Epifania

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Lili termino por arreglar mis ropas continuando con su labor de limpieza en mi habitación, le agradecí antes de salir y dirigirme hacia la oficina de Jungkook, un fuerte ruido se escucho detrás de la puerta alarmándome haciendo detener mis pasos, eloise se poso delante de mí con una mirada apenada bloqueando la puerta.

-Perdone Joven Jimin, el señor Jeon pidió no ser interrumpido.

-¿Incluso de mi persona?.

Levante una de mis cejas mientras ella tragaba saliva asintiendo.

-¿Tiene visitas?.

-No puedo notificarle nada Joven Jimin, órdenes del señor Jeon.

Fruncí mi seño escuchando otro fuerte ruido, de repente mi boca se sintió amarga.

-Hazte a un lado –Ordene viendo que ella negaba nerviosa –Es una orden eloise.

Ella palideció ante mi tono duro, uno que nunca había escuchado por mi parte, aunque ella no quisiera, cerro sus ojos haciéndose a un lado como ordene, de inmediato tome la manija de la puerta abriéndola de golpe, allí adentro estaba Jungkook frente a otro hombre que no reconocí, ninguno de los dos estuvo dispuesto a soltar sus miradas cargadas de enojo hacia el otro.

-¡Allí esta! ¡La razón de los problemas! –Me señalo, aquella mujer, la madre de Jungkook estaba parada a unos pasos de aquellos hombres, después de años se digno a mostrar el rostro de bruja que posee y al parecer es solo para seguirle desgraciando la vida a su hijo -¡Por culpa de este esclavo es que nos quedamos sin nada!.

Al comprender, cerré la puerta detrás de mí, notando antes la preocupación en los ojos de eloise, camine con tranquilidad entre Jungkook y aquel hombre, empujando a ambos sacándolos de su enfrentamiento, Jungkook al fin reparo en mi presencia, soltando una exhalación, observe de reojo al hombre notando ciertas similitudes con Jungkook, es su padre, podría afirmarlo, la habitación estaba hecho añicos con los sillones vuelcos y el escritorio con varios papeles regados, incluso algunos libros estaban en el suelo y por la mejilla apenas roja de Jungkook, podría asegurar que estaban llegando a los golpes.

Negué con mi cabeza girándome del todo hasta estar de frente ante el hombre quien solo me miro sin alguna expresión en su rostro, pero note sus ojos que brillaban dudosos y su labio temblaba mínimamente.

-Lamento la interrupción, me parece que aun no nos conocemos –No extendí mi mano, tenía la sospecha que no fuera aceptada, por lo tanto opte por solo una inclinación –Mi nombre es Park Ji-Min.

-A nadie le importa quién seas –Aquella mujer se acerco tomando del brazo al hombre quien ni siquiera le miro, soltándose disimuladamente de su agarre –No tienes que estar aquí, los asuntos son con nuestro hijo, no con un mugroso como tu, lárgate.

-No le faltes el respeto –Gruño Jungkook a mis espaldas posándose a mi lado –Te recuerdo que estas en nuestro hogar, por lo tanto te sugiero que enredes tu lengua y te tragues tus comentarios.

-¡Esa no es forma de hablarle a tu madre Jeon Jungkook! –Reprendió el hombre.

-¡Esa no es la forma de tratar a mi compañero! –Hablo en el mismo tono siendo aun más exigente.

-Te lo dije, ese esclavo le lavo el cerebro –Chillo la mujer jalando del brazo al hombre quien rodo sus ojos –Por su culpa, nuestro hijo se ha negado a desposar a una dama decente.

-¿Nuestro hijo? –Bufo Jungkook -¿Ahora soy tu hijo?, ¿No estaba muerto para ti?.

-Aunque me disguste, no puedo seguir aceptando las humillaciones que me has dado, he sido víctima de burlas desde que se anuncio el disparate de que tienes un compañero hombre ¡Qué vergüenza! Y que bajo caíste Jungkook.

𝑇𝐼𝑇𝐴𝑁𝐼𝐶 𝐋𝑎 𝐻𝑖𝑠𝑡𝑜𝑟𝑖𝑎 𝐽𝑎𝑚𝑎́𝑠 𝐶𝑜𝑛𝑡𝑎𝑑𝑎 (KM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora