Capítulo 33

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¡Hola! El siguiente capítulo cuenta con escenas explicitas de relaciones sexuales no consentidas, por favor, se recomienda la completa discreción del lector. Y recordad que esta historia es ficticia, nada de lo descrito aquí es real.

Por un momento me entró el pánico, hasta que recordé las palabras de JiMin.

─Cuando te lo pongas guardaré la llave del candado.

─¿Candado?

─Ese agarre metálico que hay a ambos lados en un candado. Una vez que se abroche ya no se podrá quitar.

─No me lo puedo quitar.

─¿Qué?

─No... no se puede abrir sin la llave.

─... Vaya mierda.

─¿Por qué querías que me lo quitase?

─Quería ver por mis propios ojos la mercancía. Es raro que nadie te haya marcado aún.

Mordí el interior de mi mejilla y tragué con dificultad.

─Tenía... novio en la Universidad, pero no llegamos a...

─Según mi información tu Universidad era exclusivamente de omegas.

─Él... iba a otra.

Le miré a los ojos y al segundo los bajé. Esta vez estaba serio, y tenía los ojos clavados en mí.

─Su nombre.

─¿Por qué?

─Sólo lo quiero saber, por charlar.

Ya... claro. Estaba seguro, de que sabía que estaba mintiendo.

─Ji... Hun

─¿Jihun?

Asentí con la cabeza y miré mis pies mientras el silencio se hacía más intenso.

─Un nombre raro, ¿no crees?

Cerré los ojos cuando una de sus manos se posó en mi mejilla y agarré con fuerza la cuerda del albornoz.

─Bueno, dejemos eso de momento. Quítate el albornoz.

Tiré de la cuerda y dándome la vuelta dejé caer la prenda al suelo.

Mi piel estaba de gallina, no podía creer que esto estuviese pasando.

─Ve al sofá y vete preparándote.

─¿Prepar...?

─Que te metas los dedos si no quieres que lo haga yo.

─... no

─Hazlo.

Negué con la cabeza y di marcha atrás mientras él se acercaba.

─¿Tan pronto te olvidas de un trato? ¿Qué pasará con el pobre niño si me desobedeces?

─...

Di unos cuantos pasos hacia el sofá y me subí a este quedando de espaldas a él y apoyándome en el respaldo.

Cuando tenía el celo era diferente, entraban mejor. Lamí el dedo corazón y tanteé mi entrada. Mi cuerpo no respondía, sentía que no me relajaba.

─A qué esperas.

Un escalofrío recorrió mi columna y apretando los dientes para no dejar salir ninguna queja, empujé mi dedo contra mi entrada hasta que entró, casi no había dolido, sólo era una sensación extraña.

un omega diferente › jikook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora