Capítulo #40

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El tan anhelado cumpleaños número dieciocho por fin había llegado. Oficialmente la pequeña rubia era legal y aunque su sueño había sido recibirlo entre los brazos de Vincent, llena de sudor y gemidos. La realidad era completamente diferente.

Elisabeth había sido golpeada por una gran ola de ansiedad, provocada por las publicaciones en la prensa nacional e internacional que hablaban acerca de cómo el gran "Vincent Salvatore" mantenía una relación con su hijastra. Aquello sonaba realmente perturbador y era difícil hacer caso omiso.

La pequeña rubia ya no era tan pequeña, aunque no sentía nada diferente, sabía que su cumpleaños lo cambiaba todo. Por fin se acabarían las especulaciones y la posible batalla legal que se podía iniciar en contra Vincent por posible estupro, quedaría en el olvido. Ella lo tenía claro, él no la había coaccionado. Eso le había dicho a los abogados, aunque la escena en la mesa del comedor se repetía una y otra vez en su cabeza.

¿Acaso eso contaba como coacción?

Esas dudas se quedarían en su interior, lo que ella menos quería era que le quitaran a la única persona que la mantenía a salvo. Ella no quería que la alejasen de Vincent.

- Buenos días mi amor - escuchó la voz de Vincent mientras este encendía la luz y se acercaba a la cama con una bandeja servida.

- Buenos días - intentó disimular que se acababa de levantar, aunque la realidad era que no había pegado un ojo en toda la noche.

- Feliz cumpleaños - le deseó Vincent y se sentó en el borde de la cama mientras acomodaba la bandeja para Elisabeth - te amo.

Se inclinó hacia ella y depositó un casto beso en sus labios que Elisabeth correspondió tomando su rostro entre sus pequeñas manos.

- Gracias - se limitó a responder, mientras veía la cantidad de comida que él había mandado a pedir para ella y al mismo tiempo pensaba qué excusa darle para no comer

La verdad es que se sentía triste, apagada y sin apetito. Sus cumpleaños eran así, melancólicos, desde que su madre se había ido, ella sentía que algo le faltaba. Al menos antes tenía a sus amigas, pero ya ni siquiera tenía eso. Ahora solo le quedaba Vincent, pero eso no iba a evitar que se sintiera tan sola.

Elisabeth comió poco y trató de conversar con Vincent para esquivar el hecho de que no estaba comiendo.

- Toma un baño y vístete, tengo una sorpresa para ti - le dijo Vincent poniéndose de pie y abandonando la habitación.

La verdad era que a Elisabeth no le gustaban las sorpresas, se ponía ansiosa si lo mencionaban. Prefería sorprenderse y ya.

La pequeña rubia tomó una ducha rápida y se vistió lo mejor que pudo. Un vestido azul cielo con pequeños puntos de color blanco y unas zapatillas converse color blanco.

Se peinó su lacia cabellera y lo dejó suelto, ya estaba, con eso bastaría.

- Te ves muy guapa - le dijo Vincent mientras la veía mirarse al espejo.

Él se acercó a su espalda y la tomó de la cintura para besarle el cuello. La pequeña rubia se movió e inmediatamente sintió como el fuego se encendía en su interior. Vincent llevó una de sus manos hasta sus pechos y la otra la bajó hasta la intimidad de la rubia.

Cuando él deslizó sus dedos dentro de su ropa interior, Elisabeth se movió bruscamente y se apartó de él. La verdad es que desde que el mundo entero tenía los ojos puestos sobre su relación, ella no había podido tener sexo con él. Le aterraba la idea de que alguien los viese juntos y aunque era mera paranoia, se volvía cada vez un miedo más real.

No Tan Inocente - +18 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora