Capítulo #33

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Los primeros días a Elisabeth le resultaba muy divertido deambular por la casa en tanga y brasier, pensaba que si lograba provocarlo, Vincent la tomaría salvajemente y la haría suya. Pero eso nunca pasó, el poco tiempo que pasaba en casa, lo hacía metido en libros, documentos, al teléfono, se volvía algo muy aburrido.

Al cabo de un mes ya Elisabeth se había instalado como pasante en una de las sucursales de Vincent.

Aunque su trabajo era el más sencillo, trabajar, estudiar en casa, comer y mantener todo en orden resultaba agotador. La ventaja era que su inglés se perfeccionaba cada día, tanto que parecía nativa. Pero estaba llevando un ritmo de vida bastante acelerado, aún más acelerado que cuando vivía en su casa, sin Vincent.

El tiempo pasaba, dos meses después de haber llegado a Canadá, a Elisabeth la consumía la rutina, las cosas se movían de forma tan acelerada que el estrés comenzó a pasarle factura, se sentía débil, algo mareada en ocasiones y de vez en cuando, devolvía todo lo que comía.

Una mañana cuando se destinaba a ir a sus pasantías, Vincent ofreció llevarla y cuando ambos se encaminaban hacia la puerta, Elisabeth se detuvo en seco y se devolvió corriendo a su habitación mientras tapaba su boca con su mano, tratando de evitar que el vómito saliese en tropel. Elisabeth abrió la puerta de golpe y se metió al baño, para devolver todo lo que había desayunado.

Un segundo más tarde Vincent estaba tras ella sosteniendole el cabello y pasando su mano por la espalda de la rubia, intentanto detener las arcadas.

Cuando Elisabeth terminó de vomitar, bajó el inodoro mientras Vincent la ayudaba a ponerse de pie.

- No me siento bien - logró emitir mientras Vincent la escudriñaba con detalle.

- ¿Desde hace cuanto estás así? - preguntó Vincent mientras sentaba a Elisabeth en el borde de su cama.

- No lo sé - Elisabeth se detuvo a pensar en qué momento habían comenzado sus síntomas - un mes, supongo.

Los síntomas de Elisabeth habían aumentado gradualmente hasta convertirse en lo que eran en ese momento. Un mareo golpeó a Elisabeth junto con la voz de Vincent.

- ¿Has tenido tu periodo normal? - la pregunta golpeó a Elisabeth, casi tan fuerte como la idea que se formaba en su cabeza.

¿Acaso estoy embarazada? - Elisabeth buscaba la última fecha de su regla pero no la encontraba, no desde el año anterior cuando su compañero sexual aún era Angelo. ¿Y si estaba esperando un hijo de él, de Angelo? Intentó desechar la idea, pero sabía que era una posibilidad, aunque tenía un implante anticonceptivo, el riesgo de quedar embarazada permanecía latente. De repente, su mundo se hizo pequeño ¿Que haría? ¿A donde iría? Las preguntas comenzaron a asaltarla y como si su cuerpo expulsara el estrés, corrió nuevamente al baño a vomitar.

Cuando salió del baño Vincent la esperaba sentado en la cama, con la misma cara de sorpresa que ella tenía, ninguno de los dos había tomado precauciones extra, tomando en cuenta que ella tenía el implante, el día que habían tenido sexo, no habían tenido el más mínimo cuidado.

Elisabeth se recostó a la pared mientras miraba a Vincent fijamente, en su cabeza rondaban algunas preguntas, sobre todo acerca del futuro que justo en ese momento era muy incierto.

- Creo que lo mejor es que vayamos al médico - propuso Vincent y Elisabeth asintió de forma automática sin replicar.

La rubia se miró al espejo antes de abandonar la habitación ¿Se veía mas gorda? Chasqueó con su lengua cuando se levantó la camisa, se veía igual, no veía ningún bulto. Ella simplemente no podía estar embarazada, apenas tenía diecisiete.
- Pero tienes sexo como una perra - se dijo a sí misma, e imaginó a Josephine diciéndole algo así. Por primera vez en meses, pensaba en sus amigas, y se dio cuenta que las extrañaba, que pasar por todo aquello no sería lo mismo si las tuviese a su lado.

No Tan Inocente - +18 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora