Capítulo 30

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(Las palabras en cursiva están en español, las negritas son recuerdos o mensajes).

(Texto alineado a la derecha con letra normal, son sueños o voces)



Sus manos entrelazadas y el constante golpeteo de su pie en el suelo detonaba el nerviosismo que lo llenaba al observar a su novia paseando frente a él por todo el ancho de la recámara de su nueva casa.

Natasha murmuraba cosas en ruso que apenas lograba comprender y hojeaba una y otra vez el reporte de misión, repasando lo que había ocurrido.

-¿Por qué mierda no le hablaste, Barnes?- cuestionó Natasha, bajando las hojas fuertemente, observándolo con sus penetrantes esmeraldas- la tenías frente a ti.

Su boca se selló mientras apretaba su mandíbula, sintiendo una increíble carga de arrepentimiento que llevaba desde que Amaia desapareció por el callejón.

-¡James!- insistió Natasha.

-No... no pude hacerlo- murmuró, negándose a observarla.

-¿Por qué?- cuestionó Natasha, frunciendo su ceño.

Bucky, Clint y Yelena le negaron por completo a Natasha a acudir a la misión ya que aún no se recuperaba por completo de las heridas provocadas por el ataque, y teniendo en cuenta que había una alta probabilidad de encontrarse con Sombras Rojas era considerada de alto peligro, casi una misión suicida unirse. En su lugar, Bucky fue el que se unió.

-No me digas que estás del lado del idiota de Tony.

-¡Claro que no!- se apresuró a negar, finalmente apartando su mirada del suelo- solo estaba confundido.

-¡¿Confundido de qué?! Es tu hija James ¡Tu hija era la que estaba frente a ti! ¿Y no pudiste hablarle?- Natasha respiraba agitadamente, casi desesperada por obtener una respuesta por parte del Sargento- ¿Sabes cuántas veces he deseado escucharla otra vez? ¿Cuántas veces he querido ver a mi pequeña?

-Lo sé, Nat- suspiró Bucky- pero lo que te hizo... lo que trató de hacer con los niños...

-Tu también lo hiciste una vez- alegó Natasha, hincándose frente a él- no es por querer recordarlo, Bucky, pero no me dejas opción. Te esfuerzas tanto en odiarla, en culparla de lo que ha hecho en estos meses que se te olvida que tú fuiste ella hace años; ambos fueron solo los títeres de HYDRA. Deberías comprenderla mejor que nadie, pero Zemo es el único que saca argumentos aceptables para defenderla ¿Debo recordarte porque tengo una cicatriz de bala en el hombro? ¿O porque casi no me gusta sentir metal en el cuello?

Bucky finalmente conectó su mirada con la suya, empezando a comprender sus palabras, sacándolo de la niebla de confusión en la que él mismo se había sumido un mes atrás cuando rogaba porque Natasha sobreviviera luego del ataque.

-Traté de matar a una niña para salir de la Habitación Roja y durante mi estadía ahí maté a muchas más, lo sabes, y recalcando eso ¿Me odias?

-No- susurró Bucky, manteniéndole la mirada.

-¿Entonces por qué odias a Amaia?- cuestionó Natasha, con un tono de voz aparentemente tranquilo que trataba de entrar en su mente para hacerlo comprender.

-No la odio- dijo Bucky- es solo que... no lo sé, ya no la entiendo, no sé lo que quiere, siento que ya no la conozco y eso me frustra. Nat, la última vez que la ví a los ojos ella ya no estaba, Ruth tenía el control y tengo miedo de que ocurra otra vez.

The Red Shadow: the new experimentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora