CAPITULO 31

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Lena sabía que probablemente no era la mejor idea que había tenido... invitar a Kara para pasar la tarde en la piscina y luego la cena. Puso las toallas perfectamente dobladas en cada silla reclinable, preguntándose si debía llamarla y cancelar. En las últimas dos semanas se habían visto en tres ocasiones, dos veces en casa de Eliza para el almuerzo y una vez para la cena, cuando conoció a la familia de Alex. Se sorprendió cuando fue incluida en la cena familiar. No sabía si había sido Eliza o Kara. Había disfrutado, sin embargo, ella y Kara no habían tenido ni un solo momento a solas. Recordó la vacilación de Kara cuando la había invitado a venir. Sí, estarían completamente solas, algo que no había ocurrido en casi dos meses, no desde la tarde que habían ido a buscar casa. Si era prudente o no ya verían, pero la echaba de menos. Dios, espero que use un bikini. Sacudió la cabeza y sonrió ante su pensamiento. No, definitivamente sería mejor si Kara no usaba un bikini. De hecho, cuanto más pensaba en ello, la idea de ellas nadando lucía de mal en peor. Ashton ya no estaría allí para actuar como un chaperón involuntario, solo serían ellas dos.


- Somos adultas por el amor de Dios –murmuró ella.


Además, Ashton la había interrogado extensamente después de la última visita de Kara. Ella le había asegurado que no había nada con Kara. Eran amigas. Nada más. Aunque las valientes palabras de Ashton le deseaban felicidad, podía notar que estaba alterado porque ella y James se estaban divorciando. Sospechaba que aún peor sería descubrir que su madre tenía un romance con otra mujer. Lo que no ocurriría. Ella y Kara, cada una había dicho que no habría un romance. ¿Entonces por qué estaba tan nerviosa? Bueno, no tenía más tiempo para contemplarlo. Escuchó a Kara llegar, escuchó el portazo de su camioneta. Se apresuró a regresar a la casa, echando una última mirada alrededor, asegurándose de que todo estuviese en su lugar antes de abrir la puerta.



- ¡Tienes muebles! -exclamó Kara mientras inspeccionaba la gran sala.
- Sí, por fin. Aún no he utilizado ninguno. Me la paso todo el tiempo en la otra habitación -dijo ella dirigiendo a Kara hacia la cocina.
- ¿Así que estás disfrutando de tu casa?
- Mucho. Ha sido divertido decorarla de la manera que yo quiera. Por supuesto no he traído a mis padres todavía. Sólo puedo imaginar lo que mi madre va a decir
- Es una casa grandiosa, Lena. Si te gusta, entonces eso es lo que importa
- Me encanta -se echó a reír- De hecho, probablemente podría vivir con sólo mi dormitorio y esto –dijo señalando desde la cocina hacia la sala de estar informal.
- Me alegro que tengas la piscina ¿huh?
- Oh, sí. He disfrutado inmensamente el patio -señaló la bolsa que Kara sostenía- ¿Has traído tu propia cena?
- Vino. No estaba seguro que tendrías -dijo Kara- Pero veo que estás abastecida -dijo ella señalando el estante de vinos de Lena.
- Lo recibí la semana pasada. Realmente no necesitaba uno que contuviera treinta botellas, pero quería uno con un estante de copas -dijo ella.
- Que vamos a tener ¿por cierto?
- ¿No confías en mi cocina? –Kara la miró con escepticismo
- ¿No recuerdas tu intento de pasta? -Lena se rio y tomó el vino que ella traía
- Bueno, como he dicho, es difícil cocinar para ti. Así que me quedé con la comida italiana y ordené algunos platos en Sapori D' Italia -dijo ella- Tendremos que calentar más tarde
- Buena idea -Permanecieron en silencio por un momento y Lena trató de no mirarla, imaginando lo que Kara llevaría bajo sus ropas.
- ¿Te gustaría darte un baño? -preguntó finalmente.
- Por supuesto -Lena levantó las cejas

- ¿Bikini? -Kara se echó a reír
- Te mantendrás sacándome eso ¿verdad?
- Por supuesto. Esa es la única razón por la que escogí la piscina -dijo con un guiño, sorprendida de que en realidad estaba coqueteando con Kara. Hablando de jugar con fuego. Pero fuego fue exactamente lo que sintió cuando Kara se quitó la ropa, revelando un pequeño bikini negro. Kara había tenido veinte y un años, la última vez que la había visto... desnuda. Los años habían sido amables con ella. Como una mujer de treinta y ocho años, aún era tan atractiva para ella como siempre. Por fin dejó escapar el aliento cuando Kara se zambulló en la piscina, desapareciendo bajo la superficie

At Seventeen (adaptación Supercorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora