Mi Concubino

45

Salió de los aposentos corriendo esquivando a cualquier persona que se atravesará. Quitó sus zapatos y empezó a correr todo el pasillo.

- jimin...- susurro aquel hombre que tenía enamorado al doncel.

Los ojitos color miel se llenaron de lágrimas ahí estaba su esposo el estaba bien, estaba vivo.

Un dejá Vu corrió por la mente del rubio pues en aquel pasillo fue la primera vez que hablo con su esposo.

- cariño, ven..- abrió sus brazos esperando a jimin. El rubio lo besó, el sabor de las lágrimas de jimin hacían aquel beso salado.- estoy bien... Te lo dije amor..-

El estaba bien, el había vuelto, había cumplido entonces por su corazón aún sentía miedo.

Suran suspiro tomando aquella taza de té entre sus manos.

- el Sultán volvió - informó Irene - está con jimin-

La mujer asintió. Lo más seguro era que en unas horas yoongi se fuera con jimin al estanque y entonces todo acabaría.

Vio la carta que yoongi le había escrito la primera vez que se fue a una campaña. Aquella carta contenía un poema uno tan hermoso que seguía enamorando a suran.

- el amor duele..- susurro suran sus ojos se llenaron de lágrimas.

Había hecho todo lo que estaba en sus manos por hacer feliz a yoongi le había entregado todo lo que tenía y aún así el sultán la desecho por un doncel.

¿Que hacía falta? ¿Que le falto a ella? Le había dado su vida entera al sultán le dio un hijo, le dio todas su primeras veces al sultán pero aquello no bastó.

- sultana... El sultán pidió que todos lo acompañaron al jardín - hablo Irene.

Suran pidió en susurros que la dejarán solo por unos minutos. En segundo sus aposentos estaban vacíos.

- blanco o verde...- susurro viendo aquello vestido que alguna vez yoongi amo.

Tomo el vestido verde lo coloco junto a unas joyas y perfumes. Sus dedos estaban vacíos en ellos no había ningún anillo, el anillo que le pertenecía fue arrebatado. El sultán le arrebató su anillo, su felicidad, su vida.

Salió al jardín sintiendo el aire en su rostro. A lo lejos pudo ver a jimin sentado en el lugar del sultán algo que por obvias razones era prohibido pero ahí estaba.

Sonrió al ver a yoongi, hizo una reverencia quedándose así por unos minutos talvez era su manera de pedir perdón por todo o su manera de despedirse.

El ambiente era bueno, era agradable, todos reían, comían y jugaban era un ambiente familiar. Levantó su vista y vio a yoongi sonreírle a jimin con tanto amor.

Sus ojos se llenaron de lágrimas al ver al sultán levantarse y hacer una reverencia ante jimin. Yoongi había hecho algo indebido yoongi se había reverenciado ante el doncel.

- sultana.... Espero su orden...- susurro Irene.

Suran vio por unos momento a yoongi ella esperaba que el sultán la viera y le sonriera pero no lo hizo.

- háganlo..- ordenó.

Yoongi veía a sus hijos jugar y divertirse todo se sentía tan correcto todo estaba tan bien, tan feliz. Bajo su vista a suran vio que estaba cabizbaja y suspiro.

- suran... ¿Estás cansada?- pregunto con una sonrisa. La mujer solo asintió- ve a descansar..-

hizo una reverencia quedándose unos segundos así algo que confundió a yoongi. La vio alejarse con un paso lento.