, la risa de Hank era una maravilla para mis oídos.
El silencio se vió interrumpido en un pensamiento que tuve, quería ir a hablar con mi padre, armar una conversación, tal vez no tanto por eso, tenía un instinto de querer ir con él, y eso hice.

Salí de mi habitación en medias para no armar algún ruido. Caminé por el largo pasillo, me asomé en la cocina y vi a Haru preparando sandwiches, así que solo me retiré y me dirigí a la oficina de mi padre. Me paré al frente de la puerta y la miré con seriedad.

Toqué dos veces la puerta con mis nudillos y me enderecé mientras esperaba una respuesta, lo que nunca pasó.

Repetí la acción esperando una respuesta, pero quedé en blanco, haciendo que frunciera el ceño.

Instintivamente abrí la puerta sin pensarlo, un regaño de mi padre no era lo que me preocupaba ahora. Apenas rechinó la puerta y me dió visión hacia dentro del cuarto, mis párpados se abrieron escandalizados y mis pupilas se cristalizaron en segundos.
Sentada en la silla de la oficina, el cuerpo de mi padre extendido. Su cuello tenía un agujero hundido en sangre, como si le hubieran atravesado un arma pesada.
Dure unos segundos mirando fijamente el cuerpo, ¿en verdad estaba pasando esto?

Pestañeé un poco mientras desprendían lágrimas que corrían por mis mejillas, observé la sombra que cubría el cuerpo de mi padre y quedé atónita.

— ¿No deberías estar dormida, Yusi? — dijo una voz familiar. Hank se terminó de asomar en la luz y solté un pequeño sollozo.

Lo miré fijamente y las lágrimas se hicieron más.. más.. y más...
La persona que más amaba, al lado del cuerpo destrozado de mi padre, ¿qué se suponía que debía pensar con respecto a eso?
Lo observé de arriba hacia abajo y vi una espada en su mano, llena de sangre..

— Hank.. esto debe ser una broma.. ¿Verdad?—pregunté, sonriendo. Mi cara llena de lágrimas y mi sonrisa reflejaban lo desesperada que estaba por una respuesta. —Tú no podrías.. tú tienes un arma en tu man–

Él me interrumpió.

— Así son las cosas Yusi...— soltó la espada y se acercó a mí, haciendo que soltara un jadeo. Lo único limpio era su mano, con la cual acercó y acarició mi cabello —Pensé que eras perfecta.... Tu único error fue entrar en el momento incorrecto.—lo dijo cerca de mi oido mientras soltaba mi cabello.

Me puse contra la pared para estar lo más lejos posible. Grité, con desesperación; desgarrada, lastimada; hubiera preferido quedarme dormida, y que todo fuera un misterio, pero no, la realidad, la dura realidad, es que Hank había asesinado a mi padre..

— Bueno... Ya es muy tarde para volver atrás. — tomó la espada y reflejó tristeza en su rostro —Este no era tu destino Yusi, al menos no aún. —lo dijo mientras se acercaba a mí, y yo solo podía preguntarme ¿Acaso Jeff estaría enterado de algo de esto? ¿Dónde estaba él? No pude evitar soltar otro jadeo, dónde solo mostró desesperación.

— Aléjate inmediatamente. —dijo la voz que más deseaba escuchar, la que me lleno de tranquilidad al instante, y que sabía que para todo tenía una solución. — A menos que quieras morir, con gusto te haré el favor. —pronunció Haru al pie de las escaleras.

En proceso de protecciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora