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Alessa

Corría lo más que podía mientras maldecía en todos los idiomas posibles, todo el día de ayer había estado amenazando con llover pero no llovió, y ahora justo cuando salí, el cielo estaba algo despejado pero a mitad de camino la lluvia se había dej...

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Corría lo más que podía mientras maldecía en todos los idiomas posibles, todo el día de ayer había estado amenazando con llover pero no llovió, y ahora justo cuando salí, el cielo estaba algo despejado pero a mitad de camino la lluvia se había dejado venir. Encima es lunes, me levanté tarde y ya voy tarde para la primera clase. Bendito inicio de semana.

¿Ya había mencionado que odio estar aquí? ¡Porque lo odio!

Podía sentir el agua en mis botines, al menos traía una campera de cuero y había evitado que mi camiseta se empapara, pero mis jean no había corrido con la misma suerte. Me miré en el espejo del baño, parezco un maldito perro mojado. El horroroso timbre se escuchó dando por terminada la primera clase. Mientras trataba de acomodar mi cabello la puerta de los baños se abrió, dando paso a Barbie y sus clones. Mi día comenzaba a mejorar. Ellas dejaron de hablar apenas y me vieron ahí.

— Hola Nina— sonreí maliciosamente, una expresión de terror recorrió todo su rostro lo que me hizo sonreír mucho más. Estaba disfrutando esto.

Levanté una ceja.— ¿No hablas? ¿Te comieron la lengua los ratones?

— H-hola— bajó su mirada.

— Solo quería hablar contigo, nada...importante— me acerqué a pasos lentos a ella.

— Yo...yo...

La interrumpí.

— Escúchame zorra, vuelves a hablar de esa forma de mi amigo, con esas palabras y te juro que te destruyo. Pobre de ti que te escuche hablando de mi por los pasillos. Aunque sinceramente me da igual lo que digas y pienses de MI, pero si me llego a enterar, que hablas de algunas de las personas que quiero, no te la acabas.— la apunté con mi dedo índice.— ¿Entiendes?

No respondió simplemente movió su cabeza de arriba hacia abajo en señal de asentimiento.

— Me alegro que nos entendamos.— le di una falsa sonrisa. Tomé mi mochila y cuando pasé por un lado de ellas les dije:— Yo no bromeo, y no es una amenaza, solo es una advertencia, como la de la primera vez, pero esta vez no la dejaré pasar— dicho eso empujé la puerta del baño para salir de ahí. En los pasillos se podían ver algunos alumnos, en sus casilleros o simplemente en grupos bromeando y riendo.

Las miradas posaron en mi, supongo por mi aspecto, aunque ya no me veía tan mal. Las ignoré y caminé a mi casillero, toqué el bolsillo trasero de mis jeans encontrándome con la cajetilla de cigarros mojada completamente.

¡Mierda! Era nueva.

Caminé a uno de los botes de basura y la tiré con enojo, tomé mis libros y cerré de golpe el casillero.

— ¿Qué?— Les digo a las personas que voltearon a verme. Nadie dijo nada y siguieron con sus cosas.

Ciencias sociales. Bufé, no era una clase de mi agrado, al llegar al salón vi que el profesor Mosby ya se encontraba ahí. Genial.

Let me | h.s.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora