Capítulo #32

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La mejor parte de comenzar una relación, es que todo lo vemos color de rosa. Vincent y Elisabeth lo sabían, mientras el mundo continuaba girando  su alrededor. Ellos estaban completamente perdidos uno en el otro. Tomaban paseos, salían a mirar el paisaje, a comer, pasaban horas recostados en la cama solo disfrutando la vista desde su enorme ventanal en el cuarto de hotel.

- Salgamos - propuso Vincent - lleva algo ligero y un traje de baño, tengo una sorpresa para ti.

Los ojos de Elisabeth brillaron y por un momento Vincent recordó, que por muy mujer que fuese en la cama y por muy madura que llegase a parecer, no era más que una adolescente.

Una adolescente que él conocía muy bien pues durante los últimos seis años él la había considerado su hija.

Él no la había vuelto a tomar en sus brazos desde año nuevo, se lo había prometido a sí mismo, la dejaría al menos cumplir dieciocho años, que al menos ante la ley, su relación no fuese vista como algo malo.

"Relación" la palabra giró en la mente de Vincent, dio tantas vueltas que sus pensamientos divagaron y lo llevaron casi hasta su adolescencia. Se preguntó a sí mismo si realmente estaba comenzando una relación con Elisabeth, la verdad es que hacía mucho tiempo que no se sentía así, no sabía como proceder, no sabía que camino tomar y eso le abrumaba. Le llevaba más de veinte años a Elisabeth, la idea de un romance adolescente había muerto en él hacía más de dos décadas. El amor más intenso que había vivido los últimos tiempos había sido con Lisa, quien era una mujer hecha y derecha, una que ya sabía lo que quería, una que podía tomar entre sus brazos y devorar en cualquier momento, una por la que no tenía que esperar su cumpleaños para poder darle rienda suelta a sus deseos.

¿De verdad estaba dispuesto a tener una relación con Elisabeth? Quizás era tarde para hacerse esa pregunta, la relación con Elisabeth había comenzado hacía ya mucho tiempo. Desde el mismo instante en el que él había sucumbido a sus instintos y la había tomado de espaldas en la mesa. En ese instante había firmado su sentencia, estaba perdido entre el delicioso aroma de Elisabeth, en su mirada tan pura y llena de luz como el mismo cielo.

Vincent se dio cuenta de lo que estaba pasando, estaba sobre pensando las cosas, sentía inseguridad y eso era algo que no le pasaba. Todo se debía a Elisabeth, no porque fuese su culpa, todo era porque él no quería hacerle daño.

Elisabeth salió del baño con un vestido negro con pequeñas flores amarillas que se extendían a lo largo de su falda y le regaló una amplia sonrisa mientras se secaba el cabello con la toalla.

Vincent la observó con detalle, faltaban escasos meses para su cumpleaños, pero se veía más mujer, sus pechos se veían tensos, cómo si estuviesen a punto de explotar, cómo si con cada movimiento le estuviesen invitando a sacarlos del vestido y comerlos uno a uno.

- Te ves hermosa - logró decir antes de removerse en la cama, levantarse e ir al baño.

Vincent pasó el seguro de la puerta mientras observaba cómo su entrepierna estaba a punto de traicionarlo. Abrió la ducha y sacó su miembro del pantalón, dolía. Ni siquiera el mismo sabía cómo podría ser capaz de aguantar aquella tortura durante los próximos cinco meses y medio.

Se metió a la ducha y dejó que el agua recorriera su cuerpo, pero al mirar la tina que reposaba en su baño, su miembro casi se elevó al cielo. Vincent recordó los gemidos de Elisabeth, su sabor, su interior tan apretado y cálido. Cerró los ojos mientras la imaginaba diciendo su típico "si papi", esas palabras que tanto enloquecían a Vincent. Fueron tantos los recuerdos, que Vincent inconscientemente comenzó a tocarse, se imaginaba poseyendo a Elisabeth como en año nuevo, por todos aquellos rincones que se habían quedado sin explorar, la imaginaba de piernas abiertas, para él, obsequiandole una vista en primera fila de su intimidad rosada y depilada, se imaginaba penetrandola, hundiéndose lentamente en su interior y llenándola de penetraciones contundentes.

No Tan Inocente - +18 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora