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Avanzamos al comedor, antes de ir a dormir debíamos comer algo. Podía ver a los demás estudiantes alegres y conversar entre ellos. Sin embargo uno de ellos estaba muy deprimido.

-Lo siento, esperaba un momento para contártelo.- le dije. -No te lo quería ocultar.-

-Está bien... Una princesa que sea tú amiga de la infancia... eso es estar a otro nivel.-me dice.

-Sí, pero me gustaría mantenerlo en secreto. No quiero arruinarle su vida o la mía, ya sabes como se pondrían los demás.-

Nos imaginamos que me mirarían con ansias de matarme y de despreciarme o que algo malo me llegue a pasar... eso es realmente malo.

-Yo también tengo lo que se podía llamar "Amigo de la infancia..."- Veo en su nube y veo a una... ¿chica? con músculos por doquier. -Su nombre era Tina.-

-Ya veo...-

Entramos al comedor, tomamos nuestra comida y seguimos hablando.

-¿Y cómo harás para hablarle?-

-Pues... no lo sé. No sé si en estos tres años cambio su carácter, espero que no sea el tipo de persona que es... "No me hables con ese tono" o "Soy un rango superior". Cosas así.-

-Entiendo, pero... No creo que debas darle muchas vueltas. Solo ve y háblale.-

-Sí, tienes razón.- Además... debo darle este regalo que la ayudará.

-Sabía que los vería a ustedes dos juntos.-

-Cecilia.-le habla Mike. -Toma asiento, por favor. Felicidades por haber entrado al Consejo Estudiantil.- 

-Gracias.-nos dice. -No esperaba encontrarlos tan pronto. Bueno estaremos en clases distintas, pero espero contar con ustedes.-

-Seguro. Confía en nosotros.-

No habíamos hablado con Cecilia hace un buen tiempo, unos meses para ser exacto. Pero ahora nos ponemos al día.

Cecilia una chica que conocí gracias a Mike, una vez que Marie aceptará a Mike y nos hicimos mejores amigos, me dio la oportunidad de conocerla. Una chica que resulto ser una gran combatiente, controla mejor la magia y es alguien que sabe potenciar armas en el combate.

-Disculpa, señorita Cecilia. No pude evitar notar que está perdiendo el tiempo con gente inferior a usted.-

Miramos y había un pequeño grupo de estudiantes que estaba cerca de nuestra mesa. Los mire sin mostrar interés, menos mal que mañana comienzo siendo parte del comité disciplinario, así no tendremos que pasar por cosas así.

-Cómo les iba diciendo...-les hable ignorando su presencia. -Ese restaurante realmente es muy bueno.-

-Si tienes razón, quizás debamos ir allí otra vez, ¿no crees Cecilia?-

-Sí.-

-¡Óyeme!-golpea la mesa y lo miro con seriedad.

-¿Qué?-

Duda un poco en levantarme el tono y al final acepta a continuar.

-¿Cómo alguien de la clase baja se atreve a hablarle tan casualmente a una señorita como ella? Cuida tu lenguaje.-

-Ah, ¿era eso?-seguí comiendo. -Creo que escuche de una tienda donde venden todo tipos de dulces.-les dije a ellos dos.

-¡Tú...!-

-¿Que quieres?-lo mire con una mirada muy fría, tanto que sus compañeros empezaron a retroceder.

-Bien, tú lo quisiste. ¡Te reto a un duelo!-

El último usuario.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora