Capitulo 3

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—¿Morir? — repitió Hank con un tono serio y bajo, cómo si la frase no le causará ninguna emoción. — No me arrepentiré de nada... Eso te lo aseguro.. — dijo y procedió a lanzar la espada hacia Haru, pero este solo duró un segundo en inclinar su cabeza y simplemente esquivar la espada, la cual se clavó en la pared del pasillo, mientras solo lo miraba con ojos de tranquilidad.

— Creo que entraste a la mansión equivocada. —dijo con un tono burlón — Pero no te preocupes.. — tomó la espada que Hank había lanzado.— yo te mostraré la salida —le tiró la espada de vuelta.

Hank se movió un poco para esquivar. La espada solo le rozó el hombro y terminó por hacerle un rasguño, logrando que soltara un gemido doloroso.
Me seguía preguntando ¿Dónde estaba Jeff? Y ¿Cómo saldríamos de aquí?

— A la próxima no fallaré — dijo Haru, procediendo a correr por el agarre de las escaleras y saltando hacia Hank.

Pero su intento falló cuando Hank dió tres volteretas hacia atrás ¿Qué tanto habían estado en gimnasia?

Haru tomó mi brazo y me puso atrás de él. Aunque tenerlo conmigo me hacía sentir segura, solo estaría completamente a salvo fuera de esta pesadilla.

—¿En serio creen que mi intención era matarlos a ustedes? Esto no estaba en mis planes... —dijo Hank con un tono sarcástico.

——(Desgraciado)— pensé con furia.

Me sentía traicionada, cómo era posible que Hank, mi persona especial, que estuvo conmigo desde mi infancia fuera capaz de hacer algo tan horrible, no me cabía en la cabeza. Las lágrimas seguían corriendo, sollocé mientras observaba. Simplemente, me era imposible creer que esto estaba pasando.

—Saldremos de aquí Yusi... — me susurró Haru, mostrándome una sonrisa llena de confianza en sus propias palabras. — te lo prometo. —Las palabras de Haru siempre llevaban su toque de seguridad, jamás abandonó eso. Era como si tuviera la llave para salir de este infierno.

Hank procedió a correr hacia nosotros con la espada de nuevo en mano. Haru tomó mi mano y bajamos rápido las escaleras, entrando a una habitación y quedándonos ahí agitados.

Con la respiración acelerada, guardamos silencio al escuchar los pasos de Hank. Volteamos al fondo de la habitación, y vimos arcos y flechas.

Sí, también practicaba arquería.

—No queda opción.— habló Haru convencido, dándome un arco juntos a unas cuantas flechas.

—Yo... No puedo, en este caso no. —no quería luchar, menos contra Hank. Mis piernas temblaban, tenía miedo, y Haru lo sabía, él sabía lo que sentía por Hank. — ¿Y si fallo?

—Debes hacerlo, Yusi, sé que puedes hacerlo. Solo piensa en que es el blanco al que debes apuntar. — lo dijo dándome unas palmadas en la cabeza.

Sé que podía hacerlo, pero el hecho de que dependiera de mí salir de ahí con vida, era estresante. Acomodé la flecha en el arco y Haru se acercó a la puerta tomando la manilla, mirándome para esperar la señal.
Di un suspiro y moví mi cabeza en señal de que estaba lista, Haru abrió la puerta con cuidado y me asomé con el arco en mano.
Ahí estaba, de espaldas, caminando mientras arrastraba la espada, lo apunté justo en la cabeza, temblando. Pero él lo sabía, sabía que estaba ahí, volteó y mi nervios apuntaron hacia otra parte... y la solté, dándole en el hombro derecho.
Soltó un jadeó de dolor mientras se encogía levemente y tomaba su herida. Quedando paralizado por el shock, tomé la mano de Haru y corrimos a la salida.

Hank volvió en conciencia y corrió detrás de nosotros, tomó un cuchillo de mesa que estaba en la mesita de la sala, y la lanzó hacia Haru. Cerré los ojos, casi como si ese cuchillo fuera a ocasionar un gran accidente.
Cuando escuché ese silencio tormentoso abrí los ojos, y cuando ví, ahí estaba Haru, que había puesto su mano justo al frente de él, con el cuchillo atravesado en ella. Jadeé al ver la situación. Mis ojos se abrieron aún más al ver la expresión de Haru; una expresión "meh", una expresión de que no le dió importancia al hecho de que su mano estaba sangrando, eso me sorprendió.

—Entonces era cierto. — Hank nos dió una sonrisa maniática.

¿Cierto? ¿A qué se refería? ¿Acaso Haru sabía de qué hablaba?

Haru arrancó el cuchillo de su mano y lo tiró al suelo, salpicando el suelo y parte de su traje con sangre. Tomó mi mano con la otra y salimos de ahí, ya que la puerta estaba al frente de nosotros.

Me sorprendió que Hank no hiciera otro intento de detenernos.

— ¿Estás bien? — preguntó mientras caminábamos hacia el hospital. ¿En serio me preguntó eso mientras su mano sangraba? ¡Él era el que estaba mal!

—Sí.. Haru, ¿qué rayos fue eso?— me detuve para inspeccionar su mano con preocupación, pero él solo soltó una pequeña risa, haciendo que frunciera el ceño en disgusto.

— Mi mano estará bien.— me vió dulcemente y siguió caminando.

Ese día, supe que a pesar de que tenía 16 años viviendo con Haru, no lo sabía todo sobre él, y lo primero de lo que me enteré ese día, es que tenía una fuerte rivalidad con la muerte.

....

Nunca llegamos al hospital.
Haru estúpido, solo me engañó para no preocuparme, no me quejé, no lo regañé, solo seguía procesando que mi padre estaba muerto, y que no sabía nada de Jeff.

Haru me llevó a un hotel, no se cómo lo pagó, pero lo hizo. Entré a la habitación y me ví en un espejo cercano, tenía los ojos hinchados, rojos, mi cabello desordenado, y mi ropa arrugada y rota, no sé cómo llegué a ese punto.

— Te vez tierna. —— murmuró el ojos celestes.

Haru se sentó en la cama y se quitó sus lentes. Pero mis ojos se fijaron en su mano.

— Tu herida.. está más pequeña..—dije mientras me acerqué a él y tomé su mano —Pero cómo... 

— Te dije que no debías preocuparte.— sonrió.

Lo solté y me senté a su lado, recosté mi cabeza en su hombro, con la esperanza de que la noche terminara, y hubiera un nuevo sol, que me hiciera olvidar todo.

En proceso de protecciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora