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Haesol no pudo aguantarse mucho más el llanto, en aquella parada solitaria parecía que pronto la lluvia la acompañaría. Aún faltaba unos veinte minutos para el próximo autobús que la llevaría hasta donde estaba viviendo.

Habían pasado cinco meses desde que se alejó de su familia y estos le habían dado la espalda, aún le costaba asimilarlo; terminar el compromiso con Jungkook fue el comienzo de todos sus problemas. Le costaba asimilar que había pasado de vivir con muchas comodidades a estar en un sótano muy pequeño y sin calefacción, ahora que las temperaturas llegaban a bajar mucho. 

Su mente a veces le jugaba malas pasadas y se preguntaba si debía ceder un poco para así volver a su antigua vida, pero luego su orgullo tomaba fuerza.

Aunque esa noche solo quería desaparecer. Tuvo que aguantar las faltas de respeto de su jefe, las cuales se repetían constantemente, pero si reclamaba perdería el trabajo y lo necesitaba porque se le había hecho muy difícil conseguirlo. Su padre se había encargado de que ser independiente se le hiciera en extremo difícil.

Se sentía muy humillada, cansada y sola.

La prensa había hecho un gran revuelo por su situación, escuchaba muchas burlas hacia su persona y del como "la despojaron del trono". Al principio tuvo que esconderse porque los reporteros no la dejaban tranquila, al menos ya habían dejado de acecharla.

Un trueno retumbó, haciéndole sobresaltar y revisar la hora en su celular, luego la pantalla de la parada; solo habían pasado tres minutos. Algunas personas caminaban apresurados por la acera para evitar la lluvia que parecía acercarse cada vez más.

Vio un auto negro de vidrios ahumados aparcar a unos metros de ella junto a la acera, pero nadie bajó y se asustó, ya que estaba sola y no le apetecía enfrentarse a otro enfermo pervertido, con sus superiores tenía suficiente.

Tomó su cartera poniéndose de pie y comenzó a caminar hacia el lado contrario de donde estaba el auto, pero notó como este arrancó y en vez de continuar por la avenida, parecía seguirla. El miedo se hizo más presente y sus pasos se hicieron más rápidos, un montón de situaciones pasaron por su mente hasta que escuchó su nombre pronunciado por una voz masculina.

Sintió temor, pero se dio la vuelta encontrándose con un hombre trajeado, parado junto al auto.

–¿Haesol? Eres tú, ¿verdad?

–¿Seokjin? –Parpadeó repetidas veces, reconociéndolo al instante cuando su rostro se iluminó por la luz del poste junto a ellos, y sintiendo la situación bastante surrealista porque no es como si le pasara por la mente volver a verlo y menos en ese momento, teniendo en cuenta que había una gran posibilidad de que se encontraran alguna vez. Sabía que le iba muy bien como chef y que su restaurante era muy conocido, aunque nunca pensó en visitarlo.

–Sí, lo siento mucho, no quería asustarte. Tardé en bajar del auto porque estaba en una llamada –extendió sus manos hacia el frente siendo todavía cauteloso, pues se dio cuenta que la castaña se llevó un buen susto por su culpa y al parecer había llorado– Te vi y de inmediato supe que eras tú. ¿Qué... haces aquí? Va a llover pronto.

–No te preocupes...–ambos recortaron la distancia sin dejar de mirarse, sorprendidos por el fortuito reencuentro– Ehm, estaba esperando el autobús para ir a casa. –Haesol notó en su rostro la confusión, señal de que probablemente no sabía nada de lo que ocurría en su vida. Y la verdad es que él se preguntaba por qué ella pretendía usar transporte público si debía tener chóferes a su disposición o autos propios, pero decidió no ser un entrometido. –Qué bueno verte de nuevo, Jin. –Sonrió, pero el pelinegro vio como ese gesto no llegó a sus ojos, aunque si percibió la sinceridad en sus palabras.

BY MY SIDE (DANGER) »KSJ;PJMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora