016

423 61 32
                                    

Seokjin



Si dijera que no me sentía un poco inquieto sabiendo que Haesol no se encontraba frente a mi oficina estaría mintiendo, esa sensación no me abandonaba desde que comenzó a trabajar conmigo y tenía sus días libres.

Ahora su horario era un poco más flexible consecuencia de que parte de mis responsabilidades las tuviera el nuevo CEO. Estaba mal que me sintiera así porque ser mi asistente no era algo fácil, Sol merecía tener tiempo para sí misma y no seguirme a todos lados con un millón de cosas por hacer, pero ella decía que ese era su trabajo y no tenía problema en acompañarme siempre. Nunca la oí quejarse, al menos no en serio.

Era su día libre e imaginaba que debía estar aprovechándolo al máximo. Anteriormente me había dicho algo como que quería ser una persona saludable, hacer ejercicio, comer bien y esas cosas.

Yo me encontraba en la oficina firmando algunos permisos necesarios para un proyecto que tenía mucha ilusión de llevar a cabo, quizás en la noche cenaría con mi hermana pero aún no me había confirmado.

Tocaron a la puerta de mi oficina y emití el 'pase', viendo entrar a Danhee, la secretaria y ahora segunda mano de Sol, un segundo después.

–Señor Kim, hay una mujer que quiere verlo.

Me pareció extraño porque no esperaba a nadie.

–¿Quién?

–Su nombre es Song Miram. ¿La dejo pasar?

–Si.

Rato después vi entrar a la morena sosteniendo un ramo de flores y una sonrisa adornando sus labios, e inconscientemente imité su gesto.

–Hola, lamento venir así. Espero no esté ocupado, chef.

–Oh, descuide, es un gusto verla –señalé hacia los sillones– Sentémonos.

–Estas son para usted. –Extendió el ramo hacia mi, lo tomé, recordando que esa era una costumbre muy común en Francia al visitar a una persona, se suele obsequiar flores o una botella de vino.

–Gracias, me gustan los tulipanes –muchos recuerdos vinieron a mi mente porque eran las flores favoritas de Haru– Danhee trae algo de beber, por favor. ¿Le apetece una taza de café o té? –Me dirigí a Miram.

–Café está bien.

–Para mí un café también.

–Enseguida lo traigo, señor.

Danhee salió dejándonos solos. Ambos nos sentamos frente a frente.

–¿En qué puedo ayudarle señorita Song? –Observé el ramo en mis manos.

–Debería ponerlas en un jarrón.

–Oh, si.

En uno de los estantes donde tenía algunos libros, había un jarrón de vidrio vacío y pensé que allí lucirían bien las flores. Miram me ayudó a quitar el envoltorio que adornaba los tallos para luego depositarlas dentro del recipiente.

–Están preciosas. Hace mucho no me regalaban flores.

–Me alegra que le gusten, chef. –Sonrió.

Volvimos a la estancia para sentarnos de nuevo, justo en eso entró Danhee sosteniendo una bandeja con dos tazas, las dejó en la mesa y se retiró.

Ambos dimos un sorbo al café, pero no pude evitar hacer una mueca.

–¿Pasa algo?

Miram parecía satisfecha o si no le había gustado, disimuló perfectamente porque bebió nuevamente de la taza.

BY MY SIDE (DANGER) »KSJ;PJMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora