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Seis y media de la mañana.

Mi mamá se levantó con la wea, y me sacó la chucha después de decirle que por favor hoy día si le diera algo de comer a la Haejoon.

Esta wea se me va a poner morada.

Nunca me voy tan temprano de la casa, pero de verdad no soportaba más ahí. Pateé el letrero del paradero, con rabia, sujetándome la mejilla. La calle estaba solitaria. Me quedé ahí, llorando, acuclillado en el suelo. Con tanta pena.

—¡Minnie! - me abracé con más fuerza las rodillas, queriendo desaparecer. Sentí sus manitos, calentitas en mi espalda.

—Déjame. - dije.

—Pero deja que te abrace primero.- dijo. Negué con la cabeza. -Seungmin...

—No. Deja de perder tu tiempo, no valgo la pena. - dije. Refiriéndome a nuestra conversación de hace algunos días.

—Minnie...- su tono al decir eso. -No.. No quería que te lo tomarai así.

—No. No importa como me lo tome o la wea que sea. Yo, de verdad no valgo niun misero segundo de tu tiempo Jeongin. Porfa, hacelo por ti, y déjame solo.- dije. De igual manera, el porfiao, me abrazó, rodeandome con sus bracitos, besando mi mejilla. Me sentía tenso, muy tenso. Lo sentía tan mal.

Pero es Jeongin.

Jeongin nunca me haría algo así. Solo esta dándome un abrazo. Nada más.

—Minnie... Deja de decir esas cosas.- dijo en mi oído. - Si te dije eso fue porque... De verdad, me frustra no poder avanzar contigo. No pasar de hablar un poco o con suerte me dejai tomarte la mano... Esta es... Quizá la segunda vez que te doy un abrazo, y somos compañeros desde la básica.- dijo, aprovechando que yo no me movía de mi posición. La gente comenzaba a pasar, y nos veía extraño.

Mírate el hoyo vieja culia.  

Acaricié sus manos y presione un poco más mi mejilla contra su boca. Lo sentí sonreír. Dejó un beso en mi mejilla y entrelazó nuestras manos. 

Nos pusimos de pie, y caminamos de la manito, lento. El silencio era cómodo.

Sentía mi corazón tan apretado d nervios, tan ruidoso y rápido contra mi pecho.

—Minnie... - murmuró. Alcé las cejas. - Te quiero. Pero confía en mi. - dijo, acariciando mi mano.- Por favor.

Suspiré y miré el suelo. Apreté su mano, como diciéndole un "yo también".

—Yo... Quiero tratar. - dije. - Aunque no me creai... No quería ser tan antipático contigo. - dije, limpiando mis lágrimas

—Entonces... ¿Nos vamos juntos?-dijo.

—No, chupala.

SEUNGMIN POR LA CHUCHA PORQUE ERES ASI.

Jeongin puchereó.

—Yo....- suspiré.- Me da vergüenza.-dije.

—¿Por qué?- preguntó, haciéndome cariño en la mano. - Ven, ¿Te invito un café Minnie? Falta más de una hora para entrar a clases. - miré la cafetería y toda la gente comprandose algo, o sentados. Enfocados cada uno en su mundo.

Asentí.

Entramos, de la manito, me subí la bufanda acomodandola para tapar más mi cara.

—¿Qué café te gusta?- preguntó, haciéndome cariñito en la cara.

—Un mocca...-dije.- voy a buscar asiento.- él asintió y me soltó la manito. Me fui a sentar, esperando al Innie. Me temblaban las manos, nunca había hablado tanto con él y eso que... Estabamos como en algo o no sé en verdad. Pero, es que.

Ya a ver. Jeongin se me confesó hace unos meses, le dije que también me llamaba la atención pero que no quería pololear ni nada porque estaba mal y no quería arriesgarme. Obviamente no le dije que no quería arriesgarme a que mi mamá nos pille y me mate.

El Innie trató de hacerse más cercano a mi, me tomaba la manito, me abrazaba, y me daba besos en la cara. Obvio, cuándo salíamos de taller y no quedaba nadie en el colegio. Me metía conversa y yo solo respondía monosílabos o cosas cortas.
Pero no se rindió, y siguió estando conmigo.

Se sentó al frente mío, con los cafes y galletitas.

—No sabía si lo ibas a querer con azúcar asi que te traje unos sobrecitos.-dijo. Le sonreí y tome algunos sobres para echarle al café. Sentí su mirada encima de mí y me dió algo de vergüenza. - Oye, Minnie.- dijo, apoyando su carita en sus manos. Alcé las cejas.- Es que... Quiero darte un beso.-

Sentí mi cara hirviendo. 

- ¿Cómo se te ocurre? - dije, avergonzado. 

Él puchereó.

- Pero si me gustai, es normal que quiera darte un beso..- dijo, tomando de su cafe, con el pucherito ahí.

- Es que yo.... No sé como...- me sentí súper humillado al decirlo. Los únicos besos que pude haber dado, prefiero olvidarlos y borrarlos totalmente.
Tomé de mi café para evitar verlo, pero su manito tomaba la mía y me hacía cariñitos.

Por qué, por qué, por qué, por qué.

Me sentía tan extraño. Jeongin es... simplemente todo lo que está bien en esta vida, pero, no me siento de yo ser lo suficiente para él. Me da mucho miedo no serlo, afectarlo con mis miedos, inseguridades y traumas. Afectarlo con todo lo que le escondo.

—oye minnie... ¿por qué te cambió la carita?- preguntó, levantandome el mentón. Miré hacía el lado, avergonzado y desanimado.

Me da pena ocultarle tantas cosas a Jeongin, pero, no se cómo decirlas, cómo sacarlo de mi pecho.
Hay cosas que ni siquiera mi familia sabe de mi, que nadie ha escuchado. Cosas que de verdad me duelen, que me hieren día a día. Y siento su mano, tan calientita.

Me largué a llorar, sujetando su mano. Cómo si fuese lo más sagrado para mí.

—Hey, Seungmin, ¿Qué pasa?- se movió hasta quedar a mi lado, abrazandome, acunandome entre sus brazos.

—Perdón. Perdón. Perdóname de verdad Jeongin.- dije.

—No diga eso que me asusta.-

Lo abracé fuerte, pero era difícil. No podía dejar de pensar en otras cosas.

—Perdón, Innie.- murmuré.

—Seungmin me estai asustando, por fa.-

—Es difícil, Innie. Muy difícil. - dije, sintiendo su corazón agitado. - Te quiero, pero es difícil..

Él me hizo cariño, suspirando.

—¿Crees que puedas contarme todo lo que guardas algún día?- preguntó, quitandome el pelo de la carita. Suspiré y alcé los hombros.

—Me gustaría poder hacerlo. -

《♡》

ola

だって //seungin chilensisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora