CAPITULO 32

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Kara estaba de pie cerca del mostrador de la cocina, mirando por la ventana mientras su madre y Lena charlaban en el exterior. Era un día caluroso y húmedo, con pronóstico de lluvia, pero el desayuno-almuerzo del domingo... comer afuera en el patio... se había convertido en su norma últimamente. Pero viendo que ya era pasado el mediodía, el desayuno-almuerzo hoy sería un almuerzo tardío. Se alejó de la vista y volvió a cortar los hongos. Desde la tarde que habían nadado y cenado, ella y Lena se habían visto frecuentemente, pero nunca a solas. Habían ido a comer un par de veces, llegaban y salían por separado. Alex había incluido a Lena cuando había organizado una fiesta de pizza para el cumpleaños de Ruby. El sábado pasado, Lena las había invitado a ella y a su madre para comer hamburguesas. Quería que Kara le enseñara a usar la nueva parrilla de gas que había comprado para su patio. Y esta semana, Lena había estado en la tienda dos veces... una para ver cómo se instalaban los congeladores y otra cuando estaban llevando la cocina hacia el patio de comidas. Ninguna de ellas había sugerido cenar a solas y Lena no volvió a invitar a Kara para nadar. Debido a la tensión que había. Todo el tiempo. Kara hizo una pausa, mirando a la nada mientras recordaba a Lena en la tienda, cuan a gusto lucía en sus pantalones cortos y sandalias, sus piernas blancas. Cuando Lena se había volteado, descubriendo que Kara la observaba, la mirada en sus ojos hizo que Kara quisiera arrastrarla a un cuarto trasero para besarla insensatamente. Y ese era el problema. Sí, Lena aún estaba casada. Y no, no quería un romance con ella. Pero Dios, a veces, la atracción era tan fuerte, que sólo quería sostener a Lena, besarla, tocarla, estar con ella... desnudarse con ella. Y la mirada en los ojos de Lena decía que ella quería lo mismo. Pero ya no eran unas adolescentes, no eran las jóvenes que habían sido cuando sus hormonas en ebullición les habían anulado cualquier sentido común que pudiesen haber tenido. Eran adultas, ambas tan lejos de lo que eran en ese entonces. Habían cambiado... las dos. Sin embargo, a veces, cuando miraba a Lena, nada había cambiado en absoluto. Pero allí estaban, tratando de formar una nueva amistad, tratando de eliminar el abismo que había entre ellas y aprendiendo a confiar nuevamente. Lo que iría muy bien, si no tuviese todavía este deseo... esta necesidad... de conocer a Lena de una manera mucho más íntima.



- ¿Soñando despierta? –Kara se volteó, encontrando que Lena la observaba. Aún tenía el cuchillo, pero apenas había hecho mella en los hongos. Sonrió tímidamente.
- Sí, soñando despierta –Lena se acercó, deteniéndose tan sólo unos metros de distancia. Una vez más, la mirada en sus ojos era demasiado para resistir. La mirada de Kara cayó hacia sus labios y Dios, como quería probarlos.
- ¿Sobre qué? -La pregunta fue apenas un susurro, haciéndole saber que Lena sabía exactamente con lo que había estado soñando. Kara decidió que sería demasiado peligroso jugar este juego, sin embargo, no pudo resistir un poco de tomadura de pelo.
- Bueno, si mi madre no estuviese aquí, te lo demostraría -dijo con una sonrisa. Le entregó el cuchillo a Lena- Termina esto ¿podrías? Tengo que empezar la salsa
- ¿Qué estoy haciendo exactamente?
- Sólo cortarlas en rodajas y añadirlas a la sartén con la cebolla


***


Por mucho que Lena amaba a Eliza, este era uno de esos momentos en que deseaba que ella y Kara estuviesen a solas. Esos momentos eran cada vez más y más frecuentes. Por supuesto, ella y Kara no tenían derecho a estar a solas, no con la dirección que sus pensamientos habían estado tomando últimamente.



- ¿Ashton estará aquí más tiempo? -preguntó Eliza.
- No, no. Sólo el fin de semana. Sólo llegaré a verlo la noche del viernes -dijo ella- Él se va con su padre a la boda de un primo la tarde del sábado. Sin embargo, él quiere que vaya y comparta un poco más. Fue tan apresurado cuando lo llevé a Boston, que realmente no tuve la oportunidad de ver nada. Ashton tiene toda una lista de lugares que quiere que vea
- Así que al niño genio le gusta allí -preguntó Kara mientras guardaba los platos.
- Le encanta. Parece animado cada vez que hablo con él –Tan pronto como Kara estuvo fuera del alcance del oído, Eliza se acercó más- ¿Cuánto tiempo van a seguir con esto? -preguntó en voz baja.
- ¿Qué quieres decir?
- Caminar de puntillas alrededor de la otra como lo hacen -Lena fingió ignorancia
- ¿Es eso lo que estamos haciendo?
- ¿No es así?
- Tal vez estamos dando pasos de bebé -admitió ella. Se puso de pie
- Deberíamos ayudar a Kara a limpiar
- Sí, deberíamos -Eliza tomó sus tres vasos de té- Tengo que admitir que me estoy acostumbrando a la cocina vegetariana -se echó a reír- Por favor, no le digas eso –Kara venía de regreso cuando ellas se acercaron
- No tenían que hacer eso. Ya lo tengo -ofreció.
- Tú cocinaste. Deberíamos limpiar -dijo Lena golpeando juguetonamente su brazo
- Relájate -La llamada a la puerta atrajo las tres miradas hacia la puerta principal.
- Me pregunto quién puede ser -dijo Eliza- Alex no toca –Kara se encogió de hombros y fue a abrir. Tres mujeres estaban allí. Lena observó como la expresión de Kara pasó del asombro y la sorpresa a ligera vergüenza.
- ¿Qué demonios están haciendo aquí? –preguntó Kara con una sonrisa.
- Queríamos sorprenderte
- Bueno... es... sin duda una sorpresa -dijo Kara al aceptar un abrazo de cada uno de ellas. Dio un paso atrás
- Adelante –Kara miró a su alrededor, observando brevemente los ojos de Lena antes de apartar la mirada- Esta es mi madre –dijo señalando a Eliza- Y esta es una... una amiga, Lena Olsen -Kara se volteó hacia una rubia- Esta es la Dra. Sara Lance y su pareja, Ava Sharpe. Y esta... -dijo ella, dirigiéndose hacia una mujer hermosa con brillante cabello castaño- ...es la Dra. Lucy Lane - ¿Doctora? ¿Ha estado saliendo con una doctora? Lena mantuvo su expresión firme y dio un paso hacia delante, sacudiendo cada una de sus manos
- Encantada de conocerlas a todas –dijo educadamente. Miró a Eliza, quien finalmente se movió hacia adelante.

- Siempre es agradable conocer a las amigas de Kara -dijo ella- Bienvenidas a mi casa
- Espero que no estemos interrumpiendo nada... -dijo Lucy- ...pero queríamos darte una sorpresa
- ¿Sólo vinieron en coche por un día? -preguntó Kara.
- No, no. Tenemos habitaciones. Pensamos que tal vez podrías mostrarnos la ciudad -Lena tomó esto como su señal para irse. Se volvió hacia Eliza
- Debo irme -dijo en voz baja.


Ella y Eliza se deslizaron hacia la cocina mientras Kara y sus amigas charlaban. Su pecho se sentía oprimido y no dejaba de mirar a la mujer... Lucy... que obviamente estaba muy cómoda con Kara. Su brazo estaba entrelazado posesivamente con el de Kara. Se volteó hacia Eliza y se sorprendió al encontrarse a sí misma envuelta en un fuerte abrazo.

- No huyas de esto -le susurró Eliza al oído- No huyas de Kara –Lena se alejó
- Es tan difícil
- Sí. El amor es difícil. Si no lo fuera, no sería tan especial –Lena la miró impotente y Eliza la abrazó nuevamente- Es todo se arreglará -Lena asintió con la cabeza con escepticismo
- Tal vez –agarró su bolso. Quería simplemente salir disparada de la casa, pero no quería ser grosera- Encantada de conocerlas a todas, pero tengo que irme. Disfruten de su estancia en Brook Hill –dijo mientras les sonreía, evitando cuidadosamente la mirada de Kara. Salió por la puerta en un instante, pero escuchó la voz de Kara detrás
de ella.
- Lena -Se dio la vuelta, encontrando a Kara de pie en la puerta.
- No tienes que irte -dijo Kara. Lena la miró a los ojos, sosteniendo su mirada durante un buen rato cuando las primeras gotas de lluvia comenzaron a caer
- Sí. Sí tengo que hacerlo


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At Seventeen (adaptación Supercorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora