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Jimin





Miram y yo teníamos un hobby en común, el cual era hacer senderismo. Lo habíamos practicado en varios países que ofrecían lugares muy hermosos para explorar. Por eso hace algunos años habíamos adquirido una cabaña a las afueras de Seúl en un parque natural muy bonito, para cuando quisiéramos desconectarnos de todo y todos, pero como habíamos estado en Francia la dejamos abandonada. Al llegar decidimos hacerle varios arreglos.

Ahora estaba estacionando justo frente a nuestra cabaña, ya que había recibido una invitación de su parte. Teníamos unos cuantos días sin vernos después del incidente en su apartamento del cual no me siento orgulloso, ella había cometido un error y yo también.

Miram me recibió luciendo muy hermosa. Tenía puesto un vestido blanco de tiras, sencillo y que se ajustaba delicadamente a su figura, no estaba seguro si era un baby doll o un simple vestido de seda, pero igual casi babeo al verla y no era como si se hubiese arreglado más de lo normal, solo estaba siendo ella.

–Hola. –Me abrazó e inhalé el dulce y confortable aroma de su perfume, sintiéndome completo después de días en los que ni siquiera pude dormir bien.

Se separó de mi con una sonrisa y por instinto le correspondí el gesto.

Fuimos directamente a la cocina donde habían varias ollas tapadas sobre la estufa, noté que su caminar era normal. Parecía haberse curado muy bien de su herida en el pie. 

–¿Tienes hambre? Preparé tus platillos favoritos.

Destapó las ollas y mi estómago casi ruge al ver lo que había preparado para mí. Era estofado de costillas, yachaejeon, sopa de kimchi y arroz como acompañamiento.

–Que bien, porque desde la mañana solo me había dado tiempo de comer un panecillo de chocolate y almendras.

–Creo que tengo que calentarlo un poco.

Me senté en la barra mientras la veía organizar todo.

–¿Y que hay de postre?

–Lo que siempre disfrutas comer. –Me dio una miradita coqueta.

Oh...

–Estoy ansioso por probarlo, entonces. –Soltó una risa por haberle seguido el juego.

–No creí que vendrías.

–¿Por qué? Yo te dije que sí.

–No lo sé, pensé que te retractarías a último minuto.

–Yo... te extrañaba.

–Ni te imaginas cuanto te extrañé yo. –En sus ojos pude ver el arrepentimiento.

Miram no era el tipo de persona que admitía sus errores, mucho menos le gustaba disculparse, pero cuando se trataba de mí, de nosotros, se esforzaba mucho para arreglar las cosas.

–Espero que te guste. –Dijo al terminar de colocar todos los platos frente a mí, me miró ilusionada al ver que di la primera probada del estofado y luego tomé un poco de yachaejeon con los palillos.

–Está delicioso. Te luciste. –Sonrió aliviada.

Me sirvió un poco de mi vino favorito e hicimos un pequeño brindis, casi no hablamos porque tenía mucha hambre y ella me permitió disfrutar de la comida, solo mirándome con satisfacción porque estaba deliciosa.

–¿Estás cansado? –Se acercó a mí después de haber dejado todos los platos en el fregador.

–Me duele la espalda.

BY MY SIDE (DANGER) »KSJ;PJMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora