🏆 Finalista de los Premios Wattys 2022 🏆
Zoe y Rhett.
Rhett y Zoe.
Una relación complicada.
Ambos se odian y no pueden ni verse, pero Rhett le fascina molestarla, es uno de sus pasatiempos favoritos. En cambio, Zoe ya tiene sus propios problemas c...
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«Tenía que confesárselo antes de continuar, antes de salir más dañado... Y solo esperaba una respuesta positiva por parte de ella»
Rhett.
Habían pasado varios días y la semifinal del torneo de baloncesto estaba a la vuelta de la esquina.
Mayo estaba acabando y una pareja de jóvenes se encontraba en el interior de un coche, a punto de irse a una fiesta universitaria, juntos por primera vez. Habían estado hablando en privado sobre lo que pasó aquel día en la ducha de la universidad. Zack se había arrepentido de haberse ido de su lado, cuando en realidad, lo que estaba hablando, era su miedo y no él aquel día. Pero Izan, lejos de haber sufrido aquel día, lo comprendía.
Lo amaba y en sus ojos se veía que Izan amaba a aquel chico rubio. Pero Zack no era menos y también estaba enamorado de él por completo, aunque las circunstancias no les ayudasen a poder estar juntos.
Tras disculparse y ahora encontrarse en el coche de Izan, a punto de hacer algo juntos que no fuese en el cuarto de Izan, en el sofá del pelirrojo o de la ducha de la universidad.
Aún faltaban muchas cosas para que Zack se abriese a Izan, sobre todo cuando le pidió en aquella conversación que le diese tiempo y que no hiciera preguntas incómodas hasta que él no estuviese preparado para abrirse emocionalmente a Izan.
El joven pelirrojo lo miraba con una sonrisa, feliz de tenerlo a su lado y cuestionó;
—¿Estás nervioso?
Zack se relamió los labios, con la atenta mirada de Izan que deseaba besarlo delante de todo el mundo. Pero sabía que debía ir al ritmo de Zack y que, si terminaban juntos, que fuese él quien le plantase un beso delante de todo el mundo.
Poco a poco.
—Jamás he ido a una fiesta. ¿Habrá mucha gente? —preguntó, demostrando que tenía nerviosismo.
Izan sonrió por completo y asintió.
—Es una fiesta universitaria, así que si. Aunque estoy seguro que te lo pasarás bien —le prometió.
Zack mostró su sonrisa, dejando de lado la tristeza en la que estaba sumergido y miró sus manos, no siendo todo su nerviosismo por aquella fiesta, sino porque Izan iba a presentarle a sus amigos y porque iba a ser la primera vez que pasaran juntos, sin importar que su padre los viese.
Estaba relajado en el fondo por aquello último y solo esperaba caerle bien a los amigos del chico del que estaba enamorado.
Lo miró y volvió a decirle;
—Siento lo del otro día... Pero...
Izan tomó las manos de Zack y negó con la cabeza para contestarle;
—Tienes miedo, eso lo comprendo... No te preocupes, Zack.
En el interior de aquel coche, en el silencio de ambos, el cual estaba lleno de significado, se observaron por largos minutos. Y aquel espacio cerrado no ayudaba en lo absoluto para controlar lo que ambos sentían.