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Caminaba rápidamente por aquellos pasillos, su traje rojo era arrastrado por aquellos sucios pasillos.

Sus ojos color miel estaban rojos por el reciente llanto. Al pasar por el harem vio como aquellas monedas de oro eran lanzadas y su corazón dolió.

Una semana había pasado desde su boda con yoongi, una semana en la que todo iba tan bien.

Sus pies descalzos podían sentir lo helado del piso. Las criadas veía al rubio con pesar, ver el estado del doncel era tan triste.

— lo lamento no puedo dejarle entrar, el sultán está ocupado— informó— vuelva más tarde—

Busco los ojos del guardia frente a él y sonrió. Aquel guardia pudo ver los ojos rojos del chico frente a él.

— quítate...— susurro...

Las puertas fueron abiertas dejando ver a aquellos aposentos vacíos. Una risa provenía del balcón. Su corazón se detuvo al ver a yoongi y aquella mujer juntos.

— es una alegría para mí que mi amada hija este embarazada— celebró el anciano— espero que des a luz a un niño—

Sana río — espero también darle un hijo a mi sultán—

El corazón de jimin se quebró al ver como yoongi veía a la chica, como las manos de yoongi se posaban el la cintura de la chica.

— entonces es verdad?— pregunto el rubio— está embarazada?—

Un silencio incómodo se formó al ver al rubio llorando con su ropa sucia y mojada.

— jimin, vuele a tus aposentos— ordenó yoongi.

— te di todo de mi...— susurro— te di mi amor, mi vida, te di hijos. Me prometiste que no estarías con nadie más...—

— jimin has caso y ve a tus aposentos—

— me traicionaste...—




































Hyejin escuchaba atentamente como jimin caminaba por los pasillos, una mueca de tristeza se formó en sus labios.

Jieun bajo su vista con ganas de llorar al recordar como el rubio lloró cuando supo lo del embarazo.

— jimin tiene que comprender que no es dueño de mi hijo— hablo hyejin molesta

— yoongi debe aprender a cumplir sus promesas— susurro jieun siendo escuchada por todos.

Hyejin miró molesta a su hija— cállate, tu y tu hermano han querido dañar el orden de nuestras normas—

































Beomgyu vio pasar a jimin, el doncel de veía destrozado, se vía cansado.

— sultán jimin..— susurro.

El rubio sonrió y siguió caminando. Al llegar a sus aposentos vio a sus hijos, vio lo preocupandos que estaban.

— papá..— susurro chae —¿Que pasó?—

Jimin negó lentamente como les diría a sus hijos que yoongi había ordenado sacarlo de sus aposentos a la fuerza.

Félix entró a los aposentos jadeante— mi sultán, que fue lo que hizo?—

— busca a cualquier criada, cualquiera que sea de confianza— pidió secando sus lágrimas— pagaré una bolsa de oro a la criada que lance de las escaleras a sana—

Mi ConcubinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora