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Durante todo el fin de semana, Lessa no respondió mis llamadas, ni siquiera Liam me dejó pasar a su habitación. Cito lo que me dijo las dos veces que fui "No gracias, no quiero ganarme una patada en las bolas, amigo peleó con Stella, Alessa nos puede dejar estériles en un segundo y no gracias yo si quiero hijos." El viernes fue su cumpleaños y estoy seguro, que llegando a casa se fumo una cajetilla de cigarros entera, y eso me preocupaba. También el hecho de que pudiera haberle dado ansiedad, mierda.
Estos días habían sido una mierda, empezando por la repentina llegada de Edine. Sí, la chica de la que creí haber estado enamorado, llegó ese día, el viernes, como si nada, fue lo que hizo que mi humor fuera de perros. Al principio fue el estupido mensaje de Louis al celular de Lessa. ¡Le dijo Bombón! Uhg, lo odio tanto.
A ese chico le gusta Lessa, lo aseguro tanto como que me llamo Harry. Regresando al tema, la estupida de Edine, estuvo todo el día persiguiéndome, yo la evitaba, en realidad evitaba a todo el mundo, porque terminaría desquitándome con cualquiera que se me pusiera enfrente. Estaba seguro de que por eso Lessa estaba enojada conmigo, agregando que la perra de Edine me besó en el estacionamiento, claramente yo la alejé. Sus besos me daban asco, ella me parecía desagradable. Cree que puede venir como si no hubiera pasado nada, y no es así.
Había sido el peor fin de semana, sobretodo cuando ayer recibí una de noticia, que me tenía tan jodidamente mal. Mi aspecto era horrible, tenía bolsas debajo de mis ojos, y alrededor de mis ojos había una ligera línea roja. Debido al tiempo que pasé llorando. Jodido marica que soy.
Llegué al instituto, bajé de mi moto y caminé a la entrada, había muchos alumnos afuera al igual que por los pasillos. Faltaban cinco minutos para que timbraran. Miré a la entrada para ver si llegaba Lessa, y es como si el cielo me haya escuchado porque justo en ese momento ella venía entrando. Amaba como le lucían los jeans, porque siempre los llevaba ajustados y estos dejaban ver tan malditamente perfectas sus piernas. Llevaba unos jeans azules rasgados, de la parte de abajo los tenía doblado dejando una parte de sus pantorrillas. Un top blanco dejando a la vista un poco su barriga, y encima traía una chaqueta negra adornada con diferentes parches. Y sus tenis blancos.
— Cierra la boca o inundarás el instituto.— Me dice Michael llegando a mi lado.
— Cállate.— Golpeé su brazo. Miré a Lessa y ella también lo hizo, pero esta vez no me sonrió como las veces anteriores cuando nos topábamos en los pasillos, no. Esta vez me miró fulminante y pasó de mi.
— Amigo tu chica es tan buena peleando que estoy seguro que en un enfrentamiento de ustedes dos, terminarías en el piso aplastado como hormiga.— Comenta, yo niego apretando mis labios haciendo un intento de sonrisa. Él me mira detenidamente con el ceño fruncido.— Joder Harry, ¿estás bien?
— Si. Ahora vengo.— Volteo la mirada para ver a Alessa en su casillero.
— Sabes que puedes decirme lo que sea.— Yo asentí y susurré un tranquilo, lo estoy.— Por cierto, ¿te libraste de Edine?
