だって //seungin chilensis

22

Desperté abrazado a Jeongin en el sillón, con la pizza en la mano después de unas tres películas de suspenso al hilo.

Me estiré y tapé mejor a mi pololo, cerrando la caja de pizza, acomodando las tazas para llevarmelas a la cocina y lavarlas.
Ya era de mañana y estaba bien fresquito, caluroso pero no tanto. Como para salir con short y poleron.

¿Se entiende?

Lave la loza, miré el refri y saqué cosas pa hacer comida, con ese silencio tranquilo, pero penosito de todas formas.
Extraño mucho a mi chiqui.

Aunque la compañía que he adquirido hace poco mitiga un poco el dolor, tapa su ausencia, me apena de todas formas.
Me siento un poco inútil.

En verdad, mi único propósito era cuidarlo, criarlo de la forma en la que a mi no me criaron, que no le faltara amor, que fuera feliz, pero ahora... No tengo nada que hacer. No hay propósito que valga, o al menos no tengo nada en la cabeza por la que levantarme.

Claramente mi papá, mi pololo, mis amigos son una razón equivalente, algo de peso, no son tampoco un todo siento que dejaré de ser relevante en algún momento y ya no hay nada en mi cabeza al respecto, no hay respuesta de

¿Qué haré solo?

El colegio es como... una cosa sin relevancia. No me importa, ni siquiera estoy mal en notas como para tener de motivo estudiar y mejorar.

Que voy a hacer al ser mayor de edad, tampoco tengo idea.

Sin Joon me quedé sin futuro.

Mis planes siempre fueron irnos de aquí, juntar plata para llevarme al chiqui lejos, criarlo yo, lejos de mi mamá y lo que nos hacía mal.
Una parte de mi se siente tan aliviada de tener a mi papá ahora, no tener que preocuparme de conseguir un trabajo o plata para vivir porque ahora el responsable de eso está aquí y no va a dejar que me falte algo.
Pero me quita utilidad.

—Seung... ¿Que paju?- preguntó Jeongin entrando, alcé la mirada.- ¿Por qué llora?

—¿Estoy llorando?- pregunté y me toqué la cara. - No me había dado cuenta...- dije, poniendo las verduras picadas en la sarten para saltear.

—¿Todo bien amor?- preguntó, besando mi mejilla. Asentí. - ¿Que le paso? - preguntó.

—Estaba... Pensando un poquito.- dije y alcé mis hombros.- Filo. ¿Salgamos un ratito? O no sé, vamos a echarnos a mi camita a darnos besos un rato.- propuse, sonriendo. Él me abrazó y besó mi mejilla alzando las cejas.

—¿Segurito que tai bien?

—Si. No fue tanto..- dije. - Taba extrañando mucho a mi wawi nomas... - dije y lo abracé. Él asintió y besó mi frente.

—Pucha oh bebito lindo.- dijo y suspiró.

—Nah, filo si... Siempre me va a pasar eso, pero tranqui si es... nostalgia, bonita. - dije.

Estaba mintiendo, sí. Pero no del todo.

No quiero que se preocupe de más. Y bueno, es verdad, toda la vida voy a extrañar a mi poroto, me sacaron una partecita del corazón con su partida, claramente siempre voy a extrañarle.

Jeongin me ayudó a ordenar y después le llegó un wate porque no había hecho ninguna tarea. Así que ahí estábamos, sentados mientras él hacía tareas, mañoseando.

—Pero es que no seeee.- dijo y puchereo.

—¿Que no sabes? Dime de dónde partimos..- dije y acaricié su pelo. Jeongin se veía cómo niño amurrao. Reí y le sacudí el pelo. - Vamos que tu podi.

—La verdad me perdí desde... Principio de año weon ayuda.- dijo riendo.

Pasamos el resto del día estudiando y haciendo las tareas que le faltaban. Logré que entendiera al menos la mínima de lo que tenía en sus cuadernos, algo es algo.

Me abrazó de la cintura y me sentó en sus piernas, dándome besos en la espalda. Sonreí y me apoyé en su hombro.

—Te amo.- dijo y sus mejillas se pusieron rojitas.

—Yo también te amo bebé.- dije y me abracé a él.- Te amo tanto tanto.-

—Oi ya llevamos casi un año.- dijo Jeongin con gracia.

—Pero deberíamos contar desde más allá, no desde que me lo pediste porque en verdad.... - dije y reí.

—Si osea... No eramos tan andantes la verda.- dijo con gracia. - Ya pero igual.. Fue tan bonito ese día.- dijo Jeongin sonriendo.

—Si... Fue bonito.- dije y le di un besito. - ¿Como.... Cómo te atreviste a pedirmelo? - pregunté.

—Ojo de loca no se equivoca.- dijo con gracia.- Minnie... Yo ya había notao toda nuestra tensión sepsual.- dijo alzandome las cejas. Me acomodó en sus piernas, con mis piernas a cada lado de las suyas.

Sucioooo.

Hizo la silla un poco hacía atrás y me apoyé en el escritorio.

—¿Que estai planeando susio?- dije, el acarició mi cintura.

—Foto tambler.- dijo y rió, sacando una foto con su teléfono.

¡!

—Eri cochinon.- dije. Me pegó en el popin y besó mi hombro. Me moví un poco, riendo ante el apretón en mi cintura.
Me restregue contra él, escuchando su respiración temblorosa, sentí sus manos haciéndome cariño, bajando a mi pantalón, al frente de este. Me moví más rápido, harto motivado por los jadeitos de Jeongin y su mano en mi boxer. Abrí el cajoncito de mi escritorio y saqué lubricante. Lo abrió y se aplicó en los dedos, metiendo su mano más allá, rozando sus dedos.

Jadee, tembloroso, sentía mis piernas arder un poco por estarme moviendo sin parar, tenso. Pero no me importo y seguí restregandome con él, mientras sus dedos entraban lentito. Me bajé la ropa y me puse de pie, apoyándome en el escritorio. Jeongin se paró también y sus dedos se movían rápido en mi interior.

Escuche su ropa chocar en el suelo y lo sentí rozarse. Me incliné hacía él, me sujetó de la cadera y empezó a entrar.

Me tapé la boca y gemí, sintiéndolo entrar tortuosamente.

Y sonó la puerta de la casa.

—Conchetumare mi papá.- dije y nos separamos, subiendonos la ropa rápido. Jeongin entró al baño y yo me arreglé los pantalones nomas y un poco la pieza.

Aún no escuchaba la voz de mi papá.

Sentí un escalofrío y abrí la puerta de mi pieza, mirando hacía el pasillo.

Y vi a mi mamá.