Sentía la felicidad palpánte en todo mi ser, aun no podría creer que aquel atractivo hombre correspondiera mis sentimientos después de tantos años, nunca había esperado, ni tenido ilusiones o esperanzas, pues nunca sentí que Jungkook me diera alas, pero aquello lo era aun mejor, solo por el hecho de que Jungkook confesara el trayecto de pensamientos que obtuvo en los años, eso me explica su actuar en los últimos años, ahora era aun más cariñoso sin importar quien le mire besar mi mejilla o abrazar mi cintura, todo era especial, sus sonrisas traviesas al abrazarme de sorpresa y sus detalles en flores recogidas y arregladas por el mismo, Jungkook no temía si algún empleado en la casa hablara sobre nosotros, era nuestro nuevo camino por empezar, uno cariñoso con tanto para dar.
Mi vendaje había sido retirado dándome un buen respiro, no habían quedado marcas lo cual agradecía, el doctor Jung me visito una última vez confirmando mi mejora, siendo Jungkook quien cumplía con su ultimo pedido de darme más té de manzanilla, ya que mi cuerpo se sentía un poco rígido que con el paso de los días, gracias al té, me sentía relajado.
Camine tranquilamente por aquel pasillo saludando a algunos del personal de la empresa, ingrese a la oficina de Jungkook en silencio ya que hablaba con un hombre de hombros anchos y cabello castaño claro, se trataba de Kim Seok Jin, un famoso peluquero y diseñador, para algunas personas se les hacia extraño ver a un hombre en las modas, pero aquello del "que dirán", le importaba de menos, era feliz con su trabajo.
-Oh Jimin –Mire hacia Jungkook quien me sonreía con dulzura recibiendo lo mismo de mí, no siendo de ignorancia para el diseñador –Señor Kim, el es park Jimin, mi compañero.
Me acerque al hombre de hombros anchos que se levantaba de su asiento acomodando antes su cabello de la frente para luego extender su mano y sonreír con amabilidad.
-He escuchado mucho de usted señor Park, déjeme decirle que ese traje le sienta de maravilla –Tan solo asentí agradeciendo en silencio antes de separar nuestras manos –Ya que esta aquí, diré la verdadera razón de mi presencia, escuche que tienen un importante baile en una semana, quisiera ofrecerme como su diseñador, tengo en mente unos trajes que estoy seguro lucirán muy bien en ustedes.
-Oh señor Kim, lamento decir que no teníamos en mente asistir a aquel baile –Dije un poco apenado mirando a Jungkook quien mantenía su sonrisa para mí.
Aunque tuviéramos nuestros días, no quiere decir que todo fuera perfecto, en casa podríamos demostrar el cariño que nos teníamos, pero afuera ante la vista mal intencionada lo reducíamos, pero tanto Jungkook como yo, no negábamos que somos compañeros ante nadie, sabíamos que aquello se esparciría rápidamente, algunos inversionistas no volvieron a hablarnos, pero estaba bien, si por dinero fuese no los necesitamos, son ellos quienes pierden, solo quienes tienen su mente abierta siguieron a nuestro dejando de lado nuestra vida, incluso aun éramos invitados a algún baile u reuniones, pero evitábamos asistir, no queríamos escuchar murmullos hacia nosotros y sentir un ambiente tenso.
-Estoy muy bien informado de las razones –Poso una mano en su pecho mirando a ambos sonriente –Tomare el atrevimiento de decirles, que no importa si hablan, ustedes no tienen porque perderse la buena vida, incluso negocios, deben salir y presumir de ustedes, que importan si murmuran, siempre lo harán, pero no están para complacer o agradar a nadie.
-Nos halaga con sus palabras señor Kim –Jungkook se levanto saliendo detrás del escritorio posándose a un lado de mi –Seré sincero, no me importa el ir, no soy quien le interese las miradas u opiniones no solicitadas, pero quien tiene la última palabra –Giro su rostro encontrándose con el mío –Es este hermoso hombre.
Sabía que mis mejillas estaban rojizas, pues las sentí calientes y la risa algo extraña y divertida del señor Kim me lo confirmaba, me sentí avergonzado haciendo que retirara mi mirada apenas Jungkook me guiño un ojo, a veces el podría ser un descarado, algo curioso de haber descubierto y eso me encantaba.
-Escuche que el señor Min Yoon Gi es quien dirige dicho baile –Menciono Kim captando nuestra atención.
-¿Conoce al señor Min? –Pregunte con curiosidad, pues dicho hombre era un importante chef reconocido que había viajado a nivel mundial, Jungkook y yo teníamos curiosidad de probar sus comidas, pero no habíamos tenido oportunidad.
-Por supuesto, lo conozco muy bien –Levanto su mano mostrando un anillo que evidentemente era de compromiso sorprendiéndonos –Aunque no sea oficial, ambos nos consideramos esposos, nunca nos importo el hecho de no ser aceptados ante una iglesia, no nos importa la opinión pública, aunque hemos sabido desviar el tema reiteradas veces, entiendo su sorpresa –Sonrió orgulloso de si mismo bajando su mano –Créanme que el baile no es algo común, será entre confianza para pasar un rato amigable, elegimos muy bien a nuestros invitados, por ello se les hizo dicha invitación.
Mire Jungkook quien me asintió con su característica sonrisa llena de complicidad, mire a aquel hombre quien esperaba alguna respuesta.
-De acuerdo señor Kim, nos ha convencido, será un placer asistir.
El hombre frente a nosotros festejo mínimamente dando un aplauso con sus manos, sonriente.
-Sé que es extraño ser quien hace la invitación y a la vez quiere diseñarles sus trajes, realmente en cuanto los vi en primera plana tenía en mente unos trajes fabulosos que quiero que luzcan ese día.
Jungkook fue quien termino de acordar con el señor Kim quien se veía muy feliz al irse, despidiéndose de nosotros con evidente emoción.
Al terminar nuestro deber, volvimos a casa siendo esperados por una deliciosa cena hecha por bretta, ella aseguraba que era algo especial para ambos y que lo tomáramos como una celebración, lo cual ambos disfrutamos antes de ir a nuestras habitaciones, lili me ayudo acomodar mi cama, antes de retirarse y descansar, unos toques en mi puerta hicieron que me acercara y ver a aquel hombre con su pijama azul oscuro al abrirla, me hice a un lado dejando que ingresara y tomara asiento en el borde de mi cama mientras cerraba.
-¿Sabías que esta es la parte que más amo del día? –Me sonrió palmeando sus piernas recibiéndome con sus manos en mi cintura en cuanto me senté sobre él.
-Tu solo me vuelves un consentido, me mal acostumbras.
-Se que también lo amas.
Corto el espacio que teníamos para juntar sus labios con los míos en un tímido, a la vez dulce, beso, uno que disfrutamos volviéndolo en segundos uno pasional, su boca experta se movía sobre mis labios, guiándome tan deliciosamente, invitándome saborearlo a la vez, en cuanto nuestros pulmones no aguantaron nos separamos manteniendo juntas nuestras frentes compartiendo una cómplice sonrisa.
-Tienes razón, lo amo, amo como me haces sentir, tan amado y especial –Aleje un poco nuestros rostros, para mirar al suyo y detallar cada hermoso detalle, incluso su lunar en su nariz y bajo su labio –Te amo a ti.
-Yo también te amo, hermoso ser que alumbra mis días.
Ambos reírnos, sentí el agarre de Jungkook en mi cintura, tan firme y cariñoso al acariciarme con suavidad.
-Sabes, realmente no sé porque aun dormimos en habitaciones separadas -Menciono –Quiero que seas lo primero que veré al apenas abrir mis ojos.
-Llevamos poco como compañeros Jungkook, siento que es pronto que compartamos una habitación.
-Tienes razón –Acerco su nariz hacia mi cuello dándome ligeras cosquillas –Aunque te conozco de años, no veo hora de compartir habitación, pero estoy de acuerdo, pensándolo con claridad, hay que hacer las cosas bien.
Asentí, dejando que Jungkook besara mi cuello con cariño sin pasar de más allí, ambos compartimos una conversación agradable antes de dar hora que Jungkook fuera a su habitación, no sin antes besarme por última vez antes de irse.
ESTÁS LEYENDO
𝑇𝐼𝑇𝐴𝑁𝐼𝐶 𝐋𝑎 𝐻𝑖𝑠𝑡𝑜𝑟𝑖𝑎 𝐽𝑎𝑚𝑎́𝑠 𝐶𝑜𝑛𝑡𝑎𝑑𝑎 (KM)
Romance𝐵𝑖𝑒𝑛 𝑎𝑣𝑒𝑛𝑡𝑢𝑟𝑎𝑑𝑜𝑠 𝑎𝑞𝑢𝑒𝑙𝑙𝑜𝑠 𝑙𝑜𝑠 𝑐𝑢𝑎𝑙𝑒𝑠 𝑝𝑢𝑒𝑑𝑒𝑛 𝑒𝑠𝑡𝑎𝑟 𝑒𝑛 𝑎𝑞𝑢𝑒𝑙 𝑒𝑛𝑜𝑟𝑚𝑒 𝑏𝑎𝑟𝑐𝑜. 𝐴𝑓𝑜𝑟𝑡𝑢𝑛𝑎𝑑𝑜𝑠 𝑎𝑞𝑢𝑒𝑙𝑙𝑜𝑠 𝑙𝑜𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑡𝑖𝑒𝑛𝑒𝑛 𝑝𝑜𝑐𝑜 𝑦 𝑝𝑢𝑒𝑑𝑒𝑛 𝑑𝑖𝑓𝑖𝑐𝑖𝑙𝑚𝑒𝑛𝑡�...