𝐓𝟐 𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟎

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A la mañana siguiente, o mejor dicho tarde, ya que eran las 12pm de un miércoles. Un alto Rubio entró a su casa después de una larga jornada de trabajo, observó el Genkan* donde había un par de zapato extra en él, el mayor confundido se dirigió a la cocina para dejar las bolsas en la barra y observar la gran bolsa de basura con muchos en envoltorios de dulces. Fue ahí cuando empezó a dirigirse hacia la habitación de su hijo para a saciar su curiosidad al respecto.

─¡Max! ¿Qué paso en la casa... ¡pero que mierd-! ─ Se detuvo antes de decir la grosería, el mayor vio como de un salto los dos jóvenes que yacían durmiendo algo pegados, se levantaron de un golpe observando al mayor en la puerta.

Un demacrado y delgado rubio, algo alto, se encontraba de pie junto a la puerta, Max se puso nervioso al darse cuenta de la mirada del mayor y la bochornosa situación con su amigo.

─No es lo que crees. ─Entre tartamudeo bajo la curiosa mirada de su compañero de cuarto de ese momento.

─Espero que así sea, cámbiense ropa, iremos a comer afuera. ─ No se notaba lo receloso que estaba el mayor al ver a su pequeño hijo junto a un chico, y aunque sabía que su hijo era responsable, el hecho de que siga teniendo un cuerpo de mujer, lo asustaba.

─¿Quién era él? ─ Hablo con la voz ronca su amigo.

─¡Mi tío! Vive con nosotros, trabaja en la administración en la academia ─Claro que debía mentir, quien había aparecido por el umbral era su padre en su forma desinflada cosa que nadie debería ver.

El primero en levantarse fue Max quien se bañó y vistió lo más rápido posible para dejar que su compañero entrara también. Mientras el de ojos rojos se arreglaba, Max se fue a la cocina junto a su padre el cual lo miraba serio ¿enserio se iba a comportar así?

─Enserio no paso nada entre nosotros.

─Te creo, pero ¿qué hace el joven Bakugo contigo?

─Ah, ayer nos encontramos en el centro comercial y fuimos a jugar a esa tienda del centro y al final terminamos acá, comimos y jugamos hasta tarde.

─Aja, eso es raro del joven Bakugo... ─Tras unos segundos en silencio llego Bakugo haciendo una reverencia al mayor el cual fue correspondido, el trio salió de la casa de los Toshinori dirigiéndose a un restaurante de comida italiana en el centro de la prefectura de Shizuoka. Al sentarse en una de las mesas del local, el mayor hablo.

─Iba a traer a Max aquí para felicitarlo por su segundo lugar y estoy agradecido de que también estes con nosotros joven Bakugo, pide lo que deseas, será una manera de felicitarte también. ─La honestidad y cariño que desprendía el pro-hero cautivo al rubio ceniza.

Después de horas comiendo y conversando los 3 ya algo satisfechos se dirigieron hasta la casa del Rubio blanquecino ya que había clases al día siguiente, se despidieron con una reverencia y los 2 rubios se dirigieron de nuevo su hogar, esperando la vuelta a clases. Max al llegar a su habitación que estaba desarmada por completo se dispuso a ordenar encontrando así una polera de origen desconocido, la levantó dándose cuenta de que le pertenecía a Bakugo, se le iba a devolver pero se fijó que ya era muy tarde y lo más probable es que ya esté durmiendo, así que lo guardó en su mochila para devolvérselo el día siguiente.

Al día siguiente, despertó algo más tarde de lo normal, por lo cual no se encontraba Bakugo o a Midoriya en el camino a la Academia, así que apresuró el paso llevando 5 minutos antes de la primera campanada, pero de todos modos fue retado por el delegado de la clase. Al entrar a la sala se acerca a su puesto y se acuerda de la polera de su compañero, así que se levantó para entregárselo extendiéndola hacia él, el Rubio ceniza solo lo miró y asintió tomando la polera.

𝙀𝙡 𝙡𝙚𝙜𝙖𝙙𝙤 𝙙𝙚 𝙡𝙖 𝙁𝙡𝙖𝙢𝙖 𝙄 𝙮 𝙄𝙄 || 𝘽𝙉𝙃𝘼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora