Capítulo 41

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Giré con él aún en mi regazo y lo dejé tumbado debajo de mí. El sólo me miraba mientras mordía su labio inferior.

─No.

Dije a la vez que cogía su barbilla.

─Si haces eso te harás daño.





JungKook POV

¿Qué es esto? ¿¡Qué es esto!? Entreabrí mi boca para soltar mi labio a la vez que seguía mirando sus ojos con cara, seguramente, de embobado. ¿Y esta dulzura de dónde salió? Me pregunté mientras sentía sus manos bajar por mi torso hasta posarse en mi cintura. Gemí y reprimí el deseo de llevarme una mano a la boca cuando comenzó a repartir besos y suaves mordidas por mi cuello, bajando lentamente hasta mi torso.

─¿Qu... qué haces...?

Con un gran sonrojo instalado en mis mejillas tapé mi miembro al ver que su cabeza bajaba cada vez más y más. Él me miró con una sonrisa y subió rápidamente hasta coger mi cara entre sus manos para darme un pequeño beso.

─Allí nadie te hizo eso, ¿verdad?

Fruncí los labios y me mordí internamente la mejilla negando lentamente con la cabeza.

─Entonces seré el primero.

Cogió mis manos y las apartó suavemente, dejando mi miembro a plena vista.

─Umm, ¿estás duro con unos pocos besos, mi amor?

Abrí los ojos avergonzado y con ganas de lanzarle un puñetazo cuando vi la imagen más sexy que había visto en mi vida. ¿Por qué es tan guapo? ¿¡Y por qué cojones huele tan bien!? Abandoné la idea de comenzar una pelea y en respuesta dejé caer mi cabeza sobre las almohadas a la vez que un gemido escapaba de mis labios.

Ese gemido no fue para nada comparable a los que vinieron cuando su lengua se paseó sin ninguna vergüenza sobre mi miembro. Mi cuerpo estaba lleno de sudor. Me aferraba a las sábanas, enterrando mis dedos con fuerza cuando aumentaba el ritmo. Sin poder contenerme mi mano bajó hasta su cabeza y enterré mis dedos entre su pelo, haciendo que aumentase el ritmo. Noté cómo sus manos agarraban mi cintura con fuerza y una se colaba hasta mi entrada. En ese momento no pude más y dando una pequeña embestida me corrí sin que me diese tiempo de advertirle.

Entreabrí los ojos un poco asustado, temiendo verle enfadado, pero en cambio me lo encontré sonriendo de lado.

─¿Te gustó?

Asentí, aún medio atontado, y vi cómo abría un pequeño bote azul. El contenido viscoso cayó en su mano, y con un movimiento brusco me cogió del brazo y me incorporó, poniéndome de rodillas frente a él.

─Ahora, quiero que estés quieto. Si te duele dímelo.

─S... sí.

Mordí mi labio cuando sentí el primer dedo entrar.

No dolía, pero los recuerdos llegaban a mi como martillazos. Esos ojos bicolor se presentaban siempre que cerraba los ojos.

─Espera... espera...

Me giré y quedé boca arriba debajo de él.

─Quiero hacerlo en esta posición... así te veré sólo a ti.

Me miró serio, pero esa cara enseguida dio paso a una pequeña sonrisa. Se colocó mejor entre mis piernas y puedo jurar cómo el cincuenta por ciento de mi sangre está en mis mejillas al sentir su erección entre mis glúteos.

Le miro cuando uno de sus brazos se apoya al lado de mi cabeza manteniendo el equilibrio.

─Abre la boca.

Hago lo que dice bajando la mirada y siento cómo una corriente recorre mi cuerpo cuando su lengua choca con la mía. Eso no era un beso, era una guerra que claramente estaba perdiendo. Mi mente estaba nublada, tanto que no sentí cuando dos de sus dedos ya se abrían camino en mi interior hasta que en un momento tocó algo que me hizo saltar de placer. Le miré boqueando, intentando coger aire desesperadamente, pero al parecer eso no estaba dentro de sus planes, ya que pronto mi interior albergaba tres dedos que se movían sin pausa sobre ese punto.

─P... para... para o voy a...

─¿A qué?

─... A... ahhn... no...

Mi boca no estaba por la labor, así que cogiendo fuerzas de algún lugar, le empujé y me senté sobre él.

Pude ver su expresión de sorpresa cambiar lentamente a una de las sonrisas más sexys que haya visto en mi vida. Sus manos se posaron en mis caderas guiándome hacia arriba hasta que sentí la punta de su miembro tantear mi entrada.

─Deja... de jugar...

Apreté los dientes y cogiendo sus muñecas me dejé caer de golpe sobre él. Mis gemidos y sus gruñidos llenaron toda la habitación cuando empecé a moverme encima de él, de arriba a abajo sin hacer ninguna pausa, hasta que mi cuerpo ya no pudo más y acabé echándome encima de su torso. Pero no sólo por eso dejé de mover las caderas. Mordiendo su cuello hice un movimiento circular que al parecer le encantó por cómo cogió mi pelo para morder con fuerza mi cuello.

Gemí cerrando los ojos y sentí que me desmayaba cuando me giró y aceleró el ritmo de sus embestidas a la vez que cogía mi erección y bombeaba al ritmo de sus embestidas.

Rodeé su cuello con mis brazos y lo acerqué a mi uniendo nuestros labios a la vez que los dos nos corríamos, él dentro de mi y yo en su abdomen.

Los siguientes minutos no se oía nada más salvo jadeos. Sentía cómo poco a poco mi cuerpo se adormecía.

─Lo siento... te estoy aplastando.

Sonreí aún con los ojos cerrados y pasé mis manos por su espalda, creando pequeñas caricias.

─...Gajes del oficio.

Su risa me hizo cosquillas al chocar contra mi cuello.

Con cuidado me cogió de la cintura y giró quedando de nuevo encima suyo.

─Como vamos a quedarnos así un bueno rato...

Dijo haciendo referencia al nudo mientras se incorporaba y cogía la colcha poniéndola encima de mí.

─... mejor nos tapamos. Lo menos que quiero ahora mismo es que cojas un resfriado.

─Umm...

Me coloqué mejor sobre su pecho y bostecé a la vez que él paseaba sus dedos entre mi pelo.

─Kookie...

─¿Qué?

─... Quiero que...

Paró de hablar cuando me vio bostezar y me miró con una pequeña sonrisa.

─Mejor lo dejamos para mañana.

Dijo a la vez que me abrazaba con uno de sus brazos por la cintura y su otra mano seguía acariciando mi cabeza.

No tuve tiempo de replicar... ni tampoco muchas ganas, la verdad, cuando mis ojos empezaron a cerrarse.

─... Buenas noches.

─... Buenas noches, amor.













un omega diferente › jikook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora