XIV

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Minho había perdido la cuenta de los tragos que lanzó a su cuerpo y fue absorbido a la sangre, pero el mundo se veía más divertido y colorido de pronto. Changbin bajó del escenario y él no dudó en abrazarlo rápidamente, haciendo reír al menor por el cariño inesperado y sacándole una sonrisa a los espectadores de la escena.

Lee Minho, el chico agrio y callado, con alcohol encima era una nube de emociones. Sus mejillas y la punta de sus orejas estaban rojas. Sus labios se abultaban en cada final de una oración sin sentido y sus pestañas bajaban tres veces seguidas cada diez segundos.

—¿Qué le dieron a este chico? —preguntó divertido Changbin, pero aceptando el abrazo de su hermano.

—Estuviste increíble. Por favor, no dejes de hacerlo. Es más, vuelve a subir y toca otra canción. Quiero escuchar otra canción. —Minho se separó del abrazo y sujetó al menor por los hombros, sacudiéndolo con reproche cuando este negó suavemente con la cabeza.

—Es cómo hablar con el Minho de diez años. ¿Cuánto alcohol consumiste? —Changbin miró a Chris, quien ocultaba la sonrisa en el vaso y miraba directo a Minho, con más cariño del que esperó el menor—. ¿Chris?

—Lo siento, nunca pensé que tendría tan mal control de alcohol en su organismo. Acaba de ponerse a discutir con una mesa por estorbar en su camino, es peor de lo que pensé. —Chris sonrió con burla y Minho se giró a verlo de mala manera, más se quedó mirando la curva en sus labios con detenimiento.

—¿Por qué siempre te burlas de todo lo que hago? —reprochó Minho, mirándolo con los brazos cruzados.

Chris no borró su sonrisa y Minho no apartó la mirada de ella.

—Quiero que me prestes atención y haciéndote enojar es la forma más efectiva —soltó con sinceridad, encogiéndose de hombros como si aquello fuera algo normal.

Changbin ni siquiera prestaba atención a la escena, una mujer se había acercado a halagar su música y ellos estaban en su burbuja.

—Existen otras formas de lograr que te mire. —Minho bajó los brazos cuando Chris se levantó de la silla.

—¿Ah, sí? ¿Cómo cuáles, príncipe?

—No lo sé. —Minho se tensó cuando el rubio estuvo a menos de un metro de distancia, su vaso bailaba en una mano y se veía tan despreocupado que resultaba llamativo.

—Vamos, dime una y dejaré de molestarte.

—Tú... —Minho dejó de retroceder y Chris se posicionó a centímetros de su cara, aquella escena era comprometedora para el mundo entero, pero nadie parecía estar viéndolos—. Solo... Sonríe y será suficiente.

Chris soltó una risa.

—¿Sonriendo consigo tu atención?

—Lo haces. —Minho bajó la mirada a sus labios, pero la apartó al instante, apoyando las manos en su pecho y alejándolo de él—. Ahora deja de burlarte.

Chris sonrió de costado y se dejó alejar por Minho, volviendo a su lugar con diversión. Changbin se giró justo en ese momento.

—¿Dónde están Felix y Jisung?

—Felix insistió en querer escuchar una canción, así que Jisung fue a buscar el piano y él lo acompañó. —Minho se dejó caer en un banco agotado, Changbin miró a Chris con un asentimiento, sabiendo que él dio el consentimiento—. El piano fue una excusa, no se dejen engañar. Ellos están en una cita —soltó sin miedo el mayor de los Lee, haciendo a Chris atragantarse con la bebida y a Changbin mirarlo con el ceño fruncido.

—Estás bebiendo demasiado, ya es hora de llevarte a casa —ordenó Changbin, pero antes de poder ayudar a Minho a levantarse, un señor de aspecto elegante le tocó el hombro con suavidad.

Puertas al cielo - [Chanho] [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora