Capítulo 22

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Ten más cuidado. ¿Tienes hambre?

Me levanté y le seguí saliendo del baño.

─Un poco.

─Entonces vístete y baja a la cocina. He preparado café.

Asentí y me dejó solo de nuevo cuando cerró la puerta.

Sentí mi corazón latir más rápido y mis mejillas más calientes.

Si fuese así todo el tiempo sería perfecto.

Abrí el armario y abrí mi maleta. Aún no había podido desempacar nada. Me puse unos calzoncillos, unos pantalones de chándal negros, una camiseta de manga corta blanca y unos calcetines negros. Tendría que hacerme con unas zapatillas...

Salí de la habitación y bajé las escaleras guiado por el agradable olor a café.

─Siéntate.

Dijo nada más me vio entrar a la cocina. Ocupé el mismo sitio de ayer y no pude evitar que mis ojos se deslizasen hasta el teléfono, pero aparté la mirada cuando se puso frente a mi.

─Toma.

Me tendió un bol de frutas y se sentó en el otro extremo de la mesa.

─Gracias.

Hasta ese momento no me había dado cuenta de que mi estómago rugía como si fuese un león. Bajé la cabeza sonrojado y empecé a comer. Era un poco incómodo, ya que ninguno de los dos hablaba.

─Uhm... ¿puedo encender la televisión?

─Como quieras.

No tardé ni dos segundos en ponerla, al menos con el ruido la tensión se hacía menos palpable.

Fui cambiando de canal hasta que una imagen llamó mi atención... ¿padre?

Subí el volumen y dejé el bol de frutas a un lado. Mi madre lloraba a su lado mientras él hablaba con un reportero...

─Sí, encontraron su cadáver hace un día en...

Abrí los ojos y me acerqué más a la televisión.

─El cuerpo de mi hijo será incinerado hoy. Quiero que sepan... que no descansaré hasta que los culpables de su muerte estén entre rejas...

¿Qué? Tapé mi boca y caí al suelo de rodillas. Todo me daba vueltas

─Lo mataré.

Apagó la televisión y se levantó de golpe. Le seguí y cuando vi que se dirigía a la salida le paré cogiendo su camiseta.

─No... no puedes salir...

─¿¡Qué!? Aparta, le haré saber qu...

─NO. Estás en celo... a mí... no me importa eso, así que déjalo.

─¿¡Estás loco!? ¡No me jodas!

Cogió mi mano con un movimiento brusco y me zarandeó hasta tumbarme en el suelo.

─Cuando se supieron los resultados... supe que ya no me querría como hijo... Para él desde ese día fue como si no hubiese existido. Así que...

─Así que nada. Voy a decir que se encarguen de él.

─NO, por favor, si lo haces...

Mis lágrimas volvieron a salir y como último esfuerzo por pararle agarré con fuerza su camiseta.

─Si lo haces... mi madre acabará sola... Una beta de más de 40 años no puede vivir sola... no puede afrontar la hipoteca... ¡se quedaría en la calle! Por fav...

un omega diferente › jikook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora