Lena se echó a reír cuando apagó todas las velas menos una en su intento de apagar las treinta y ocho
- Oh, no, eso es mala suerte -dijo ella. Ashton se abalanzó y apagó la última de ellas, sonriendo como si fuese su cumpleaños.
- ¿Fudge de doble chocolate? -Lena se volvió hacia Eliza con las cejas levantadas.
- Lo sé, lo sé. Es el favorito de Ashton. Pero cuando tú y Kara eran niñas, creo que este era el que más me hacía hornear para ti casi todos los años
La sonrisa de Lena vaciló un poco ante la mención de Kara. Tenía la esperanza de que este año, Kara pudiese recordar su cumpleaños o por lo menos reconocerlo, pero no había sabido nada de ella durante toda la semana. Eliza pensaba que Kara regresaría a casa mañana. Y ahora, al igual que otros años, sentía esa tristeza que le abrumaba. Azul. Se sentía azul. Trató de alejarla, pero los ojos de Eliza se suavizaron y extendió una mano para apretar la suya.
- Quiero esta esquina –dijo Ashton, ajeno al estado de ánimo de su madre. Lena apretó la mano de Eliza en respuesta y luego tomó el cuchillo
- Aquí tienes -dijo mientras cortaba cuidadosamente un pedazo grande. Ella y Eliza tomaron pedazos mucho más pequeños y estaba tan delicioso como siempre. Ashton terminó su pedazo en tres grandes bocados, luego tomó la laptop con la que ella siempre lo veía en el sofá.
- Creo que él duerme con esa cosa -susurró ella.
- Parece muy emocionado –dijo Eliza- Mucho más que cuando se dirigió a la escuela de medicina
- Sí. Creo que esto será bueno para él
- ¿Y qué hay de ti? Él sólo estará aquí una semana más ¿Va a estar bien en tu nueva casa sola?
- Voy a estar bien. Me encanta hasta ahora. Por supuesto, sabes los pocos muebles que tengo. Eso me mantendrá ocupada y disfruto ir de compras. Especialmente la ropa. Ahora tengo varios pares de vaqueros y pantalones cortos –se acercó más- Ha sido muy agradable no tener a mi madre conmigo -Eliza se rio en voz baja
- Bueno, por favor, no le digas que te ayudé a elegir tu dormitorio
- No importa. Ella le encontrará fallas de todos modos -Permanecieron en silencio por un momento y Lena sintió la mirada atenta de Eliza sobre ella. Levantó la vista, sintiéndose un poco triste nuevamente.
- ¿Te ha llamado Kara? -Lena negó con la cabeza
- No sé por qué esperaba que lo hiciera. No es como si me hubiese llamado en los últimos dieciséis, dieciocho años -tomó su taza de café y luego la bajó nuevamente, sabiendo que el café estaba frío- A pesar de que Kara y yo nos hemos acercado nuevamente... casi se siente como si nos repeliéramos la una a la otra -Eliza asintió con la cabeza
- Sí. Eso es lo que hace la gente cuando tiene miedo de acercarse demasiado -Lena quería compartir algunas cosas con Eliza, pero no estaba segura de cuan apropiado sería considerando que Kara era su hija. Por otra parte, además de Kara, Eliza era su amiga más cercana, a pesar de su diferencia de edad. Echó un vistazo por encima del hombro, asegurándose de que Ashton siguiera absorto en su laptop.
- Esos viejos sentimientos... todavía están allí -dijo en voz baja- Me asusta. Me imagino que también asusta a Kara -Eliza se acercó más, su voz igualmente baja
- ¿Así que no tienes ningún deseo de darles la bienvenida otra vez? -Lena sonrió
- ¿Darles la bienvenida? -Eliza se ruborizó
- Estaba tratando de decirlo delicadamente -La sonrisa de Lena se desvaneció y jugó con el tenedor entre sus dedos, finalmente bajándolo y colocándolo al lado de lo que quedaba de su pastel
- En este momento, están sucediendo muchos cambios en mi vida, agregar eso a la lista me podría llevar al límite –admitió- Necesito concentrarme en mí. Tengo que recuperarme primero
***
El regreso a casa se hizo casi en silencio y miró a Ashton, quien miraba hacia frente, con el rostro inexpresivo.
- ¿Qué pasa? -Él la miró y negó con la cabeza
- Nada
- Estás muy callado -dijo ella. Él se encogió de hombros
- Sólo pensaba
- ¿Sobre qué? -presionó. Se volteó para mirarla nuevamente, parpadeando varias veces
- Cuando estabas hablando con la Srta. Eliza, estuviste hablando sobre todos los cambios en tu vida -dijo él. Ella agarró el volante un poco más fuerte. Así que estaba escuchando, después de todo. Asintió con la cabeza lentamente
- Sí
- Mamá... tú y Kara eran... eran más que amigas –preguntó él, su voz sonaba pequeña e infantil dentro el coche silencioso. En cierto momento, esta pregunta le hubiese enviado en picada. Ahora, quería decirle la verdad, sacarlo todo. Sería un alivio no tener que ocultarle eso a él. Pero ¿realmente él quería saber la respuesta? ¿Era algo que un hijo quería saber acerca de su madre? Él pareció sentir su vacilación. - Está bien, mamá. Me lo puedes decir
- Realmente has crecido ¿no es así?
- ¿Ella fue tu primer amor? –Lena sonrió ante su elección de palabras
- Sí. Sí, lo fue -lo miró rápidamente- Sé que eso debe impactarte
- ¿Lo sabe papá?
- No -Ella entró en su nuevo camino de entrada a la casa y apretó el botón de la puerta del garaje. Antes de entrar, ella lo miró, observando sus ojos inteligentes que estaban llenos de preguntas.
- ¿Es por eso que te estás divorciando de papá?
- No, cariño. Tu padre y yo, bueno, fuimos presionados para casarnos al igual que fuiste presionado para ir a la escuela de medicina -entró en el garaje y estacionó- ¿Recuerdas a principios de primavera, cuando me dijiste que no me veía feliz?
- Sí
- Lo intenté. Todos estos años, realmente traté que funcionara con tu padre. Pero nunca lo amé de la forma en la que necesitas amar si quieres que un matrimonio sobreviva. Y cada año que pasaba, más infeliz era ¿Entiendes?
- Sí. Lo sé, mamá. Me di cuenta -torció sus manos- Pero papá está muy molesto por esto. Dice que no sabe cómo va a lograrlo sin ti -Lena se mordió el labio, tratando de encontrar una manera diplomática de decirle que James estaba utilizando a Ashton para sus propios fines. Decidió que no podía.
- Eso es ridículo -dijo ella- Agnes se ocupa de él. No yo -salió y cerró la puerta- Lo siento, pero él realmente está preocupado por lo que sus colegas y clientes dirán. Él no va a extrañarme en su vida, Ashton
- Lo siento, mamá -Ella se acercó a él y le dio un fuerte abrazo
- No tienes que disculparte, cariño -lo dejó en libertad- Ahora, solo estarás otra semana aquí. Si deseas pasar un tiempo con tu padre, lo entenderé -Él asintió con la cabeza
- Voy a pasar un par de días allí. No sé su agenda todavía
- Está bien ¿Qué tal si mañana tenemos nuestro día de juego? Tendremos nuestra propia fiesta en la piscina
- Hecho -Ella apartó el cabello de sus ojos
- Espero no haberte decepcionado -dijo ella.
- Nunca podrías decepcionarme, mamá
Más tarde, con Ashton absorto nuevamente en su computadora, llenó un vaso de vino y salió a la piscina. Había comprado algunos muebles, una mesa con una tapa de vidrio grabada y cuatro sillas, un par de tumbonas y un sofá de mimbre con cojines gruesos. Eligió el sofá de dos plazas y estiró sus piernas mientras miraba las luces parpadeantes de la piscina bajo el agua. Era una noche tranquila, con sólo el sonido ocasional de un coche que pasaba. Sus vecinos a cada lado eran mayores, sin hijos. No los había visto mucho y se preguntaba si ellos disfrutaban de sus patios traseros o si preferían quedarse en casa. Mientras ella crecía, la única vez que sus padres utilizaron el jardín y el patio fue para realizar algunas fiestas. Incluso la cubierta... solamente la utilizaba ella y Kara. No podía recordar un solo momento en que sus padres... ni uno o el otro... simplemente salían para sentarse. Y una vez que se casó, rara vez salía, a pesar de que su patio era bastante elaborado. Tal vez ese era el problema. Era elaborado, pero no atractivo. No como el pequeño patio de Eliza, con sus macetas por los alrededores. Eso era lo que ella quería en su patio. Nada especial, simplemente atractivo y acogedor, un lugar donde poder sentarse y contemplar el día. Como ahora. Su cumpleaños. Treinta y ocho años. Dios ¿Dónde había ido todos esos años? Se les había escapado sin que ella realmente lo notara. Había pasado por todo mecánicamente, día tras día, semana tras semana, hasta que sus dieciséis años de matrimonio se deslizaron como la arena a través de un reloj de arena. Pero aquí estaba sentada, en su nueva casa, la primera de su elección. Su nueva vida apenas comenzaba. Cuando sonó el teléfono, perturbando el silencio, casi lo apagó sin mirar. Había evitado a su madre todo el día. El mensaje de voz que había dejado esa mañana era suficiente para manchar su día. Realmente no tenía ganas de hablar con ella. Miró el teléfono y sintió que su pulso se aceleró. No era su madre.
- Hola -dijo ella.
- Hey. Quería desearte feliz cumpleaños -Ella cerró los ojos por un momento
- Te acordaste
- Siempre lo recordé, Lena -dijo Kara en voz baja en su oído- ¿Tuviste un buen día?
- Sí. Ashton y yo fuimos a almorzar. Luego, tu madre nos hizo una cena. Y había hecho un decadente pastel fudge de doble chocolate -dijo con una sonrisa
- Como en los viejos tiempos -agregó ella.
- Lamento habérmelo perdido
- Pareces cansada -dijo ella.
- Ha sido una semana muy larga. Estoy lista para regresar a casa -Lena se sorprendió de que Kara se estuviese refiriendo a Brook Hill como casa. Gratamente sorprendida. Entonces escuchó las voces en el fondo, y ladeó la cabeza, escuchando las risas.
- ¿Una fiesta?
- Sí. Una fiesta-cena –dijo Kara.
- Cierto. Tus amigas -dijo ella. Y Lucy, la mujer con la que has estado durmiendo, añadió en silencio. Cerró los ojos ante ese pensamiento- Bueno, no quiero retenerte. Deberías volver -se aclaró la garganta rápidamente- Gracias por llamar. Significa mucho para mí
Colgó antes de que Kara pudiese responder. Sostuvo el teléfono contra su pecho, sintiéndose azul nuevamente.
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At Seventeen (adaptación Supercorp)
RomanceLena Luthor y Kara Danvers conocieron cuando tenían diez años de edad. Lena: hija de padres ricos y Kara, la hija de su empleada doméstica, se convirtieron en buenas amigas, pero ambas sabían su lugar en la vida. Nunca hubo duda alguna de que se con...