Capítulo 14

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─No mucho. De camino iremos hablando los detalles de tu historia.

─¿Qué historia?

─De cómo te escapaste de casa y de imprevisto apareciste en la de tu novio.

─... ¿¡Cómo!? Perdona, pero no pienso mentir a...

─Es eso o te quedas sin verlos.

Retiro lo dicho. Esta persona...

Es el diablo.

─¿A qué esperas? Dúchate y no pierdas el tiempo.

─Sí, sí.

─Ah, espera un momento.

─¿Que?

Se levantó, dejó a Gureum en la habitación cerrando la puerta y cogiéndome de improviso me dio la vuelta.

─¿¡Qué haces!?

─Si soy tu novio tendrás que tener alguna marca que lo indique, así que estate quieto.

─No me jodas... ¡ya te dije que no voy a dejar que me marques!

─Estate quieto...

Me revolví y le pisé un pie con todas mis fuerzas mientras arañaba sus brazos.

─Hijo de... ESTATE QUIETO.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo y de nuevo me entraron ganas de llorar al sentirme tan inútil.

─... no quiero...

Le oí suspirar a mi espalda y aflojó su agarre.

─No te voy a marcar, así que tranquilízate.

─...

─Sólo te voy a hacer marcas superficiales, ¿vale?

Negué de nuevo con la cabeza, pero enseguida supe que no me iba a hacer caso al sentir su lengua deslizándose por mi cuello.

─Para, por favor... Les diré todo lo que quieras, pero no me... ah...

Sentía sus dientes mordiéndome a un lado del cuello mientras sus manos aún me sujetaban fuertemente... Tengo miedo.

Me tense cuando una de sus manos se posó en mi abdomen y fue deslizándose hasta llegar a mi cadera.

─¿Qué haces...?

─Quítatelos

Cogió el borde de los pantalones y tiró de ellos.

─Voy a hacer que te relajes.

─No necesito relajarme...

Cerré los ojos cuando mordió más fuerte mi cuello y mis rodillas se doblaron.

─Apóyate en la bañera.

─...

Quedé arrodillado frente a esta y cuando me soltó con las manos, temblando, me apoyé en el borde con fuerza. Sentía mis mejillas calientes, demasiado calientes, y mi respiración se había vuelto pesada. Sentía cómo las mordidas iban bajando por mi hombro y después por mi espalda.

─... Ahí... no hace falta...

─Calla.

Salté cuando su mano se posó en mi miembro y apretó un poco.

─... qué haces...

─Ven aquí...

Me giró y grité cuando mi espalda desnuda tocó la superficie de la bañera. Sin perder un segundo él se puso entre mis piernas y cerré los ojos cuando se inclinó sobre mi empezando a morder y chupar mi cuello y clavícula. Puse mis manos en su pecho y le empujé con todo lo que tenía, pero en vez de apartarse se inclinó más sobre mí y empezó a acariciar mi miembro con fuerza.

un omega diferente › jikook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora