XXIX

4K 838 606
                                    

Los preparativos de la boda de Gemma y Holly fueron como lograr que el cielo y el infierno se unieran en la tierra y no hubiese una batalla que involucrara a todo aquel que pensara distinto. En pocas palabras, mientras Gemma pensaba blanco, Holly quería negro. Por suerte, ambas estuvieron de acuerdo en que la playa era el lugar perfecto y Chris y Minho eran los encargados decorar el lugar, así que las decisiones de ambas chicas solo fueron un empujón. El resto lo planificaron ellos.

Y si Gemma y Holly eran distintas, Chris y Minho extremaban los polos. Al final, los cuatro tenían una perfecta habilidad para discutir por todo y seguir queriéndose igualmente.

Minho insistió en los colores blancos, los tradicionales. Unos tulipanes, unas rosas e incluso colocando unos leves detalles champagne, simulando la pureza, la elegancia y la unión que por años siguió un mismo patrón clásico. Chris rechazó completamente la idea. Quería colores, vida, atención y diversidad. No quería un solo tipo de flor, investigó todas las posibilidades y se peleó con Minho cuando le prohibió encargarse de las plantas.

—Chris, se supone que tiene que pasar desapercibida la boda —le reprochó desde la cocina. El susodicho se giró en la silla del comedor para darle la espalda como símbolo de ignorancia.

—¿Desapercibida? ¡Se supone que te casas una sola vez en la vida! —Chris lanzó la queja y volvió a girarse. Holly, quien fumaba en el borde de la ventana con una pierna afuera, sonrió divertida.

—Son mujeres, Christopher Bang. ¡La sociedad no las acepta! —Chris se giró hacía Holly y la miró espantado.

—No lo escuches, está perdiendo la cabeza.

—Por favor, ¿puedes pensar dos minutos en todo el odio que reciben las personas como nosotros? —Minho se asomó por el umbral de la cocina con un trapo en sus manos—. Flores blancas y punto.

Al final, las flores fueron de todos colores. Minho tenía carácter, pero Chris era caprichoso y no había forma de negarse a sus peticiones cuando aprovecha los momentos de debilidad para volver a insistir en sus deseos. Cómo cuándo le quita la camisa y en medio de un recorrido de besos desde el cuello hasta su entrepierna, le lanza la pregunta: «¿Dejarás que me encargue de la música?» y Minho, embriagado en el deseo, le responde: «Lo que quieras, solo no te detengas».

—¿Eso no es manipulación? —preguntó Gemma al oír como Minho había perdido la batalla. Holly la sostuvo de la cintura con una sonrisa.

—Voy a comenzar a implementarlo.

Las invitaciones fueron para todos y sin excepciones. La familia Bang, Lee, Hwang e incluso Jisung estaban invitados. Minho casi se arranca los pelos cuando supo que irían los Hwang, pero Hyunjin le mandó una carta a Christopher diciendo que no aceptaban ese matrimonio y que no los llevaría con él. Minho lamentó que nunca aceptarían a Hyunjin y Jeongin juntos.

—¿Y a tus padres? —preguntó Chris cuando Gemma estaba ordenando las pilas de tarjetas. Holly carraspeó desde la ventana, dónde solía pasar el rato.

—No sé nada de sus vidas, realmente.

—Pero suelen enviarte cartas —señaló Chris en la mesa de la entrada. Estaban todas cerradas.

—No son cartas con postales en Victoria, metiendo los pies en la arena y bebiendo un cóctel caro, o en el sur de Italia visitando los puertos o en algún museo de arte en Francia —aclaró Holly con un dejo de desagrado en la voz. Gemma bajó la mirada afirmando sus palabras—. Son propuestas de hombres. Oraciones de la biblia e incluso una afirmaba que si no iba en las próximas dos semanas, ellos la tacharían del árbol genealógico.

—Hubiese sido lo mejor si hubieran hecho eso —opinó Gemma—, pero no se detuvieron.

—Lamento eso —se disculpó Chris, lamentando que no todos aceptarían las cosas como la familia de Minho había hecho o la suya en cierta parte.

Puertas al cielo - [Chanho] [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora