Capítulo 18

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Luis Fernando esperó que Pablo se retirara para interrogar a su hermano.

—¿De qué engaño me hablas? —Preguntó contrariado.

—Hadassah nunca escuchó a María Victoria decir que se iba a ir con Octavio, mintió.

—¡¿Mintió?! —Luis Fernando exclamó airado.

—Si, y ella no me dijo el motivo, pero estoy casi seguro que Micaela la coaccionó para que lo hiciera.

—¿Cómo llegaste a toda esta conclusión? ¿Qué te llevó a sacarle toda la verdad a Hadassah? Quiero saberlo todo.

—Anoche me quedé con Verónica tal como me lo pediste, ella estaba muy alterada y nerviosa, no quería que Vicky viniera a San José, la sola idea le aterraba, comencé a hablar con ella y esa chica es muy transparente y no le va las mentiras.

Luis Fernando alzó una ceja.

Jared obvió el gesto y siguió hablando:

—Me contó que efectivamente María Victoria salió de Los Sauces poco después que nosotros nos marchamos, al parecer porque Antonio la mando a llamar, bajo engaño, Verónica y Julio la acompañaron; y una vez allá el perro le mostró unos papeles que supuestamente tú habías firmado para anular el matrimonio, evidentemente Vicky sintió que tú la estaba despreciando.

— Ese miserable — soltó Luis Fernando airado. — Continúa, no te detengas.

Jared asintió

— Antonio la obligó a firmar para que el documento tuviera validez, ella se negó y al poco tiempo Vicky, Verónica, Julio y la nana, se fugaron de la casa porque el hijo de perra no la dejaba salir, ella regresó para hablar contigo y reclamarte, pero le prohibieron la entrada dijeron que tú habías dado la orden y Micaela lo confirmó, por eso Vicky se marchó a Guanare despechada y sola, Octavio no pintaba por ninguna parte... Como no podía confiarme del todo en la palabra de una monjita por muy santa que parezca, busqué a Hadassah para que me dijera si lo que la chica me había dicho era cierto y aunque me costó que hablara, lo hizo, me corroboró que Micaela armó todo ese ardid.

—¿Cómo ella pudo hacerme algo así? ¿Cómo pude ser tan imbécil? Tenía que haber previsto que ella no estaba contenta con mi matrimonio y que algo haría, pero creí que mi madre no arremetería contra mí ni contra la mujer que amo — Luis Fernando le dio una patada a una silla de madera que salió volando haciendo un gran estruendo. — Pero Micaela no actuó sola en esto, aquí hay más gente involucrada y voy a pedir cuenta a cada uno de ellos, incluida Micaela.

— Si aquí hay cosas que no cuadran, como por ejemplo que hacía Antonio con unos papeles con tu firma ¿Quién se los dio?

— Exacto, ¿por qué ese mismo día que Micaela nos envió a San Carlos, él decide llamar a María Victoria y retenerla? ¿Por qué no lo hizo otro día?

— ¿Será que Micaela pactó con Antonio? — Le preguntó Jared.

—No creo que Micaela llegue a tanto, pero Maria Victoria es la que me dará

los datos que necesito para saber exactamente que ocurrió.

Luis Fernando fue hasta el cuarto de invitados, abrió la puerta, recorrió la habitación con la mirada y se fijó en la ventana que se encontraba abierta de par en par, María Victoria se había escapado, él maldijo por lo bajo, cerró la puerta y salió en su búsqueda. Se dijo que esa mujer estaba muy equivocada si pensaba que iba a huir de él.

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Una vez que Luis Fernando la dejó sola, María Victoria no pudo dormir, pensando en todo lo que había ocurrido, los engañaron terriblemente, su esposo no la echó de su lado, sino que Micaela Montenegro orquestó todo aquello y los puso en contra. La rabia y la impotencia no la dejaban en paz. No podía quedarse tranquila.

Entre el Amor y la VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora