Capítulo 28

1.5K 190 0
                                    

Aún notaba mi cara caliente, y tenía la necesidad de darme una ducha, ya que notaba todo mi cuerpo pegajoso por el sudor.

Gire la cabeza en dirección a la puerta cuando tocaron tres veces. Esperé unos segundos, y al ver que nadie entraba me aclaré la voz.

─... adelante...

La puerta se abrió lentamente y una cabeza se asomó por ella.

Abrí la boca y la cerré varias veces. No sabía que decir.

─... ¿Hola?

─... Hola...

─Pasa, no te quedes ahí... ¿Cómo te llamas?

El chico asintió y entró cerrando la puerta detrás de él. Había cambiado desde que le vi, ahora su cabello castaño estaba peinado y limpio, al igual que su cara. No conservaba ningún moratón. Era el chico que le habían ofrecido a JiMin para pasar el celo.

Parecía nervioso, y no dio más que tres pasos.

─No te voy a morder.

Dije poniendo una sonrisa en mi cara.

─Ven, siéntate.

Dije a la vez que daba palmadas en el colchón.

─Ah... no te preocupes, así estoy bien.

Ah... debe ser porque esta es la habitación de JiMin.

─Quería... quería darte las gracias, por salvarme aquél día. Por mi culpa lo pasaste mal.

─No... no fue tan malo...

─Me llamo Amit... un placer.

Sonreí cuando vino casi trotando hasta mi lado y me extendió la mano con un gran sonrojo cubriendo su cara.

─Yo JungKook, me puedes decir JK, o Kook, como quieras.

Dije a la vez que estrechaba su mano.

─Amit es un nombre poco común... ¿de dónde eres?

─Nací aquí, pero mi madre era de la India.

─Vaya...

─Uhm, si necesitas algo, puedes llamarme, te lo traeré lo más rápido posible.

─Espera...va a sonar un poco brusco, pero ¿por qué estás aquí?

─Yoongi me dijo que podía trabajar aquí, y como no tengo ningún sitio al que volver acepté.

─Ah... lo siento...

─No, no es nada. Bueno, llámame si quieres algo.

─Vale.

─Hasta luego.

Dijo con una sonrisa antes de cerrar la puerta.

Vaya... no me esperaba eso. Ahora que lo había visto de cerca y más tranquilamente... seguramente tendría 17 o 18 años... pobre chico.

Volví a tumbarme en la cama y cerré los ojos. Casi no tenía hambre, a pesar de haber estado todo un día dormido.

Después de unos 5 minutos de estar mirando a la nada, la puerta se abrió de nuevo, esta vez entrando JiMin con una bandeja.

─¿Vas a ser mi sirviente?

─Sigue soñando. Come.

Dijo a la vez que con una sonrisa posaba la bandeja sobre mis piernas.

No tenía hambre, pero la buena pinta no se la quitaba nadie. Un bol de frutas, nuggets de pollo, una coca cola, agua, patatas....

─Gracias.

un omega diferente › jikook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora