Chris bajó la taza de sus labios cuando vio a Ruby bajar las escaleras con un mohín. Ava, bajando las escaleras por delante, le indicaba los colores que favorecerían su tono de piel, los detalles que tenía que tener el vestido para que su cuerpo deslumbre en él y sobre todo, las mejores tiendas del pueblo y dónde recibirían buenos descuentos por ella ser una modista de alta clase. Felix, quién hablaba con una sirvienta sobre las propiedades del té de jengibre, sonrió cuando Ruby le hizo una cara en pedido de auxilio. Chris hizo una mueca ante eso.
—Tienes la piel muy pálida, cariño, pero lamentablemente en las bodas se usa blanco. Por ello, vamos a buscar decorar bien tu cuello y manos. —Ava se giró y Ruby sonrió sin mucho esfuerzo. Sus mejillas rosadas con pequeños puntos se estiraron y el corazón de sus dos hermanos se achicó de amor.
—Ah, aún recuerdo cuando tenía tres años y se escondía dentro del armario para no tener que bañarse. —Chris soltó aquello con burla, su mano en el pecho fingiendo nostalgia y Felix soltó una risita por eso. Ruby lo miró indignada.
—Que recuerdos. Oh, y cuando se sacaba la ropa en medio de la sala porque tenía calor y teníamos que corretearla por toda la casa. —Felix le siguió la broma, haciendo que Ruby le mirara ahora el doble de indignada. Chris aguantó una risa.
—Lo recuerdo, teníamos que apagar el fuego de la chimenea cuando aprendió a caminar porque ella quería agarrarlo y metérselo en el bolsillo.
—Cuando se comió una flor que encontró en el jardín y estuvo llorando una semana porque creía que le crecería una planta en la panza. —Ruby ahora tenía las mejillas rosadas por los recuerdos vergonzosos que sus hermanos traían al presente. Ava rodó los ojos ante la exageración de sus dos hijos.
—¿Deberíamos decirle esto a Seungmin? —Chris miró a su hermano con curiosidad fingida. Felix lo pensó seriamente.
—Creo que debe saberlo.
—Muy bien, suficiente. Si alguno de ustedes le cuenta mi infancia a Seungmin, voy a lanzarles la ropa al lago. —Ruby levantó el dedo con amenaza y ambos chicos levantaron las manos en señal de inocencia. Ava tomó la mano de Ruby la sacó de la casa con determinación.
—Nos vemos luego, muchachos. No hagan nada que sea digno de reproche, por favor. —La puerta se cerró y ambos chicos rieron bajito.
Chris soltó un suspiro y se levantó de su lugar, acomodando los libros que había estado leyendo en el desayuno y mirando por la ventana el buen clima. Felix se despidió educadamente de la sirvienta y se acercó a su hermano con una leve sonrisa.
—¿Saldrás hoy? —preguntó con duda el pecoso.
—Planeaba hacerlo. Quiero ver las abejas.
—Chris, ¿puedo hacerte una pregunta? —El rostro sonriente de Felix cambió a uno más serio. Su hermano asintió con un ademán de que lo siguiera a buscar sus cosas de apicultura—. Tú... ¿Tú quieres que los Bang se unifiquen con la familia Lee?
Chris sonrió, sabiendo que Felix ya tenía sus sospechas. Juntó sus cosas de apicultura y acomodó un poco su cabello antes de contestar aquella pregunta.
—No, si te soy del todo sincero. No es algo personal con los Lee, aunque no me agrade del todo su familia, es algo más profundo. Algo... mío. Como un capricho, si quieres llamarlo así.
Ambos jóvenes salieron de la casa, el sol de primavera golpeó sus pieles y de alguna manera, junto a una suave brisa fría, se sintió increíble.
—¿Que capricho?
—El capricho de luchar por el derecho a amar a quien tú decidas. —Chris miró a su hermano con una leve sonrisa. Felix le dedicó su máxima atención—. Somos humanos individuales, Lix. Tenemos vidas por separado. ¿Por qué existe una manía de meterse en las vidas ajenas? ¿Cambiar las decisiones y controlar los sentimientos? Ruby tiene el mismo derecho que todos a amar a quien decida amar.
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Puertas al cielo - [Chanho] [✓]
FanficLos Bang y los Lee planean unir sus dinastías. Lo tienen todo específicamente organizado; los colores de la boda, la cantidad de descendientes que dejarán en el mundo y el lugar geográfico donde tendrán su final feliz. Y aunque tienen en sus manos...