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Harry

Odiaba que me despertaran, había tratado de ignorar las 3 anteriores llamadas que me habían entrado, pero a la cuarta llamada mis ganas de dormir se habían esfumado al igual que mi paciencia

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Odiaba que me despertaran, había tratado de ignorar las 3 anteriores llamadas que me habían entrado, pero a la cuarta llamada mis ganas de dormir se habían esfumado al igual que mi paciencia. Tomé mi celular y aún adormilado sin ver quien era la dulce y maravillosa persona que se había atrevido a molestar mis horas de sueño, contesté.

– Hola.

– ¡Hasta que contestas! ¿Dónde estás?– escucho la voz de Liam del otro lado.

Si claro, tenías que ser tú.

Bufé.

– Pues donde más voy a estar a las 2 de la mañana un martes, pues en mi casa Liam, no hagas preguntas tontas, mejor dime, ¿a qué se debe tu llamada?

– Ha ocurrido algo– dice y de inmediato percibo la seriedad en su tono de voz. Me siento en mi cama y agarro con firmeza mi celular.

– ¿Qué ocurre? ¿Pasó algo? ¿Less está bien?

– Necesito que vengas a casa, aca te explico.

– Pero Liam solo dime, ¿le paso algo a Lessa?– volví a preguntar con desesperación.

– Solo ven Harry– colgó.

Mierda


De un salto salí de la cama, tomé los primeros pants y una sudadera que vi, puse mis tenis y luego de tomar rapido mi cartera, llaves y celular; salí de mi casa no sin antes avisar a mi madre. Quien me pidió que la mantuviera al tanto.


El trayecto de mi casa a casa de Liam no era largo y mucho menos a esta hora ya que no había nada de tráfico, pero fue lo suficientemente largo como para que muchisimas ideas y situaciones comenzaran a formarse en mi cabeza. Solo esperaba que Lessa estuviera bien.

Solté un suspiro mientras apretaba el volante.

Al dar vuelta a la calle donde se encontraba la casa de Liam y Lessa pude observar muchos carros y policías, caminando de un lado a otro en el jardín delantero. De inmediato aparqué el coche, bajé y corrí hacia la casa.


– ¡Alto, alto, alto!, ¿quién es usted?– pregunta un sujeto de traje que se encontraba en la puerta.


– Soy Harry, novio de Lessa.


El chico asintió, llamó por un auricular y luego de  unos segundos me dejó pasar no sin antes revisar que no trajera nada.

Al entrar pude ver a toda la familia reunida, con los chicos ahí todos con una mirada de preocupación en sus rostros, de inmediato busqué su mirada por la habitación, pero no estaba, Lessa no estaba.

Let me | h.s.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora