Sector Seven

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-¿Sector Seven?- estaba con muchas preguntas de ese lugar, no tenía ni idea que existía un lugar así.

-Luego lo verás.-me dice Alan.

-Ahora escucha...- El señor Machias, hace unos movimientos como de presentación artística, para luego apuntarme con sus manos. -Yo soy la extravagancia, el Pilar del sonido. Tú eres escoria. Debes tratarme como una deidad, debes meterte eso en la cabeza. Si digo perro, eso serás, si digo, al ataque entonces irás delante. En las misiones debemos ser llamativos, mientras estés conmigo lo llamativo seremos y los más fuertes tratarán de acabar con nosotros. Pero teniendo una deidad como yo, nada es imposible. Debes alabarme con cada fibra de tu ser. Lo diré nuevamente, soy la extravagancia.-

-...-

-...-

-Deberían mandarlo a terapia.-habla Yuria después de ese silencio que dejaron ellas dos.

-Sin duda, algunas personas son realmente... extrañas.-comento la señorita Beatriz.

-Pero... de ellos dos, podemos destacar responsabilidad. ¿No crees Nathan? ¿Nathan?-

-De acuerdo señor, espero aprender mucho de usted.-le digo inclinando mi cabeza hacia él.

-Oye...- Priscilla me habla pero la ignoré.

-Eso es. Tienes potencial. En las misiones debemos llamar la atención.-

-No tanta para que los enemigos no nos encuentren.-habla Alan.

-Alan... hablo del caso de habilidad, no del sigilo.-

-Comprendo. Debiste hablarlo antes.-

-¿Cuanto tiempo nos llevamos conociendo?-

A pesar de la altura y creo que de la diferencia de la edad, los dos se llevan muy bien. Los veía que estaban discutiendo, pero...

-Ese sentido de responsabilidad... Fue el mismo que sentí cuando estuve con mi maestro y el profesor Connor. Fue una agradable sensación.-les hable a las chicas. -Creo que está bien seguirles el juego.-

-"Suspiro." Si estas bien con eso... No me quejaré.-dijo Priscilla.

-Prometo llevarlas a comer, ¿de acuerdo?-

-Bien. Pero, creo que deberías despedirte primero.-me dice la señorita Beatriz y se venía acercando mi maestro.

Fui donde él mientras ellos dos estaban discutiendo. 

-Maestro.-le hable cuando lo tenía cerca, lo notaba algo agitado, debió apresurarse para llegar aquí. -Menos mal que lo veo. Me iba a sentir mal si me iba y no me despedía de usted.-

-Bueno... lamento no haberte dicho nada, quería hablarte del tema, pero las situaciones son algo complicadas. Espero que lo entiendas.-

-Esta bien. Somos Guardianes, estas cosas suelen pasar, ¿no? Pero también...-saco el regalo que le tenía para él. -... algunas buenas sorpresas pueden llegar.-

Él me mira confundido, tiene el regalo y lo abre.

-Esto es... Una gema de oscuridad.-

-Quería darle un regalo. Ha hecho mucho por mí que... no sabía que darle. Así que... me esforcé en obtenerlo.-

-Pero esto es...-

-Es al único que le daría algo así. Eres mi maestro, como alumno también debo asegurarme de que esté bien. ¿No? Así que...-

Con un movimiento en sorpresa, me atrae hacía él. Un gran abrazo me da cuando no me lo estaba esperando. Le quería hablar, pero... moví mis brazos para abrazarlo yo también.

El último usuario.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora