Capítulo #10

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Angelo se separó de Elisabeth y sacó su miembro que comenzaba a levantarse nuevamente, la pequeña rubia sintió como de su interior chorrea a él semen de Angelo, gimió y se reincorporó mientras llevaba una de sus manos a su entrepierna para evitar que se hiciera un desastre en su uniforme.

Angelo sonrió, le encantaba acabar dentro de la rubia, sentir como su interior se contraía mientras el se vaciaba dentro de ella, era una de las mejores experiencias que había experimentado en toda su vida.

Después de todo ninguno de los dos tenía por qué preocuparse, desde que comenzaron a tener relaciones sexuales Angelo había llevado a Elisabeth a colocarse el implante anticonceptivo con un ginecólogo que también veía a su hermana.

Él había decidido ser prudente, jamás había estado tan enamorado y por suerte su hermana mayor le había aconsejado cuidarse, mejor tener buen sexo con protección que una consecuencia de nueve meses que duraría toda la vida.

Elisabeth era completamente inexperta por lo que había accedido a la consulta médica sin dudarlo, además no quería involucrar a sus amigas por lo que prácticamente era un secreto entre ella, Angelo y Beatrice, su cuñada.

El pequeño implante subdermico en su brazo, era casi imperceptible, ni siquiera las mejores amigas de Elisabeth se habían dado cuenta. Así que sí, podían tener todo el sexo que sus hormonas desearan sin un atisbo de cuidado, siempre y cuando aquello no involucrara a otras personas.

Elisabeth había corrido a limpiarse, por suerte para ellos, aunque el lugar estaba en ruinas, los baños funcionaban, estaban sucios y llenos de moho pero funcionaban.

Elisabeth regresó y encontró a un Angelo a medio vestir tumbado sobre el escritorio, con los ojos cerrados, las piernas colgando y los pies casi tocando el suelo.

- ¿Estas bien? - preguntó la pequeña rubia.

Angelo abrió los ojos y la miró.

El chico dejó escapar un suspiro y mordió su labio inferior, Elisabeth pensó que parecía un ángel, o quizás un ángel caído, un demonio, pero lo más hermoso que sus ojos habían visto.

- Me encantas - soltó Angelo - En serio me encantas preciosa, no quiero perderte - Angelo se incorporó y se sentó al mismo tiempo que acercaba a Elisabeth hacia su cuerpo - si es necesario hablaré con tu padre, yo...

- ¡NO! - Elisabeth lo interrumpió - no puedes.

- ¿Que es lo peor que puede pasar? - especuló el castaño mientras acercaba sus labios al cuello de Elisabeth - es en serio.

Elisabeth cerró sus ojos un momento mientras Angelo le daba besitos sonoros en el cuello, imaginaba que pasaría si Vincent conociera a su novio.

¿Que sería lo peor que podría pasar?

Lizzie sacudió su cabeza, sin duda sabía que no podría salir nada bueno de allí incluso uno de los dos podría no salir de allí, probablemente Angelo.

- No puedes, yo también hablo en serio - Elisabeth se echó hacia atrás para mirar el rostro del pelinegro - prométeme que me dejarás solucionarlo.

Angelo dudaba.

- Vincent es estricto - continuó la rubia - lo ha sido desde que recuerdo pero me cuida y... - la voz de Elisabeth se apagó.

- Te sobreprotege - espetó Angelo - eso no es cuidarte, no es tu dueño, ni siquiera es tu padre.

- ¡Hey! - Elisabeth se apartó de su novio y echó dos pasos hacia atrás - hubiese podido echarme a la calle cuando mamá nos dejó pero en lugar de eso me ha cuidado y protegido.

No Tan Inocente - +18 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora