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Alessa

Me removí en mi cama cansada de escuchar la alarma, Viernes

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Me removí en mi cama cansada de escuchar la alarma, Viernes. Mi cumpleaños, que emoción.

No entiendo como a muchas personas les da alegría su cumpleaños, a mí no, él año pasado lo pasé en mi habitación llorando por la perdida de Edward, en el cumpleaños número 16 Rose se apareció y lo arruinó porque se puso hasta los huesos de borracha y comenzó a soltar cuanta incoherencia se le ocurría. Razón número 83,729, por la que no la soportaba. Lo único que lograba que me pusiera de buenas es que finalmente cumplía 18, podía mudarme sola. Independizarme, buscar un trabajo y largarme de esta casa. Aunque dudaba que mi padre me lo permitiera.

Jadeé cuando mis pies descalzos tocaron el piso, estaba muy frío, el clima era fresco pero no tanto, hoy era un día gris, él cielo en un azul profundo, el sol no se asomaba por detrás de ninguna nube, eso solo confirmaba que sería un día frío y nublado. Acorde con mi estado de ánimo. Hace 3 días fue el aniversario de Edward, no fui al instituto, lo pasé en mi casa, lamentando su muerte, viendo fotos viejas junto a él, cantando, fumando, hablando con Jess, con la única persona que sabía que me podía entender.

Mi celular no dejaba de vibrar, debido a los mensajes que estaban entrando en éste momento, predecía de quien podrían ser; papá o Jess, siempre eran los primeros en felicitarme al igual que el abuelo. Esta vez el primero en hacerlo había sido Harry, anoche por la madrugada, mientras mensajeábamos justo a las 12 su llamada entró.

Al salir, me vestí con unos jeans negros ajustados, un suéter de lana azul con pelusas blancas (eran parte del diseño), era uno de la nueva colección de mi abuelo y estaba demasiado acogedor. Lo metí por la parte de enfrente, solo un poco, en mis pies puse mis botas café, un poco desgastadas. Mi cabello lo dejé suelto, perfume, desodorante y mi cadena especial.

Mi estado de ánimo en éste momento no era el mejor, ahora a eso añadimos que justo ayer por la tarde me llegó el periodo. Mis hormonas no estaban muy controladas que digamos, no me dan cólicos durante el periodo y realmente agradecía eso, ya que a Jess, puaj, eso la tumbaba. Lo que si sufría era cambios de humor, aunque eso 24/7, toda mi vida. Pero en éste estado puedo llegar a ser el doble de hija de puta que un día normal, tal vez el triple. Lavé mis dientes antes de salir de mi habitación y también puse carmex, en estos tiempos mis labios tendían a partirse y odiaba esa sensación por lo que en otoño e invierno, carmex era mi fiel acompañante.

Entré a la cocina, y ahí estaba la familia feliz, ya casi se cumplen dos meses que llegué aquí, sino es que ya se cumplieron, pero mi relación con ellos era la misma. Excepto con Liam, podía soportar pasar el tiempo con él.

— Feliz cumpleaños Alessa.— Me dice Rose acercándose a darme un abrazo, no me alejo, sin embargo no le correspondo y simplemente me quedo quieta en mi lugar.

— Gracias.— Susurro.

Liam y Frank imitan su acción, y yo les agradezco. Cuando todo vuelve a la normalidad, tomo una manzana y me despido de ellos, Harry ya estaba esperándome afuera. Últimamente es lo que hace todas las mañanas, pasa por mí y en la salida viene a dejarme, algunas veces en auto y otras veces en su moto, la cual es asombrosa, muchas veces le he insistido en manejarla pero siempre su respuesta es un rotundo no. Ni siquiera con unos malditos besos puedo convencerlo de dejarme subir a War, ese es el nombre de su moto. Mi amigo es un tonto.

Let me | h.s.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora