—No lo haré.
—Lo harás.
Me fulminó con la mirada mientras me veía tomar el té.
Desde hace días el rubio y Haru estuvieron intentando convencerme de romper el collar. Claramente, por más que quisiera acabar con esto de escuchar "la voz del reencuentro", no podía. Ese collar portaba algo especial, además de los recuerdos de Yuhue, tenía algo mucho más que eso.
Takeshi trataba de hacerme entrar en razon. Se la pasaba pegado a mí como chicle mientras trataba de que retomara la decisión del collar, mientras que yo solo lo ignoraba.
Más atrás estaba Mikel, intentando detener al rubio y que me dejara pensar en la decisión.Estuve paseando por toda la mansión, buscaba algo para hacer y entretenerme mientras Takeshi hacía su discurso detrás de mí. Finalmente bajé las escaleras.
—Yusi, ¿me seguirás ignorando? —prenguntó, alzando una ceja mientras me veía sentarme en el sillón.
—Takeshi, por favor.. —suplicó por quinta vez en el día aquel peliazul, sentándose a mi lado sin apartar la mirada del rubio —Sabes que no puedes obligarla.
Rulitos dorados hizo un gruñido, quedándose parado mientras cruzaba sus brazos y achinaba los ojos con seriedad, era como abofetear a Mikel con la mirada.
—Tendré que hacerlo algún día, pero no debe ser justo hoy. —aclaré mientras sonreía con convencimiento.
Si me planteaba la idea de romper el collar, tendría remordimiento al hacerlo y no era la idea. Sí, el collar tenía los recuerdos de Yuhue y si lo partía en mil pedazos obtendría al fin un poco de paz. Pero aún con todo eso, seguía siendo un regalo de Mikel y aunque él me lo entregara con conciencia de que este era su destino, era un regalo. Además, aún habían cosas de las que deseaba hablar con Yuhue, no podía dejarlo.
Takeshi solo bufó ante mis palabras y se dió la vuelta, caminando nuevamente a las escaleras mientras exclamaba irritado: —¡Ojalá Yuhue te fastidie hasta que te explote el cerebro!
—¡Basta!— gritó Mikel, nuevamente suplicante.
Pellizqué un poco el hombro de Mikel, haciendo que se volteara hacia mí rápidamente.—Déjalo, ya se calmará.
Solo me miró un instante, volteó hacia Takeshi el cual ya se iba por las escaleras. Un instante más y volvió hacia mí. Finalmente suspiró, sonriendo y asintiendo.
—Te preocupas mucho.— dijo Haru desde atrás de nosotros. Estaba leyendo un libro, sentado en una silla alejada del centro de la sala. —Takeshi es un caso perdido, pero solo intenta que todo acabe rápido.
Mikel soltó otro suspiro, asintiendo nuevamente—Lo sé, lo sé. Pero creo que si mi ama no quiere, debería respetar su decisión.
Y en serio que se preocupaba demasiado. Mikel tenía un carácter tranquilo y trataba de sobrellevar la situación lo mejor que podía. Desempeñaba muy bien su papel de justiciero.
Me levanté del sillón y le dí unas palmaditas en la cabeza, sonriendo con ternura y agradecimiento a la vez. Él solo se mantuvo quieto hasta que me separé y caminé hacia Haru—Yo sé que también quieres que rompa el collar, ¿o me equivoco?
Una sonrisa apareció en sus labios, sin apartar su mirada del libro el cual solo hojeaba repetidas veces. —¿Leíste mi mente?—preguntó con burla.
Me encogí de hombros, restándole importancia y caminando hacia las escaleras con pequeños saltos en mi recorrido—Iré con Mei.
Volteé hacia ellos, los cuales se cruzaron miradas de forma un tanto sospechosa.
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En proceso de protección
FantasyA no tener madre súmale que tu padre te odie. Súmale un crush que termina matando a tu padre y luego súmale que debes salir de tu ciudad. Ahora resta las posibilidades de tener una vida normal luego de ello y multiplica las posibilidades de experime...