IX

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La primera semana en la casa de los Bang en compañía del primogénito fue en calma y bastante reconfortante. Chris era una presencia que no pasaba desapercibida, uniéndose a las bromas de Ruby y molestando a Felix hasta sacarle más sonrisas que muecas. Sus padres agradecían su presencia, incluso si ninguno sospechaba aún sus intenciones en esa casa.

Por otro lado, la familia de los Lee era un cementerio de emociones. La casa estaba casi siempre en silencio y ninguno optaba por verse los rostros hasta las comidas del día. Minho pasaba la mayor parte del tiempo en el exterior con alguno de sus hermanos alrededor.

Changbin desaparecía casi todas las noches, encerrándose en su cuarto y soltando la excusa de tener que estudiar y descansar. Jeongin también salía mucho últimamente, Seungmin era quien le reprochaba por no actuar de manera madura y ocultarle a sus padres la verdad. Pero cierto era que ninguno de los señores Lee, notaba la ausencia del menor de la casa. Jeongin era una mancha en el árbol genealógico para ellos.

Seungmin era quien más atención tenía encima. Estaba claro que los Lee no soportaban la familia Bang por la libertad de sus hijos, pero Minho y Changbin sabían que si habían decidido unir sus dinastías, fue porque les convenía en cuestión de dinero, herencias y tierras. La superficialidad del amor o lo que sea que quede de él en el medio de la relación. Seungmin se dejaba mover como una pieza de ajedrez. Minho intentó acercarse a él en varias ocasiones, pero siempre contestaba secamente y se alejaba en silencio. La casa era una tortura.

Minho bajó las escaleras el sábado de aquella primera semana y notó que su madre estaba en la sala de reuniones casuales, mirando por la ventana con un brazo en alto y una taza en su mano. Se veía demasiado artificial. Minho llegó a preguntarse si dentro de su cuerpo existían las hormonas o siquiera algún indicio de sentimientos.

Intentó cruzar la sala sin ser visto, pero Jiyu escuchó el sonido de sus zapatos y automáticamente se dio la vuelta con delicadeza y su barbilla en alto. Minho se detuvo cuando su nombre fue llamado. Al suspiro de frustración no pudo evitarlo.

—Minho, buen día —saludó, llevando su taza a sus labios y luego dejándola junto a su plato en la mesita de café. Minho asintió, sin muchos ánimos—. ¿Quieres un té?

—Estoy bien así. Gracias, madre. Saldré afuera...

—¿No estás saliendo mucho al exterior? —Su pregunta sonó fría en la habitación. Minho relamió sus labios con muchos pensamientos atorados en su garganta—. Creí que habías vuelto para cumplir tu rol como hijo de una familia tan prestigiosa como los Lee. A estudiar Cirugía como tu hermano y madurar de una buena vez.

Minho entornó los ojos ante esa acusación. Se sentía algo cansado de la misma conversación, una y otra vez, todo se repetía con sabor amargo en aquellos labios rosados. La mujer palmó con cuidado el espacio al lado de ella en el sillón de la sala. Minho lo dudó durante varios segundos, realmente no quería hablar de aquello.

—Estoy haciendo lo posible, madre. Estudio afuera porque prefiero el aire fresco. Eso es todo.

Minho no se sentó en ese lugar, pero Jiyu tampoco le devolvió la mirada o insistió en la petición.

—¿Dejarás de mentir, Minho? Sabes que no me gusta cuando me mienten, cariño. —Jiyu dejó nuevamente la taza en la mesita que anteriormente había tomado y se levantó con delicadeza del sillón. Minho tragó duro.

—Yo no... —Pero antes de poder seguir mintiendo, su madre levantó un pedazo de madera desde el costado del sillón. Minho lo reconoció en un instante. En sus manos tenía un lienzo.

—¿Flores? ¿Sabes lo que dicen de los artistas que dibujan cosas tan delicadas como una flor, cariño?

Jiyu le mostró el cuadro al menor. Minho notó que en el suelo había una envoltura de papel de regalo y una carta que ponía el nombre de "Hyunjin". El cuadro que tenía en sus manos era el que había terminado de pintar el día de la fiesta de los Hwang. Suponía que Hyunjin se lo había mandado como regalo, pero con aquella buena intención que no sabía el castaño como se enteró, se generó un problema más en aquella casa.

Puertas al cielo - [Chanho] [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora