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Alessa

— Así que, ¿ahora tienes gorilas detrás de ti?

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— Así que, ¿ahora tienes gorilas detrás de ti?

— Si, aunque es fastidioso, me siento más tranquila.

— Ojalá pudiera encontrarme con ese idiota y darle su merecido.— Pasó su brazo por mi hombro mientras caminábamos por los pasillos del instituto.

— Yo no quisiera eso, no soportaría que dañaran a alguien más por mi culpa.— Zayn detuvo el paso y se giró a tomar mi rostro entre sus manos.

— Lo que le pasó a Edward NO es tu culpa, ese idiota está loco, mal de la cabeza y obsesionado contigo, Alessa tu no tienes la culpa de nada.

— Ugh.— Apoyé mi cabeza en su pecho.— Mi vida está jodida, Jason no se va a rendir hasta tenerme y por primera vez en mi vida, tengo miedo, él es el único que logra hacerme temblar con tan solo escuchar su nombre. Tan solo recordar todo lo que me hizo y me puede hacer, me dan náuseas.

— Todo va a estar bien, nadie dejará que algo malo te pase.— Dejó un beso en mi frente antes de separarse.— ¿Cómo está Harry?

— Como loco, cada cinco minutos está mensajeándome preguntando si estoy bien, cómo estoy, cómo me siento.— Reí sentándome en una de las bancas en el pasillo.— Abrumador.

— ¿Sabes quién también se puso como loco cuando supo lo que te pasó?— Me dio una mirada burlona.

— ¿Quién?— Fruncí el ceño.

— Louis.

— ¿Louis?— Asintió.— Bueno, Louis es un amor, se preocupa por todos.

— Eso es totalmente falso, a Louis le importa una mierda los demás, pero tu si que le importas y... le gustas.

— Siguen con eso.— Rodeé los ojos.

— Bueno, es que siempre le has gustado, estuvo de novio con Sam solo por "olvidarte" y no pudo, aunque bueno terminaron porque Louis no se resistió una noche y le fue infiel, pero él te quiere.

— Deja de andar de casamentero, Matthewss. Tengo novio y lo quiero...—Me lanzó una mirada.—aunque cueste creerlo.— Golpeé su hombro con mi mochila y ambos soltamos una pequeña risita.

— A ti nunca te basta, zorrita.— La voz de alguien a mi espalda nos interrumpió. Me doy la vuelta encontrándome con Stella. La chica gótica.

— ¿Disculpa? ¿Me hablas?— Me pongo de pie.

— ¿Ves a alguna perra por aquí?

— Pues sí... a ti.— La miro con cinismo.— ¿Vienes a que te pateé el trasero de nuevo?

Una sonrisa burlona se forma en mi rostro con la mismísima intención de provocarla.

— ¡Ja! ¿Tu? De seguro y se meten los gorilas detrás de ti.

Let me | h.s.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora