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Seokjin




Salí de la cocina hasta el comedor donde vi a todos los niños sentados en las mesas en pequeños grupos de cinco y seis disfrutando de los diferentes platillos. Me sentí pleno.

–Te ves muy feliz. –Namjoon que recién salía de una reunión vino hasta acá.

–No sé como no se me ocurrió antes.

Quise hacer una especie de proyecto con los niños de las distintas casas hogares que se encontraban en la ciudad. Llegué a donar comida, becas y otras cosas a muchas de ellas, pero quería que los niños tuviesen una experiencia distinta y conocieran el edificio.

KS tenía un comedor propio, contábamos con un chef particular pero por este día estaría reservado para los niños de la casa hogar Beol de Yangcheon-gu y yo fui el chef esta vez. Despejé mi agenda y traje el personal de cocina de Moonlight solo para esto.

Poder darles una buena experiencia a estos niños que habían sufrido los golpes de la vida a muy temprana edad y verlos disfrutar de platillos que quizás no habían tenido la oportunidad de probar me llenaba el corazón de alegría y dicha.

Aunque también un poco de melancolía ante el recuerdo de que Haru y yo queríamos ser padres, no había muchas posibilidades de que eso pasara debido a su enfermedad y siempre hablábamos de ello como un anhelo que sería difícil de cumplir. Y no solo por su enfermedad en sí, sino por el vacío que iba a dejar en otra persona ante su partida inminente.

–Haesol, organizó todo muy bien.

Ella se encontraba hablando con uno de los coordinadores de la casa hogar, había estado algo desanimada desde que volvió de Jeju pero no habíamos tenido la oportunidad de conversar más allá del trabajo. Además que me dejó claro que olvidáramos el asunto de su padre, cosa que yo no podía olvidar tan fácil. Jung Jaewon era un hombre déspota y egoísta, no había cambiado nada. Hace un año, una de las empresas que pertenecía al Grupo Jung quiso hacer negocios con KS pero yo no quería relacionarme con algo que tuviese que ver con ese nombre.

–Si, ella tenía mucha ilusión sobre esto. –Sonreí, viéndola.

Cuando le comenté sobre lo que tenía en mente, ella se emocionó mucho y comenzó a preparar todo para que los niños pudiesen venir.

Noté que recibió una llamada y se excusó con el hombre con quien estaba hablando, para luego salir apresuradamente del comedor. Su expresión risueña me resultó curiosa.

–Oye, ¿mañana no tienes el compromiso con Gold?

Asentí.

–Entonces, verás a Song Miram de nuevo. –Afirmó, con una sonrisa.

–Probablemente.

–Seguro la prensa te va a involucrar con ella.

–Ojalá que no, sería un dolor de cabeza. Para los dos –me crucé de brazos– Es viuda, sería un poco chocante para ella que esté involucrada en tontos rumores de romance.

–¡¿Es viuda?!

–Silencio. –Había alzado mucho la voz.

–Joder, es muy joven para serlo. –Volvió a un tono normal.

–Pues, ya ves, así es la vida. –Suspiré, recordando como me contó con mucho pesar sobre la repentina partida de su esposo. Se notaba que para ella aún era una situación muy difícil y lo comprendí totalmente.

–Supongo que pueden ser... buenos amigos ¿no? –entorné los ojos– Han pasado por situaciones similares y...-

–Creo que ya deberíamos ir sirviendo el postre. –Lo interrumpí.

BY MY SIDE (DANGER) »KSJ;PJMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora