Capítulo #27

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Dicen que cuando te rompen el corazón, llegas a experimentar tanto dolor que puedes sufrir un infarto, se le conoce como el síndrome del corazón roto. Elisabeth ahora lo había comprobado, sentía tanto dolor que la respiración le faltaba, que quería arrancarse el corazón de su pecho para simplemente dejar de sentir.

Elisabeth lloraba sin lograr detenerse, había mil razones, al igual que miles de ideas que cruzaban su cabeza. Ella intentó tomar aire, intentó calmarse, pero cualquier esfuerzo era en vano, incluso intentó taparse el rostro sin embargo terminó aferrándose más a Vincent. Estaba tan ida que no se dio cuenta cuando Vincent comenzó a abrazarla y automáticamente el llanto comenzó a calmarse.

- Lo... Lo s - sus sollozos hacían que su voz se cortara - lo siento - logró articular.

Vincent comenzó a acariciar su cabello mientras la respiración de Elisabeth iba bajando su ritmo. Luego de unos minutos, él rompió el hielo.

- Ven - hizo un movimiento para levamtarse - Hagamos algo de desayunar.

Elisabeth no quería moverse, el torso desnudo de Vincent era cálido, ella hubiese podido estar allí toda una vida.

Vincent movió a Elisabeth y la colocó a su lado lentamente, como si se tratase de un objeto frágil capaz de romperse al más mínimo movimiento, ella bajo la cabeza al notar la humedad en su pecho, el llanto desesperado lo había dejado lleno de lágrimas y mocos, si, efectos secundarios de llorar. Pero Elisabeth se sintió avergonzada.

Vincent se encaminó fuera de la habitación y se detuvo justo en el marco de la puerta. Probablemente si Elisabeth no hubiese estado tan deprimida se lo hubiese devorado con la mirada, sin embargo no tenía ojos para verlo así. No en ese momento.

- Ven - ordenó - por favor - la orden ya no sonaba tan orden.

Elisabeth se sentía asombrada ¿Quien era este hombre? Parecía otra persona, Vincent ordenaba las cosas y tenías que hacerlas sí o sí, este acababa de hablar en tono amable y había hecho un pedido "por favor".

La rubia se puso de pie fuera de la cama y notó que llevaba puesto un camisón azul bebé.

Pero que...

Una parte de ella quiso encaminarse tras Vincent y reclamarle pero no tenía ganas de discutir, después de todo él la había visto desnuda muchas veces, solo que, ella ni siquiera recordaba algo de la noche anterior. Su último recuerdo era que sus piernas temblaban tanto que cuando intento caminar simplemente no pudo y cayó al suelo, a partir de allí todo era un sueño.

- Yo te cambié anoche - dijo Vincent que siempre iba un paso adelante de Elisabeth, como si fuese capaz de leer sus pensamientos - Tranquila no había otra... - tomó aire - tu ropa estaba mojada y... - comenzaba a sonar nervioso - tenías fiebre y...

- Gracias - murmuró Elisabeth al tiempo que entraba a la cocina.

Vincent comenzó a hacer Hotcakes mientras Elisabeth se sentó tras la barra de la cocina. Mientras lo veía con el delantal y con toda la concentración que implicaba preparar algún platillo, Elisabeth recordó los primeros días luego del abandono de su madre, lo recordó como su protector, como el hombre que hacía todo por verla sonreír, lo recordó como lo que era, casi un padre para ella.

Ambos se sentaron en la Mesa junto a una torre de hotcakes acompañados de un delicioso jarabe de maple y por primera vez en mucho tiempo comieron juntos sin ninguna tensión de por medio.

La última vez que lo habían hecho o al menos lo habían intentado, Elisabeth había terminado boca abajo sobre la mesa mientras Vincent le azotaba el culo.

Elisabeth sacudió su cabeza ante ese pensamiento.

- Quiero...

- Quiero...

No Tan Inocente - +18 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora