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Genial. Me había quedado dormida y se me había hecho tarde. Harry pasaría por mi en menos de 30 minutos.
Me sentía extraña, pero a la vez emocionada y nerviosa. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que tuve una cita. Harry es un chico estupendo, con una personalidad fascinante, me lo ha demostrado. Y yo, soy una mierda de persona, lo admito. Bueno, no del todo, no lo soy con las personas que me importan.
Aunque, Harry tiene ese no sé qué, que me confunde, definitivamente Harry Styles ha estado haciendo algo conmigo, el humor de perros ya no es normal en mí, no he peleado en el instituto, ¡ni siquiera he discutido con Rose! Asombroso.
Salí de mi cama con dirección a mi baño, me di una ducha rápida ya que no tenía tiempo de relajarme. Ingresé de nuevo a mi habitación con una toalla alrededor de mi cuerpo y en mi cabello, mi habitación estaba fresca, no acostumbraba a prender la calefacción ya que siempre me dolía la cabeza y también porque amo el frío. Me dirigí a mi closet, Harry me dijo que era algo casual por lo que opté por unos denim jeans rasgados, con dobladillo en la parte de abajo, un top de tela de sueter, de mangas largas color amarillo mostaza y encima mi chamarra negra. Me puse mis calcetas y caminé a mi tocador y cepillé mi cabello, puse un poco de rímel y labial y, cuando estaba por ponerme algunas gotas de perfume, mi celular sonó.
Era un mensaje de Harry, avisándome que ya había llegado. Guardé mi celular y dinero en la bolsa trasera de mi jean, normalmente siempre que salía de casa, lo esencial y que no podía dejar era: celular, tarjetas, mechero y cigarrillos.
Lo sé, soy una jodida adicta, y la verdad es que me importa poco. Pero esta vez, dejé las últimas dos cosas, por el simple hecho de que iba con Harry, y era imposible fumar cerca de él, se ponía en plan consejero anti-fumadores. Me calzo mis tenis y salgo.
— ¿A dónde vas?— Pregunta Rose al verme pasar por el living.
— Saldré con Harry.— En otra ocasión la hubiera ignorado. ¿Ven lo que les digo? No sé que me pasa, que mi carácter se ha suavizado. ¡Hasta Jess se dio cuenta!
Salí de la casa asegurándome de llevar las llaves, levanté la mirada del bolsillo de mi jean y miré a Harry. Estaba recargado en su auto con sus manos dentro de sus jeans negros ajustados, arriba tenia una camiseta de mangas largas, negra y en sus pies sus botas negras. Luce increíblemente sexy. Como siempre.
— Hola hermosa.— Sus manos se deslizan por mi cintura hasta mi espalda y me abraza apretujándome a él.
— Hola Hazza.— Dejé un lento beso en su cuello, eso lo volvía loco.
Compartimos unas palabras más y subimos al auto. Realmente no conocía aún muy bien Londres por lo que no sabía a dónde podríamos dirigirnos, simplemente miraba por la ventana.
