¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Narra Baby
Después de haber corrido durante lo que se me hizo una eternidad, nos paramos a descansar justo en la piedra de la calavera. Allí podríamos resguardarnos bajo la roca para recuperar el aliento y formular un plan para salir de allí. Mi primera preocupación, lo que más me angustiaba, era el estado de Steve. El ataque que había sufrido había sido terrible. Por ello, no perdí ni un segundo en girarme hacia él, tomarlo de la mano y llevarlo hacia la piedra con forma de calavera. Allí le hice recostar su espalda contra la pared.
-Dios... -murmuré, aún con la respiración agitada, mientras examinaba las heridas de su torso.
-¿Cómo está? -Nancy preguntó.
-Le han... arrancado varias capas de piel -contesté, empezando a tirar con fuerza de la tela de mi jersey negro-. Será mejor que lo vende.
-¿Esas cosas no transmitirán la rabia verdad? -Robin preguntó, agitada-. Porque me da mucho yuyu y no parecían estar vacunadas.
-Un veterinario en el Upside Down -bromeó Eddie.
-No deberías haber venido, Baby -levanté la vista y me encontré con los oscuros ojos de mi novio, quien me miraba con enfado y angustia-. Te dije que ni se te ocurriera tocar el agua y tú te tiras de cabeza.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-Tú me prometiste que volverías -le contesté, arrancando una buena porción de la tela de mi prenda, dejando casi todo mi torso al descubierto-. No lo hiciste así que yo también tuve que romper mi promesa.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.