epílogo

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Había pasado un tiempo, cuando satanás lo llamó al Inframundo este admiro que hubiera aprendido tanto de los humanos, a Bill ya no le importaba seguir teniendo los poderes solo quería poder estar en Gravity falls como antes sin importar si tenía que ser una roca, un humano, un pájaro o cualquier cosa que se le ocurriera a Satanás.

El rey demonio concedió el deseo del demonio aunque le devolvió los poderes ya que sin su ayuda no se habría dado cuenta de la traición y de que debería prestarle más atención a su primogénito, había pasado tanto tiempo siendo el heraldo del infierno que ya no sabía ser un padre.

Aunque tenía sus poderes el demonio no hizo demasiadas cosas, no volvió a hacer tratos con nadie por un tiempo, ni a pensar en los días que pasaban, había Sido un poco repentino que el término del verano ya estaba a la vuelta de la esquina, y por lo tanto también el cumpleaños de Mabel, aunque ni ella quería celebrarlo si era sin el.

Calabazita es tu cumpleaños - su tío estaba angustiado por el comportamiento de ella por estás últimas semanas, aquellas que vivió sin su hermano.

No me importa - murmuró con molestia, no estaba lista para celebrar un cumpleaños por su cuenta - no quiero una fiesta.

Pero todos tus amigos están ansiosos por tu cumpleaños - trató de animarla pero era completamente en vano, ella no estaba lista para algo así, no después de lo que había pasado - está bien, lo entiendo, no estás lista.

No dijo nada más y dejó a la chica allí, era completamente diferente a lo que siempre había sido, por mucho tiempo había temido separarse de su hermano pero está sin duda era una de las peores maneras, no le importaba que dipper estuviera en una mejor universidad a miles de kilómetros de ella, mientras el estuviera vivo nada de eso le hubiera importado, aunque no era la única, marco también estaba teniendo un mal momento, era su amigo, uno de los mejores que tenía y no pensó que esto pasaría, si el hubiera estado con el, quizá no hubiera pasado algo así, pensó que debió de ayudarlo más.

Nuestro demonio color amarillo de forma triangular también tenía problemas con todo esto, el había logrado aceptar que le tenía aprecio al humano, se había dado cuenta de que era más interesante de lo que pensó y que inclusive era alguien con quién le gustaba pasar el rato, aunque solo fuera hablando de trivialidades.

Oye - se removió de su sitio cuando escuchó una voz familiar.

¿Que quieres? - preguntó con molestia mirando a la muerte, el mismísimo jinete había venido a quien sabe que.

Escuché que era el cumpleaños de la mocosa - debía ser que Tom se lo había dicho, sino, no habría otra manera de que el lo supiera - satanás dijo que teníamos que darle un regalo para disculparnos - debía referirse a los demás jinetes - toma - le entregó una bola.

¿que es? - era algo mínimo siendo que habían hecho tanto daño pero igual podía ser algo más grande de lo que pensaron.

Solo dáselo a la niña - dijo mientras se metía al portal, pudiera haber preguntado más pero decidió guardarse las palabras, igual no le iban a contestar.

Fue a la cabaña, por suerte nadie había tenido tiempo de poner pelo de unicornio, que los hubiera salvado no significaba que congiaban en el, en realidad esto le causaba un gran conflicto, detestaba que la gente a la que había salvado fuera malagradecida, es verdad que no había logrado salvar al niño pero no es como si el hubiera querido que eso pasara, era lo que menos quería, no le importaba el resto de la gente, solo le importaba ese niño. Entró a la cabaña, encontró a la hermana del niño en el suelo de su habitación, podía notar la preocupación de todos y no entendía porque la dejaban sola.

No entiendo porque estás sola en tu cumpleaños - dijo, la niña ni se inmutó mientras seguía en el suelo.

Porque quiero estar sola - le dijo casi sin ganas de responderle nada al demonio - eso también aplica contigo Bill, vete.

¿Ayudar a mi enemigo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora