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Alessa

Alessa

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Lunes. Todos odian los lunes. Yo no era la excepción. Mi alarma estaba sonando, cuanto odiaba ese tono, la apagué programándola para que volviera a sonar dentro de 10 minutos, quería dormir, lo necesitaba. Aunque bueno agradecía la hora de más que dormía aquí, ahorita mismo en Francia estaría en mi segunda clase con el profesor llorón de Matemáticas. El móvil volvió a sonar, pero estaba vez porque una llamada estaba entrando.

— ¿Qué?— dije sin importar quien llamaba.

— Alessa saca tu trasero de esa cama ahora mismo.— Regañó mi abuelo, rodeé los ojos.

— 5 minutos más.

— ¡AHORA!— Bufé molesta, quería dormir.

— Ya voy, ¿a qué hora pasas por mi?

— En 20 minutos, las clases empiezan en 35 minutos, si no estás lista mandaré a Joseph que te saque de la casa estés como estés, lo digo enserio.— Colgó.

"li digi insiri" Puaj. Me levanté de mi cómoda, caliente y suave cama, tomé de mi closet unos jeans de mezclilla medium waist, un top blanco ajustado y encima una hoodie roja que quedaba un poco grande en mi cuerpo, mis tenis blancos. Listo. Ayer por la noche me había dado una ducha, no quería morir de frío esta mañana. Mi cabello lo dejé suelto y solo pasé mis dedos por el.

Finalmente bajé las escaleras, entré a la cocina dispuesta a buscar una manzana o una banana que pudiera comer. Pero para mi mala suerte la familia feliz estaba sentada, desayunando, riendo de algo que realmente no me importaba.

— Oh no, sigan, solo vengo por una banana y una botella de agua.— Les digo cuando noto que dejaron de hablar, tomé la fruta y me di media vuelta dispuesta a irme.

— Liam va al instituto Panthers también, podrías irte con él.— la voz de Rose llega a mis oídos. Rodeé los ojos aunque no me viera. Siempre era: "Liam esto, Liam es asi, Liam ganó, Liam, Liam, Liam"

Estaba harta.

— Vendrá mi abuelo por mí, pero tal vez mañana pueda aceptar tu oferta, dependiendo de que tan lejos esté.

Terminé mi banana, lavo mis dientes y salí de la casa, encontrandome con el auto negro de mi abuelo. Los vidrios estaban polarizados por lo que no puedo verlo dentro.

— Hija, ¿Por qué eres tan básica?— Me miró de arriba a bajo repasando mi atuendo. Puse los ojos en blanco.

— Si abuelo, estoy bien.— dije sarcástica antes de entrar a la parte trasera.

Let me | h.s.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora