Capítulo 24

1K 79 251
                                    


(Las palabras en cursiva están en español, las negritas son recuerdos o mensajes).

(Texto alineado a la derecha con letra normal, son sueños o voces)


Observó con atención el gran holograma del mapa frente a ella, una libreta reposaba en su regazo mientras jugueteaba con una pluma en su mano. Su corazón palpitaba con tal rapidez que parecía querer alcanzar en una carrera la velocidad de sus pensamientos. Miles de escenarios pasaron por su mente en aquellos minutos en silencio.

Suspiró con frustración una vez que no pudo llegar a una sola conclusión.

-Sería más rápido si lo hacemos con tecnología- comentó Tony, pasando frente a ella con varios papeles en sus manos.

-Si lo hacemos de esa manera mataremos a mi sobrina mucho más rápido, Stark- dijo Yelena de vuelta, quien analizaba el mapa en la mesa con varias pegatinas sobre este, indicando los últimos puntos dónde se había avistado a Amaia.

-Ross no tiene acceso a mi red- alegó Stark.

-Pero Fury sí- habló Clint, regresando de la planta baja, dónde tenían las radios y artefactos para captar ondas de origen desconocido, las cuales no estaban conectadas a la base de datos de alguna red.

La puerta del cuarto se abrió, dando paso a María, la cual llevaba una tableta en mano y finalizaba una llamada con clara molestia.

-Su último avistamiento fue en México, en la zona norte de Veracruz- comentó la castaña, dejando el aparato cerca de Bucky, el cual se encontraba en una de las mesas del lugar, con varios archivos rodeándolo- el único inconveniente es que es el mismo dato de hace un mes. Ross y Hayward creen que se escabulló en alguna embarcación y llegó a otro continente.

El sargento acercó hacia él el aparato, frunciendo levemente su ceño. Había algo extraño en aquella imágen. Era muy clara, las facciones de Amaia se podían observar con un enfoque magnífico. Aquello no había sido una simple imagen de una cámara de seguridad.

-¿Dónde consiguieron el video?- cuestionó, en dirección a la co-directora de S.H.I.E.L.D.

-Una persona anónima para nosostros. El gobierno mexicano le dió una recompensa por ello luego de que les confirmamos la identidad de Maia- respondió María, sentándose junto a Natasha.

-¿Ya registraron la base en la que la encontraron por primera vez?- cuestionó ahora Natasha, levantando su vista por primera vez en horas.

-No hay nada- dijo María nuevamente- todo está justo como lo dejamos hace 14 años. Nos quedamos sin opciones. Realmente desapareció.

-Una niña no puede desaparecer así- murmuró Tony, observando con frustración su investigación.

Natasha analizó a su familia. Wanda no se encontraba en la sala, pero le había comentado en una videollamada que trataba de buscar las ondas cerebrales de Amaia, aunque, por más que intentara, simplemente no lograba localizarla. Aquello le hizo reconocer que debía prepararse mentalmente para recibir la noticia de la muerte de su hija. Simplemente eso la aterraba y causaba una gran decaída de su energía.

-Si es necesario, lo haremos. Al menos nosotros no la usamos como un juguete para calmar nuestras pesadillas, Natalia- la voz de Ross se repetía como un eco interminable, sin bajar su volumen.

Las palabras del Secretario de Gobierno no dejaron su mente desde el momento en el que fueron pronunciadas, su conciencia culpándola por todas las veces que le gritó a su pequeña, a pesar de observar la sumisión en los ojos de Amaia. La quiso desde el primer momento; mucho antes de saber su gran intelecto y la reacción que tendría sobre ella cuando se trataba de calmarla. Amaia era su pequeño milagro.

The Red Shadow: the new experimentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora